Felicidad Research Papers - Academia.edu (original) (raw)
La oración es una forma de adoración y también involucra la alabanza. Orar es comunicarse con Dios. Hay varias modalidades para hacerlo. Si quieres que tus oraciones se originen correctamente, lo primero que debes entender es que... more
La oración es una forma de adoración y también involucra la alabanza. Orar es comunicarse con Dios. Hay varias modalidades para hacerlo. Si quieres que tus oraciones se originen correctamente, lo primero que debes entender es que Dios es el fin, Jesucristo el camino y el Espíritu la ayuda indispensable para salvarnos. Jesús nos enseñó que la oración se dirige exclusivamente al Padre en su nombre. Todas las oraciones del apóstol Pablo cumplen con estos requisitos. Cuando recibimos a Cristo somos adoptados como hijos. Debemos aprovechar esa relación de padre a hijo en nuestras oraciones.
El concepto que tengas de la felicidad hará que tus oraciones estén fundadas en roca o en arena movediza. En el Antiguo Testamento la felicidad se enfocaba en bienes terrenales. Jesucristo introduce un nuevo concepto asociado al gozo de la relación con Dios y la expectativa de la vida eterna.
Todos somos pecadores y estamos destituidos de la gloria de Dios. La salvación es por gracia y la redención en Cristo Jesús. De la misma forma, las bendiciones que Dios ofrece conllevan la obligación de observar sus mandamientos. Como todos somos pecadores, al igual que en el caso de la salvación, no tenemos derecho a ellas. Sin embargo, Dios ejerce su soberanía y las concede de la forma en que conviene para tu crecimiento, tomando en cuenta el propósito que tiene para tu vida dentro de su plan divino.
Somos hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús y le podemos llamar Padre. Puedes orar con Dios con la confianza que debe existir entre padre e hijo.
Dios provee a sus hijos por fe. Hizo caer maná sobre el pueblo de Israel en el desierto. Jesús multiplicó los panes y los peces para alimentar a una multitud. El poder de tu mano te da riquezas, pero es Dios quien te da ese poder. Tu trabajo puede ser una de las formas que Dios usa para sustentarte. Mantén tu corazón en Dios y no en las riquezas. Las obras no son la fuente de tu sustento. La ley de la siembra y la cosecha son obras. Dios es dueño de todas las riquezas y nosotros administradores. Al diezmar le devolvemos a Dios parte de lo que pertenece. Ni las ofrendas ni los diezmos son la base de tu manutención. Dios te provee por la fe.
En la vida tendremos aflicción. Dios permite el quebranto en tu vida para tu crecimiento espiritual, disciplinarte, fortalecerte, o por muchas otras razones. En esas ocasiones Dios parece ausentarse, pero está contigo. No te quejes. Reconoce tus faltas y pide misericordia. A los que amamos a Dios, todas las cosas obran para bien. Confía en Dios y nada te faltará.
Existen muchas clases de oración o comunicación que no están alineadas a la palabra de Dios. La idolatría y todas las variantes con las que el diablo las disfraza. La forma más difundida y más solapada de practicar la idolatría hoy es declarar y decretar como si fueses un pequeño Dios para decidir tu futuro, en lugar de humillarte en oración ante Dios. Es la antítesis de la oración. Al hacerlo le estas diciendo a Dios: “Hazte a un lado, no te necesito”. No te olvides de que Dios te prohíbe comunicarte con los muertos.
Recuerda las diferentes modalidades de oración que estudiamos. Orar en el espíritu, intimidad con Dios, intercesión, protección, adorar en espíritu y en verdad, dónde adorar, orar en silencio o con voz audible, meditación, oración colectiva, oración repetitiva, a qué horas orar, oraciones largas, oraciones cortas. Todas estas formas de oración son escuchadas por Dios y debemos aplicarlas según las circunstancias lo ameriten, teniendo en cuenta ciertos principios.
Releamos ahora un tema muy importante. Qué cosas estorban nuestras oraciones y cuáles las hacen más eficaces.
Repasemos las acciones que estorban las oraciones. La principal es la falta de fe. También tenemos la rebeldía, falta de confesión y arrepentimiento de los pecados, falta de perdón, falta de convicción de pecado, falta de unidad en el cuerpo de Cristo, contiendas, mala relación en el hogar, enfriamiento espiritual, priorizar nuestros pensamientos ante los de Dios y pedir por caprichos y deseos egoístas. También hay situaciones que impiden a las personas en pecado orar, tales como ocultarse de Dios o creer que no pueden abordarlo.
Recapitulemos en las acciones que potencian tus oraciones: Obedece, crece espiritualmente, reconoce la grandeza de Dios, humíllate ante Dios, ten temor de Dios, alaba a Dios, deléitate en Dios, pide a Dios en el nombre de Jesús, pide conforme a la voluntad de Dios, ora con propósito, ayuda a los necesitados, clama a Dios, gime a Dios, atrévete a pedir, no te limites, ora con sinceridad, ora con anhelo, ora en el Espíritu, sé específico, ora sin cesar, ora en tu aposento, intercede, ten paciencia, ayuna, ora en acción de gracias, asume una actitud correcta en la tribulación y la más importante de todas, pide con fe.
El concepto de fe ha sido distorsionado, principalmente por los predicadores de la prosperidad. Es importante que lo tengas claro. La fe no es un sentimiento, es un don que Dios nos da con una medida original. La sustancia de la fe es la revelación de Dios, la cual encontramos en su palabra. La fe es la respuesta a esa revelación: practicar la palabra de Dios.
Dios siempre responde tus oraciones. Puede ser un sí, un no, o quizás te de otra cosa. Algo que, aunque en ese momento no lo sepas, será mejor para ti. La respuesta la recibirás en el tiempo de Dios.
En el Antiguo Testamento el pueblo judío creía que los ricos eran bendecidos por Dios por su buen comportamiento y los pobres todo lo contrario. Un enfoque terrenal en obras. La realidad es otra. Dios puede bendecirnos en esta vida o en la otra. De la misma forma, puede castigar nuestras malas acciones en esta vida y además en la otra. Me pregunto qué bendiciones recibieron los apóstoles de Jesús en su vida terrenal. Sufrieron persecución, privaciones y según la tradición cristiana, la mayoría fueron crucificados. Sin embargo, la corona que recibieron en el Reino fue grande: Mateo 19:28. Y Jesús les dijo: De cierto os digo, que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando se sentará el Hijo del hombre en el trono de su gloria, vosotros también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Una oración adecuada sería: “Padre, te suplico ver tus milagros en esta vida, porque aquí te he conocido”.
Como ya lo mencionamos, Jesús oró tres veces en Getsemaní antes de su muerte. Pablo también oró tres veces para que Dios quitase el aguijón en su carne. Ambos pidieron según la voluntad de Dios. La respuesta fue negativa, para que Dios se glorificara en ellos. No importó que se tratara de Pablo o de su propio hijo Jesucristo. Dios quiso gloriarse en sus flaquezas y persecuciones e hizo su voluntad en ellos. Otras veces, Dios responde según conviene y no entendemos su respuesta. Termino recordando todas las oraciones que Dios contestó positivamente en la Biblia. Muchas de ellas poderosas. La clave está en tener fe, alejarte de las situaciones que estorban tus oraciones y seguir todos los principios de la oración eficaz.