Ceramica Research Papers - Academia.edu (original) (raw)
La posición de privilegio que ha ocupado y aún ejerce la cerámica con respecto a los demás artefactos arqueológicos se explica, entre otras cuestiones, por sus propias características. De entre las propiedades inherentes al material... more
La posición de privilegio que ha ocupado y aún ejerce la cerámica con respecto a los demás artefactos arqueológicos se explica, entre otras cuestiones, por sus propias características. De entre las propiedades inherentes al material cerámico asombra el carácter prácticamente imperecedero. Seguramente sea esta una de las razones que ha garantizado su ubicuidad en los yacimientos, pero no la única. La disponibilidad de materias primas para su fabricación y la accesibilidad hasta las mismas, además de la ductilidad y versatilidad de la arcilla, unido todo ello a la dificultad de su transformación para reciclarla, han sido responsables también de su profusión.
Desde la aparición de la Arqueología y hasta nuestros días esta circunstancia ha generado un crecimiento exponencial de los fondos de museos y lugares a los que se destinan los ítems cerámicos. Como respuesta, a lo largo del tiempo se ha producido una evolución simultánea y constante de los métodos de clasificación y estudio.
En un principio se crearon sistemas basados exclusivamente en la observación directa de los atributos de las vasijas, preferentemente de los distintivos estilísticos o de las formas, y en muchas ocasiones con el único fin de establecer comparativas tipológicas de cara a fijar paralelos cronoculturales. Con todo, el creciente interés de los investigadores por crear procedimientos objetivos capaces de normalizar los estudios ceramológicos dio sus frutos. Así, la aparición de la Nueva Arqueología propició un acercamiento a otras disciplinas científicas, como las Matemáticas. Desde entonces, el incesante avance de la Informática, con programas dotados de la suficiente capacidad para procesar ingentes cantidades de datos, ha permitido la incorporación de las técnicas de análisis estadístico a trabajos que, en mayor o menor medida, participan de algún componente taxonómico.
En esta línea, el presente trabajo arranca realizando una revisión de los avances que se fueron produciendo en torno a las aplicaciones estadísticas a lo largo del siglo pasado en nuestro país. Seguidamente, y siendo consecuentes con el tratamiento y origen de la metodología que hemos empleado, se dedica un apartado a la recopilación de los principales estudios que pueden considerarse como precursores de este. Al fin y al cabo, el análisis que presentamos es solamente la última pieza de tres décadas de perfeccionamiento sobre una trayectoria de investigación iniciada en el Departamento de Prehistoria de la Universidad de Granada.
Precisamente en esta institución, desde su constitución, las directrices en la investigación se han concentrado en los yacimientos prehistóricos situados en el Sureste peninsular, con el objetivo de completar la secuencia cultural para la Prehistoria Reciente en esta región. De este modo, la selección de artefactos que pudiese implementar la consecución de ese propósito ha sido la constante de las producciones científicas. Por esta razón y en consecuencia, la mayoría de los trabajos estadísticos están elaborados sobre cerámicas que pertenecen a asentamientos de esta área. No obstante, las intervenciones arqueológicas no se han restringido a este ámbito. Ya desde los años setenta se abrieron nuevos marcos territoriales. Buen ejemplo de ello constituyen las actuaciones que se han llevado, y que se llevan a cabo en la región manchega.
En este sentido, no es de extrañar que se haya seleccionado el material cerámico perteneciente al yacimiento de la Motilla del Azuer (Daimiel, Ciudad Real) para acometer nuestro estudio, puesto que se trata del único asentamiento en llanura de estas características, correspondiente al horizonte cultural del Bronce de La Mancha, que ha sido objeto de excavaciones sistemáticas desde 1974. Hasta estas fechas existía un vacío de conocimiento sobre las poblaciones que ocuparon la Meseta Meridional durante la Edad del Bronce. Con posterioridad se han diversificado los equipos de investigación, así como las interpretaciones en torno a la información que han generado las actividades que han efectuado. Hemos estimado oportuno componer un capítulo que recoge tanto la dinámica en la que se han desenvuelto las distintas tendencias de la historia de la investigación, como la propia estructuración del poblamiento y los patrones de asentamiento documentados en la región: los poblados de altura y los poblados de llanura. Dentro de este último conjunto se puede incluir a la Motilla del Azuer, sitio al que se ha dedicado un apartado específico.
