Latin American Church History Research Papers (original) (raw)
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Los autores, mano a mano, desde el mismo São Félix do Araguaia, trataron de sistematizar teológicamente, no su propia visión de la espiritualidad, sino la «espiritualidad de la liberación» que se estaba viviendo (y muriendo por ella) en el Continente Latinoamericano. Trataron de poner lo menos de sí mismos posilbe, limitándose a «poner en orden, poner palabras, y sistematizar» la experiencia espiritual que el pueblo, los agentes pastorales, y los mártires latinoamericanos estaban viviendo (y muriendo) en el Continente a la altura de 1992.
La de la liberación no es, de ninguna manera, una espiritualidad teórica, especulativa, o espiritual-espiritualista, sino la espiritualidad que desborda de una práctica llena de Vida, de Amor, de Lucha por la Causa de Jesús y su Utopía, ¡el Reino! Una espiritualidad práctica e histórica que brota de una práctica espiritual y una historización escatológica de la realidad.
El primer capítulo trata la espiritualidad en general, del concepto mismo de espiritualidad, y de las grandes cuestiones previas. Representa un planteamiento rompedor de viejos moldes y seguridades que, de hecho, todavía estaban vigentes años después del Vaticano II. Tesis clásicas defendidas por los clásicos preconciliares (Danielou, Garrigou-Lagrange, Tanquerey...) y que seguían en pie a pesar de un Concilio Vaticano II todavía no aplicado a los demas de la espiritualidad, resultan radicalmente renovados en este nuevo concepto antropológico-teológico de la espiritualidad, una espiritualidad que habita e inspira a todo ser humano (no sólo a los bautizados).
El segundo capítulo describe la espiritualidad laica de la liberación, la que llamamos «E-1»: una espiritualidad de la liberación sin referencia necesaria a una religiosidad confesional, compartida por miles y miles de militantes sociales y políticos de nuestro Continente, que luchan por la Utopía de Jesús, con otros nombres, pero con actitudes espirituales homólogas (y para nosotros teologalmente equivalentes) a las de los seguidores más radicales de Jesús.
El tercer capítulo despliega la espiritualidad de la liberación explícitamente «cristiana», que llamamos «E-2», desplegada en todas sus referencias bíblicas, teológicas y, sobre todo, jesuánicas.
El prólogo es de Ernesto CARDENAL, y el epílogo de Gustavo GUTIÉRREZ. El dibujo de portada es de Maximino CEREZO BARREDO.