Elena Poniatowska Research Papers - Academia.edu (original) (raw)

En la humedad gris y blanca de la mañana, las lavanderas tallan su ropa 1. Entre sus manos el mantel se hincha como a medio cocer, y de pronto revienta con mil burbujas de agua. Arriba sólo se oye el chapoteo 2 del aire sobre las sábanas... more

En la humedad gris y blanca de la mañana, las lavanderas tallan su ropa 1. Entre sus manos el mantel se hincha como a medio cocer, y de pronto revienta con mil burbujas de agua. Arriba sólo se oye el chapoteo 2 del aire sobre las sábanas mojadas. Y a pesar de los pequeños toldos de lámina, siento como un gran ruido de manantial. El motor de los coches que pasan por la calle llega atenuado 3 ; jamás sube completamente. La ciudad ha quedado atrás; retrocede, se pierde en el fondo de la memoria. Las manos se inflaman, van y vienen, calladas; los dedos chatos, las uñas en la piedra, duras como huesos, eternas como conchas de mar. Enrojecidas de agua, las manos se inclinan como si fueran a dormirse, a caer sobre la funda de la almohada. Pero no. La terca mirada de doña Otilia las reclama. Las recoge. Allí está el jabón, el pan de a cincuenta centavos y la jícara 4 morena que hace saltar el agua. Las lavanderas tienen el vientre humedecido de tanto recargarlo en la piedra porosa y la cintura incrustada de gotas que un buen día estallarán. A doña Otilia le cuelgan cabellos grises de la nuca; Conchita es la más joven, la piel restirada 5 a reventar sobre mejillas redondas (su rostro es un jardín y hay tantas líneas secretas en su mano); y doña Matilde, la rezongona, 6 a quien siempre se le amontona la ropa.-Del hambre que tenían en el pueblo el año pasado, no dejaron nada para semilla.-Entonces, ¿este año no se van a ir a la siembra, Matildita?-Pues no, pues ¿qué sembramos? ¡No le estoy diciendo que somos un pueblo de muertos de hambre!-¡Válgame Dios! Pues en mi tierra, limpian y labran la tierra como si tuviéramos maíz. ¡A ver qué cae! Luego dicen que lo trae el aire.-¿E1 aire? ¡Jesús mil veces! Si el aire no trae más que calamidades. ¿Lo que trae es puro chayotillo! 7 Otilia, Conchita y Matilde se le quedan viendo a doña Lupe que acaba de dejar su bulto en el borde del lavadero.-Doña Lupe, ¿por qué no había venido?-De veras doña Lupe, hace muchos días que no la veíamos por aquí.-Ya la andábamos extrañando. Las cuatro hablan quedito. 8 El agua las acompaña, las cuatro encorvadas 9 sobre su ropa, los codos paralelos, los brazos hermanados.-Pues ¿qué le ha pasado Lupita que nos tenía tan abandonadas? 1 Frotan su ropa. 2 El ruido. 3 Muy suave. 4 Recipiente hecho originalmente de calabaza. 5 Muy estirada. 6 Persona que siempre se queja de lo que se le manda a hacer y lo hace de mala gana. 7 Planta que se da en las milpas; el interior fibroso de su fruto seco se utiliza como esponja. En este sentido la frase se emplea para decir que el aire no trae nada valioso. 8 En voz baja. 9 Dobladas.