Gestión del riesgo Research Papers (original) (raw)

Esta guía se ha preparado para acompañar en el trabajo a los planificadores y técnicos de los gobiernos locales, cuya labor se relaciona con el Ordenamiento Territorial (OT) con el fin de que incorporen, dentro de sus procesos la Gestión... more

Esta guía se ha preparado para acompañar en el trabajo a los planificadores y técnicos de los gobiernos locales, cuya labor se relaciona con el Ordenamiento Territorial (OT) con el fin de que incorporen, dentro de sus procesos la Gestión del Riesgo (GR). La razón de este proceso se deriva del hecho de que, por las características geotectónicas e hidrometeorológicas y climáticas, así como por su ubicación geográfica, el país se encuentra expuesto a una gran variedad de amenazas, como por ejemplo: deslizamientos, inundaciones, sismos, volcanismo, licuefacción, entre otras. Estas, en ocasiones, pueden actuar de manera concatenada y causar, como ya ha sucedido en el pasado, grandes pérdidas y daños al país: humanas, sociales, ambientales, económicas y patrimoniales (Mora, 1997). De acuerdo con los muchos estudios relacionados con los desastres, por ejemplo por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), más de la mitad de los daños generados por el impacto de las amenazas naturales estudiados desde 1972, se han debido a una utilización inadecuada del territorio1. Por eso, la reducción de la vulnerabilidad se considera como un desafío que debe enfrentarse para pretender alcanzar el desarrollo sostenible (Zapata, Caballero, Jarquín, Perfit, & Mora, 2000). El OT resulta ser una importante medida de prevención y mitigación (no estructural) que reduce la exposición a las amenazas naturales y por lo tanto la probabilidad de que se genere un desastre. Una política adecuada de OT busca y potencia el desarrollo y la seguridad de los ciudadanos. Por ello, si se pretende alcanzar ese desarrollo, deberá incluirse, entre todos los ejes transversales de la planificación, el enfoque para la gestión del riesgo de desastres, el enfoque de derechos y el enfoque de género2, esta guía concentrará el análisis en el primer enfoque. En el pasado, el abordaje del tema tuvo un énfasis en los preparativos y respuesta, lo que resultó en un incremento constante de la vulnerabilidad y del impacto generado cuando se materializa el riesgo. Durante los últimos años, la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE), con base en la Ley № 8488, ha promovido un cambio de paradigma hacia una visión proactiva, integral, preventiva y prospectiva, para contribuir con el desarrollo sostenible, haciendo aparecer a la GR como un eje transversal de relevancia para ser incorporado dentro de la Política Nacional para el Ordenamiento Territorial (PNOT). Por otro lado, el Plan Nacional para la Gestión del Riesgo 2010-2015 (PNGR), un instrumento de planificación estratégica que procura poner en aplicación la política de GR, realiza una serie de señalamientos con respecto a las responsabilidades de cada uno de los actores que conforman al Sistema Nacional de Gestión del Riesgo (SNGR). En el Eje #2: Mecanismos e instrumentos normativos para la GR, Lineamiento #2, relacionado con las municipalidades se estalece el vínculo entre las políticas nacionales para el OT y para la GR. Lo anterior, proponiendo metas como que los planes reguladores consideren el riesgo en los territorios ordenando una ocupación humana en sitios seguros y la protección de los ecosistemas naturales, considerando el riesgo en los territorios bajo su jurisdicción y también que cuenten con funcionarios capacitados que incorporen los temas sobre GR con enfoque de derechos y perspectiva de género. Por lo tanto, la guía procura contribuir en la creciente necesidad y urgencia de la inclusión de la GR en la planificación nacional y municipal, particularmente en los instrumentos orientados al OT, como los Planes Reguladores Cantonales (PRC). Con esto se pretende que el conocimiento del riesgo sea fortalecido, especialmente mediante los estudios y estimaciones de las amenazas y vulnerabilidades en cada sector. Así se espera diseñar mejores estrategias para la reducción del riesgo físico, operativo y financiero, y planificar de manera adecuada el manejo de las emergencias y los desastres. Esta guía es uno de los instrumentos básicos para la generación de capacidades en el ámbito local, en cuanto a la inclusión de la GR en el OT, lo cual es de todas maneras una responsabilidad legal de los gobiernos locales, y se espera que coadyuve con el fortalecimiento institucional.