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San Agustín, nació el 13 de noviembre del año 354 en Tagaste. Sus padres: Patricio y Mónica, eran de cierta posición social pero no ricos. En su juventud se dejó arrastrar por los malos ejemplos y hasta los 32 años llevó una vida... more

San Agustín, nació el 13 de noviembre del año 354 en Tagaste.
Sus padres: Patricio y Mónica, eran de cierta posición social pero no ricos. En su juventud se dejó arrastrar por los malos ejemplos y hasta los 32 años llevó una vida licenciosa aferrada a la herejía maniquea.
Mónica había enseñado a orar a su hijo desde muy niño y le había instruido en la fe, de modo que el mismo Agustín, que cayó gravemente enfermo, pidió que le fuese conferido el bautismo, pero la salud del joven mejoró por lo que el bautismo le fue diferido.
Agustín daba gracias a Dios porque si bien las personas que le obligaban a aprender, sólo pensaban en las “riquezas que pasan” y en la “gloria perecedera”, la Divina Providencia se valió de su error para hacerle aprender cosas que le serían muy útiles y provechosas en la vida. El Santo se reprocha por haber estudiado frecuentemente sólo por temor del castigo y por no haber escrito, leído y aprendido las lecciones como debió hacerlo, desobedeciendo así sus padres y maestros.
Agustín estudiaba con gusto el latín, que había aprendido en conversaciones con las sirvientas de su casa y otros que le rodeaban.
Desde niño detestaba el griego y nunca llegó a gustar a Homero porque jamás logró entenderlo bien. En cambio muy pronto tomó gusto por los poetas latinos.
Agustín fue a Cartago a fines del año 370 cuando acababa de cumplir 17 años. Pronto se distinguió en la escuela de retórica y se entregó ardientemente al estudio, aunque lo hacía sobre todo por vanidad y ambición.
No tardó en entablar relaciones amorosas con una mujer, y aunque eran relaciones ilegales, supo permanecerle fiel hasta que la mandó a Milán en 385. Con ella tuvo un hijo llamado Adeodato en el año 372. En este período murió su padre.
Agustín prosiguió sus estudios en Cartago. La lectura del “Hortensius” de Cicerón le desvió de la retórica a la filosofía. También leyó obras de los escritores cristianos, pero la sencillez de su estilo le impidió comprender su humildad y penetrar su espíritu. Por entonces persistía aún en el maniqueísmo, idea que profesará hasta los 28 años de edad.
San Agustín dirigió durante 9 años su propia escuela de gramática y retórica en Tagaste y Cartago. Entre tanto Mónica, su madre, no cesaba de tratar de convertirle por medio de la oración y la persuasión.
En 383, partió furtivamente a Roma. En la Ciudad Eterna abrió una escuela, pero descontento por la perversa costumbre de los estudiantes de cambiar frecuentemente de profesor pagar no pagar sus servicio, decidió emigrar a Milán donde obtuvo el puesto de profesor de retórica. Ahí fue muy bien recibido y el obispo de la ciudad, San Ambrosio, le dio ciertas muestras de respeto. Por su parte Agustín tenía curiosidad por conocer a fondo al obispo, no tanto porque predicase la verdad, sino porque era un hombre famoso por su erudición. Así pues Agustín asistía a sus sermones para satisfacer su curiosidad y deleitarse con su elocuencia.
Agustín comprendía la excelencia de la castidad predicada por la Iglesia católica, pero la dificultad de practicarla le hacía vacilar en abrazar definitivamente el cristianismo.
Después de su conversión en septiembre del 386, el Santo renunció inmediatamente el profesorado. No obstante su amor por el estudio, no menguó, y así continuo perseverante por el estudio y la oración.
La víspera de la Pascua del año 387, San Agustín recibió el bautismo de manos, junto con Alipio y su querido hijo Adeodato, quien tenía entonces 15 años. Murió poco después. En el otoño de ese año, Agustín resolvió retornar a África con su madre y amigos. Santa Mónica murió ahí en noviembre del 387.
Aunque Agustín no pensaba en el sacerdocio, fue ordenado en el año 391 por el obispo de Hipona, Valerio, quién le tomó por asistente. El obispo que era griego y tenía impedimento con la lengua le nombró predicador. Agustín se dedicó entonces a combatir el maniqueísmo y los comienzos del donatismo.
En el año 395 fue consagrado obispo coadjutor de Valerio . poco después este último murió y el santo lo sucedió en la sede de Hipona.
“San Agustín adoptó con fervor y contribuyó a regularizar la forma de vida común que la primitiva iglesia había aprobado como instituida por los apóstoles” Papa Pascual II.
El santo fundó también una comunidad femenina. A la muerte de su hermana, quien fue la primera “abadesa escribió una carta sobre los primeros principios ascéticos de la vida religiosa. En esa epístola y en dos sermones más se halla comprendida la llamada Regla de San Agustín, que constituye la base de las constituciones de tantos canónigos y canonesas regulares.
Las principales fuentes sobre la vida y carácter de San Agustín son sus propios escritos, especialmente las Confesiones, el De Civitate Dei , la correspondencia y los sermones.