Open Marxism Research Papers - Academia.edu (original) (raw)
Este libro es, en principio, un intento de reconstruir la dialéctica de la ilustración estudiada por Adorno y Horkheimer desde la perspectiva de la crítica marxiana del capital. 2) En el pensamiento maduro de Marx, leído... more
Este libro es, en principio, un intento de reconstruir la dialéctica de la ilustración estudiada por Adorno y Horkheimer desde la perspectiva de la crítica marxiana del capital.
En el pensamiento maduro de Marx, leído fundamentalmente desde Moishe Postone, encontramos toda una teoría de las formas de mediación sociales en el capitalismo. La modernidad capitalista se caracteriza por la primacía de lógicas de dominación abstractas antes que personales. Somos dominados por abstracciones reales que se mueven solas, como el propio capital que, en cuanto valor que se valoriza, constriñe las posibilidades de acción política democrática de las personas.
Esas dominaciones impersonales y ciegas, sin embargo, no se sostienen sin una serie de dominaciones particularistas (de clase, género y racialización) que les son co-constitutivas. Entonces, no hay dominación abstracta sin angatonismos, disputa y lucha.
La modernidad capitalista no es, sin embargo, solo dominación. Esta también una forma social generativa. El capital pone potencialidades emancipatorias que, de realizarse, lo negarían y superarían históricamente.
Esas potencialidades se encuentran en la democracia y la técnica modernas. Ambas existen bajo una forma capitalista, en la que se realizan como dominación (democracia domesticada por el mercado, tecnología que oprime trabajadorxs en la configuración material del capital fijo). Sin embargo, ambas portan las promesas incumplidas de una modernidad más allá del capital. Esas promesas nos sugieren una democracia radicalizada que se sacuda de encima el mecanismo ciego de la acumulación y una técnica nueva que profundice las posibilidades de autodeterminación colectiva a nivel de la vida material.
Es posible, por lo tanto, una crítica inmanente de la modernidad capitalista. Esta crítica evita las narrativas unilaterales del progreso y la decadencia. La modernidad es, como enseñan Bolívar Echeverría y Moishe Postone, ambigua: mezcla de dominación y emancipción, de opresiones terribles y aperturas de posibilidades emocionantes. El proyecto del marxismo es algo así como críticar la modernidad para realizar sus núcleos de verdad emancipatorios.
Sin embargo, también hay un gran potencial de catástrofe en la modernidad. Como vieron Adorno y Horkheimer, el capitalismo no configura una dominación estática con potencialidades de liberación latentes. El potencial de catástrofe de la modernidad se activa cuando, en lugar de la emancipación, triunfan movimientos que barren las libertades parciales conquistadas bajo la abstracción-valor. Los fascismos, los totalitarismos, el antisemitismo, los odios racistas, son ejemplos de este potencial de catástrofe de la modernidad. Por eso, si los proyectos emancipatorios no se realizan o quedan truncos, nos espera algo peor que un capitalismo de "business as usual". Los totalitarismos no son excepciones enloquecidas ante la política moderna, sino resultados inmanentes de su dinámica, tanto como las promesas de democracia, socialismo y libertad. Las encrucijadas de la modernidad no nos permiten, por lo tanto, descansar en la ilusión de una dominación estabilizada y esperar al futuro para realizar las promesas emancipatorias. Si la emancipación no ocurre, más temprano que tarde sobrevendrá otra vez la catástrofe.