Mayorazgo Research Papers - Academia.edu (original) (raw)

Cuando se habla de «familia tradicional» es preciso matizar qué quiere decirse. La tradición no es algo inmutable; hay que especificar de qué momento se habla. Si cuando se usa el término «familia tradicional» se quiere hacer referencia a... more

Cuando se habla de «familia tradicional» es preciso matizar qué quiere decirse. La tradición no es algo inmutable; hay que especificar de qué momento se habla. Si cuando se usa el término «familia tradicional» se quiere hacer referencia a una familia nuclear, constituida por un matrimonio con su prole, es preciso reconocer que tal situación se ha dado durante un breve lapso de tiempo: el transcurrido entre la transición demográfica y la difusión generalizada de la limitación de nacimientos. Junto a ello, hasta entrada la edad contemporánea la elección de cónyuge era un asunto en el que intervenían directamente los padres de los contrayentes, hasta el punto de que «casarse de amores» tenía unas connotaciones claramente negativas. El patrimonio, la conveniencia, la unión entre iguales se imponían sobre otras consideraciones. Por otra parte, aunque es cierto que la natalidad no estaba regulada, también lo es que la escasa duración de los matrimonios debida a la temprana mortalidad, la insuficiencia de la dieta, que mermaba la fecundidad, y la elevadísima mortalidad infantil impedían con frecuencia formar familias numerosas. Familias monoparentales, segundas nupcias, padrastros, madrastras y hermanastros, huérfanos acogidos por parientes, grupos de hermanos repartidos entre varias casas, ciclos de servicio temporal, prohijamientos de sobrinos a fin de dar heredero a un matrimonio sin hijos y un largo etcétera formaron parte de la vida cotidiana de los europeos durante generaciones,. El enorme crecimiento del estado moderno, tal y como se da hoy en día en los países más avanzados del mundo, se ha producido absorbiendo competencias que hasta el siglo xx se desarrollaban en el interior de la casa y eran tradicionalmente responsabilidad de la mujer. La casa era guardería, escuela, hospital, hospicio, asilo, tanatorio, almacén, bodega, taller de producción textil, punto de información, lugar de acogida de pobres y peregrinos, albergue, centro de formación profesional para criados, aprendices, mozos de labranza, pastores, centro productor y distribuidor de fruta, verdura, hortalizas, miel, cera, madera, carne de ave, lugar de fabricación de conservas y salazones, panadería y un largo etcétera que permitían considerar el ámbito doméstico como un espacio de gran valor económico, de manera que un cabeza de familia no podía en general permitirse el permanecer viudo mucho tiempo.