Por lo general, en los estudios de carácter local, como es el caso, se tiende a caer en el error de extrapolar las inferencias recabadas al resto de unidades que conforman un territorio. Del mismo modo se obvia la movilidad de objetos y personas; en definitiva se olvida la importancia que ha tenido el comercio y la interacción, a todos los niveles, entre distintas comunidades en la Prehistoria. Por este y otros motivos nos ha parecido esencial conocer y describir los distintivos que caracterizan a los conjuntos cerámicos de las principales entidades culturales adyacentes a La Mancha. Como veremos en el capítulo IV, las Culturas de El Argar, del Bronce Valenciano y del Bronce Manchego comparten determinados rasgos que no limitan su autonomía cultural ni política, aunque por otra parte muchas de sus particularidades pueden diluirse en las zonas fronterizas.
En otro orden de cosas, somos conscientes que en cualquier trabajo científico prima la necesidad de adecuar los procedimientos aplicados a los objetivos que se persigan. Por otro lado, los términos en que generalmente se expresan los resultados son producidos en el seno del posicionamiento teórico que se haya elegido para interpretarlos. En nuestro caso, la evidencia arqueológica ha constituido el punto de partida sobre el que se ha construido la estructura metodológica y exegética del trabajo. Para la creación de un método que concordase con los parámetros que perseguíamos hemos contado con la ventaja de conocer los trabajos que se habían realizado con anterioridad. Ello nos ha permitido poder optimizar las técnicas y ajustar las estrategias a nuestros intereses y planteamientos. Al mismo nivel, la experimentación estadística también ha jugado un papel de primera magnitud.
Partiendo de estas premisas, en el capítulo V se definen los conceptos de clasificación y agrupación tipológica. A continuación se valoran los criterios que se han seguido a la hora de seleccionar el conjunto sometido a examen, así como su localización y cuantificación. Los pasos prácticos consignados al perfeccionamiento de la metodología se han ejecutado de forma escalonada. Inicialmente, para lograr un acercamiento a las características morfológicas de la muestra y de sus componentes métricos, en un primer análisis se han procesado los datos que se han tomado a 420 vasijas mediante el empleo de dos técnicas estadísticas: análisis de componentes principales y análisis cluster. Posteriormente se han seleccionado y combinado diferentes atributos en 13 ensayos tipológicos. Los resultados nos han dotado de las claves para decidir que variables son más ventajosas para desarrollar el procedimiento encaminado a la composición tipológica sobre la totalidad del complejo morfométrico (827 vasijas).
En la misma medida han sido determinantes toda una serie de atributos tecnológicos y cualitativos considerados en la organización final de las unidades tipológicas. En este caso, partiendo de una población de 3208 fragmentos, se han recopilado datos relativos a variables conectadas con el proceso de elaboración de los recipientes, su uso posterior, reparación, abandono, decoración y funcionalidad. Sin esta información no se hubieran podido concretar las principales clases tecnológicas, ni su correlación con los rangos morfométricos.
Desde esta perspectiva se ha construido el armazón metodológico sobre el que se apoya la descripción de las diversas categorías tipológicas. La enumeración y definición de las mismas, que constituyen el corpus fundamental del trabajo, serán presentadas en el capítulo VI.
La cerámica, como ocurre con el resto de instrumentos, no es de ningún modo inmutable. Ya sea por razones funcionales, sociales, políticas, religiosas o culturales, los recipientes varían a lo largo del tiempo. En un yacimiento como la Motilla del Azuer, con más de 8 siglos de ocupación permanente, esta cuestión es trascendental. Por ello hemos integrado a las entidades tipológicas establecidas en cada una de las fases temporales a las que pertenecen, recurriendo a las vasijas recuperadas en contextos y espacios en los que aparece representada prácticamente toda la secuencia cronoestratigráfica del asentamiento. La seriación resultante será expuesta en el capítulo VII.
Como cabía esperar, el último de los capítulos corresponde a las conclusiones. Al margen de la valoración que podamos hacer sobre el funcionamiento de la metodología aplicada, se profundizará en otra serie de temas heterogéneos. De esta manera, se articulará una discusión sobre el modelo productivo derivado del grado de complejidad formal y tecnológico que ofrecen las cerámicas del Azuer. Entre otros asuntos también se tratarán las inferencias extraídas a cerca del propio proceso de manufactura de las vasijas, de su función o de su distribución y circulación.
Completan el trabajo los anexos, en los que aparecerán representadas mediante dibujos gran parte de las unidades cerámicas integradas en la clasificación tipológica. En un segundo apartado se expresarán mediante tablas tanto los datos morfométricos como los tecnológicos de la muestra estudiada.