Doenças Infecciosas e parasitárias Research Papers (original) (raw)
Más allá de la contención: las respuestas de los sistemas de salud a COVID-19 demostró que nos hace falta mucha articulación y respuesta, se debe dejar la corrupción. Los sistemas de salud enfrentan la crisis pandémica global más grave en... more
Más allá de la contención: las respuestas de los sistemas de salud a COVID-19 demostró que nos hace falta mucha articulación y respuesta, se debe dejar la corrupción. Los sistemas de salud enfrentan la crisis pandémica global más grave en un siglo. Contener y mitigar la propagación y la tasa de infección del coronavirus SARS-CoV-2 es la primera prioridad de las autoridades de salud pública para distribuir el número de infecciones a lo largo del tiempo, y si es posible reducir la incidencia de la enfermedad que causa (COVID-19). Esto no se logra solo con cuarentena, se logra con múltiples acciones. Dejemos claro aproximadamente 3.4% es la Tasa de mortalidad, el 19% es la Tasa de hospitalización, 10 al 40% Tasa de Propagación Comunitaria, ahora de los valores oscilantes en las diferentes partes del mundo de la personas que ingresan a UCI con dificultad respiratoria grave es baja si se lleva a la vida real y a los modelos matemáticos.
Las UCI que colapsan sin corrupción como lo viven algunos países, no es por la culpa del coronavirus, la razón que se analiza es por la falta de recursos y de centros de atención de unidad de cuidado crítico, muchos estudios demuestran que hay múltiples patologías que llenan un centro de cuidados intensivos todo el año sin ser por causas pandémicas, así que se debe dejar claro que los distanciamientos sociales se usan para no colapsar el sistema de salud con la evidencia científica que respalda que está pandemia no se ganara con vacunas únicamente, se ganara con hábitos de protección y bioseguridad, acabemos “la idea de que ahora es todo quédate en casa”, ahora es aprende a vivir con COVID-19.
No se puede exagerar la importancia de una información actualizada y confiable para tratar los brotes de enfermedades. Las tecnologías digitales y la interconexión están creando nuevas oportunidades para recopilar, combinar, seleccionar, analizar, presentar y usar datos para informar las decisiones antes, durante y después de un brote.
En aquellos países donde hay una escasez crónica de médicos, enfermeras u otros trabajadores de salud calificados, cualquier presión adicional sobre los sistemas de atención médica que surja de una epidemia o cualquier otra emergencia de salud pública se vuelve casi inmanejable ya que a las personas que ya están sobrecargadas se les pide que hagan aún más. Otros bienes necesarios para hacer frente a la epidemia incluyen equipos de protección como máscaras, protectores faciales y desinfectantes para manos.
La disponibilidad de dispositivos clave como los ventiladores para el tratamiento de pacientes con síntomas respiratorios graves ha adquirido gran relevancia. Pero en la historia hospitalaria siempre se ha necesitado expandir las unidades de cuidado y crítico y la razón que no se expanden van por los costos que vincula esto al servicio de salud, pero llego la hora de que cada país tenga que hacer estudios y bajar los costos para la expansión de unidades, no por la enseñanza del COVID-19, porque la culpa no es del virus que se tenga riesgo y en otros lugares del mundo resultados de colapso del sistema de salud; es porque siempre se ha visto la escases de unidades de cuidado critico en ciudades.
En la crisis actual, algunas respuestas tomadas por los gobiernos y expertos de salud pública se refieren a cómo aumentar u optimizar rápidamente el uso de la capacidad existente de camas y espacio de un centro de salud y cómo reducir la necesidad de usar salas de emergencia o instalaciones hospitalarias, con el objetivo también implementar medidas para minimizar la necesidad para usar salas de emergencia u hospitales en general por accidentes de tránsito y traumas frecuentes, esto ha llevado a Colombia a verse con centros de salud más livianos de trabajo. Pero no se debe dejar esto así, se debe hacer que la vida ciudadana se ejecute así siempre con pandemia y sin pandemia.
Que quede claro cada país tiene sus patologías de predisposición que llenan las unidades de cuidado crítico y no están llenas por culpa del COVID-19, están llenas porque está pandemia ayudo a mostrar las debilidades del sistema de salud ante emergencias sanitarias. Si algo se puede decir es que la probabilidad de los modelos matemáticos es que de un 100% de pacientes en UCI el 20% pueden ser COVID-19 confirmados y en casos graves aumentar un 10% más, pero se reconoce que luego descenderá dramáticamente con la inmunidad de rebaño, pero el objetivo no es aplanar la curva, el objetivo es delimitar un virus que se volverá endémico en ciertos países de estaciones climáticas y en los tropicales no se sabe aún, pero siempre se toma el riesgo de que las unidades de cuidado critico colapsen por los múltiples factores que siempre tiene cada centro de salud.
Los estudios de Unidad de cuidado crítico revelaran verdades de esta pandemia luego de 16 meses transcurridos del día cero que inicio esto y alerto al mundo, el cual podremos saber si lo anteriormente mencionado como hipótesis matemática es real o mentira. Debe quedar claro a todo el personal de salud; se debe esperar y manejar esto con mucha prudencia es la era de la incertidumbre y la naturaleza y los científicos lograran dar validaciones más claras ante este virus en el pasar de los días. Lo que sí es claro y tangible es que la ciencia ha reducido tiempos para demostrarle al mundo que es útil y que no para atender a nuevas infecciones.
Japón y Corea tienen el mayor número de camas de hospital de cuidados agudos per cápita, con más de 7 camas por cada 1000 personas en 2017 (ver Figura). Alemania ocupa el tercer lugar con 6 camas por cada 1000 personas. La mayoría de los países de la OCDE tienen entre 2.5 y 5 camas de hospital de cuidados agudos por cada 1000 personas, pero los números son más bajos en México, Canadá, Chile, Suecia, Israel, España y los Estados Unidos, con menos de 2.5 camas de hospital por cada 1000 personas en 2017. Colombia no se tiene claro.