Fiestas y celebraciones Research Papers (original) (raw)

La fiesta es el espacio social en el que se condensan las relaciones sociales, la forma en la que sus asistentes miran el mundo, en éste se producen y reproducen toda una carga simbólica reveladora de un mundo, una cultura y una vida. La... more

La fiesta es el espacio social en el que se condensan las relaciones sociales, la forma en la que sus asistentes miran el mundo, en éste se producen y reproducen toda una carga simbólica reveladora de un mundo, una cultura y una vida. La fiesta debe ser tratada bajo una determinada cosmovisión, la que abordaremos en este escrito está ligada al Inti Raymi (fiesta sagrada de Tayta Sol por las buenas cosechas), celebradas durante los meses de Junio y Julio por las culturas Aymara, Kechwa, Kichwa y otras, en Ecuador se festeja especialmente en la zona norte, en poblaciones como Cotacachi, Tabacundo, Cayambe, etc. Para ello es necesario comenzar haciendo una diferenciación entre la fiesta blanco-mestiza y la fiesta andina, ambas regidas por sus respectivas concepciones del mundo. La fiesta tiene siempre una relación profunda con el tiempo sea éste cosmobiológico o lineal. La fiesta andina está regida por el tiempo natural (cosmobiológico), es decir, circular, basado en los procesos de la tierra: la siembra, el cultivo, la cosecha y la obtención de semillas para la siguiente siembra. Es lento y reiterativo, lo que se evidencia en expresiones como: al amanecer o en lo canta un gallo, no representan exactitud sino períodos amplios. Bajo esta concepción que nos recuerda la categoría de Nietzsche del eterno retorno, no hay una proyección de pasado ni futuro, tanto el pasado como el futuro se repite y el presente se vive como un continuo; ahí encontramos nuestra utilización del gerundio, pues no sólo vivimos o viviremos, sino que estamos viviendo, no existe una ruptura espacio-temporal, no hay un sujeto pasado y uno futuro. El tiempo que prevalece es el presente continuo, en el que no existe el acontecimiento, sino una serie de procesos vistos de forma integral. La fiesta blanco-mestiza está determinada por un tiempo lineal (escatológico) en el que existe un principio y un final, está construida para llegar a un fin. Estamos frente a una progresión lineal en la que el pasado tiene peso y constituye una autoridad (tradición) y el futuro está marcado por el objetivo al que debemos llegar. Esta concepción está íntimamente ligada al proceso de industrialización, en el que cada segundo cuenta para alcanzar el determinado fin, es un tiempo rápido y preciso que determina la productividad. La frase que lo rige: el tiempo es oro y no hay mayor dictador que el reloj. Con dos concepciones bastantes distantes es obvio que las fiestas generadas en estos espacios sean también diferentes; aún cuando como ligazón mantengan la forma de espectáculo que caracteriza su presentación. Así, el espectáculo de la fiesta blanco-mestiza está vinculado con la exhibición de poder y está marcada por la ornamentación, el lujo, la belleza y suntuosidad de los asistentes. Ésta es una fiesta regida por la tradición, constituye un tiempo y espacio determinado, tiene un principio y un final (sólo puede ser realizada los fines de semana), es funcional a un sistema productivista, para el que sólo representa un medio de desfogue limitado y dirigido a asegurar el buen trabajo y competitividad dentro de la