Developmental State Research Papers - Academia.edu (original) (raw)
Cuando la literatura especializada califica los años de 1930-1964 en Brasil como los “años del desarrollismo” apunta para un trazo fundamental de ese período, a saber, la impresionante estabilidad de su política económica . Estabilidad no... more
Cuando la literatura especializada califica los años de 1930-1964 en Brasil como los “años del desarrollismo” apunta para un trazo fundamental de ese período, a saber, la impresionante estabilidad de su política económica . Estabilidad no significa ausencia absoluta de cambios u oscilaciones, sino la presencia de un patrón de decisiones marcado por la expansión de los gastos públicos; políticas de promoción industrial por medio de incentivos tarifarios y control cambiario; e intervención directa del Estado en la creación de sectores estratégicos como siderurgia, petróleo y comunicaciones.
Sin embargo, como observan tanto Fonseca como Bielschowsky , el desarrollismo en Brasil, antes que un conjunto de prácticas de política económica, es una corriente de pensamiento, una “ideología económica”; esto es, un conjunto de percepciones razonablemente articuladas, aunque no totalmente homogéneas, que operan como un filtro cognitivo a partir del cual los problemas económicos son percibidos y definidos. Algo parecido a aquello que Jal Mehta denominó “filosofía pública”, aplicada al campo económico . Más específicamente, es la ideología de la superación del atraso de la sociedad brasileña por medio de la industrialización promovida a través de la intervención estatal, al cual le cabrían las funciones de planear, promover, coordinar y ejecutar las actividades económicas orientadas a la consecución de tal finalidad . El hecho de que esa ideología se haya traducido en un patrón decisorio detectable a lo largo de más de treinta años, ya es un fuerte indicio de que ideas, y no solo “intereses objetivos” , influyen en las políticas económicas. Cabe preguntar, por lo tanto, que fue lo que permitió que esa ideología se traduzca en un patrón de decisiones de política económica.
Desde el final de la década de 1980, una amplia literatura surgió para discutir el impacto de las ideas en las políticas públicas en general, y en la política económica en particular . Metodológicamente, la cuestión a ser resuelta se refiere a cuáles son los procedimientos necesarios para probar la existencia de una relación de causalidad entre ideas y decisiones. Existen una serie de factores apuntados como esenciales para la producción de efectos ideacionales.
En primer lugar, es preciso considerar la fuerza de las ideas en sí mismas. Todo esquema ideacional, por su estructura lógica, por las categorías que moviliza, por los énfasis que enuncia, y por las relaciones causales que establece, tiende a reproducir sesgos de percepción que acaban por favorecer la elección de ciertas alternativas en detrimento de otras.
En segundo lugar, no basta con que determinadas ideas existan. Es preciso que estas sean formuladas o apropiadas por actores políticos relevantes y capaces de forjar coaliciones de sustentación política que apoyen su implementación. En suma, ideas precisan contar con viabilidad política.
Por último, las ideas precisan ser institucionalizadas. El impacto duradero y estable de las ideas en una determinada área de la política pública, más allá de los primeros momentos de experimentación, exige su institucionalización en procedimientos y organizaciones. Además de ser viables políticamente, las ideas precisan de ser viables administrativamente.
Este último punto es lo que nos interesa en particular en este artículo. La pregunta que pretendemos responder es bastante específica: ¿Cuál es el locus institucional a partir del cual la estabilidad del desarrollismo como patrón de política económica en Brasil fue producida?
Para responder a esa cuestión existen algunas cuestiones que no pretendemos, ni precisamos, abordar directamente. En primer lugar, la busca del locus institucional dentro del Estado brasileño a partir del cual se produjo la durabilidad del desarrollismo como filosofía pública en el área económica, no nos obliga a hacer un análisis de contenido discursivo de esa ideología con la finalidad de identificar su estructura argumentativa; mismo que presentemos en el texto una caracterización sucinta de ella a partir de la literatura. En segundo lugar, a pesar de que trabajamos en el trasfondo con el concepto de “Estado Desarrollista”, nuestro estudio no es un análisis de las múltiples dimensiones de este tipo de Estado. Mismo que ideas económicas compartidas por la elite estatal sea uno de sus componentes esenciales, el Estado Desarrollista va mucho más allá de esto y sería imposible, en este texto, abarcar sus múltiples dimensiones . Por último, no pretendemos responder a esa cuestión por medio de una historia administrativa de las agencias económicas, sino por la identificación de los agentes responsables por las decisiones económicas y las características de estos.
Esa estrategia resulta pertinente porque las instituciones no son meros “aparatos” u “organizaciones”, sino más que nada agentes concretos que adoptan comportamientos regulares. Decir que las instituciones “encarnan” ideas y producen comportamientos estables significa decir que ellas son importantes en el proceso de socialización de los agentes vinculados a ella. De este modo, instituciones no sirven solo para reducir los costos de transacción, para estructurar incentivos o coordinar apoyos; sirven, por encima de todo, para formar preferencias y reducir el grado de incerteza de las conductas.
Pretendemos responder a la cuestión del presente artículo de dos maneras. Primero, mostraremos que ese locus institucional no es el Ministerio de Economía brasileño. Para ello, haremos un análisis de los ministros de Economía del período analizado, identificaremos sus atributos de formación, perfiles ideológicos y el tiempo de permanencia de esos individuos al frente del gabinete.
Acto seguido, intentaremos mostrar que la estabilidad de la política desarrollista puede ser vinculada a la existencia de una burocracia económica dentro del aparato estatal. Para ello, analizaremos los atributos de sus miembros, en especial su formación, su ideología económica, sus loci de actuación y su carrera en el sector público.