Redes intelectuales y redes familiares Research Papers (original) (raw)

El catolicismo español contemporáneo ha sido dibujado habitualmente como un movimiento cultural y político netamente reaccionario, contrario a toda forma de secularización y, por extensión, enemigo declarado de la modernidad en todos sus... more

El catolicismo español contemporáneo ha sido dibujado habitualmente como un movimiento cultural y político netamente reaccionario, contrario a toda forma de secularización y, por extensión, enemigo declarado de la modernidad en todos sus elementos fundamentales. La consecución de la Dictadura de Franco, por ende, sería la colmatación de décadas de lucha política, social y cultural. Esta tesis doctoral trata de colorear este ambiente, este relato, con matices, proponiendo otras vías posibles, si bien fracasadas, para aquel catolicismo. Es decir, hubo también lugares y grupos católicos que abogaron por una aproximación diferente, por una relación más dialogante con los cambios y los nuevos tiempos. Un ejemplo paradigmático fue Cruz y Raya, viva entre los años 1933 y 1936, en plena Segunda República.
No obstante, el estudio de la revista por parte de la historiografía ha sido muy diverso, y, en general, poco riguroso. En pocas líneas, con cierta obsesión con su díscolo director, y con sentencias nunca demostradas desde la propia fuente. Por ello, hemos abordado su análisis desde una perspectiva diferente, más integradora, donde contexto y texto se arrojan luz mutuamente. Así, la primera mitad de la tesis aborda, precisamente, su contexto, definido por tres elementos muy precisos: sus fundadores son intelectuales integrados en las redes transnacionales de sociabilidad intelectual; el lugar en el que viven y escriben es el Madrid moderno, el Madrid republicano; el tiempo, a su vez, es también muy revelador, pues hablamos de la crisis de la modernidad. Todo ello dota de significado a la revista, al hecho de que unos católicos intelectuales se convenzan de que la manera de combatir tanto el laicismo como el exceso de la militancia confesional sea a través de una revista. Y una revista, además, claramente intelectual, de corta tirada. El estudio de tal contexto, de tales variables, nos ha ofrecido una mirada nueva sobre Cruz y Raya, y dedicaremos muchas páginas a desentrañar lo que implicaba eso de ser intelectuales en el Madrid de 1933. ¿Qué suponía vivir tal sociabilidad, cuáles eran sus códigos, sus costumbres, sus relatos? ¿hubo experiencia de crisis y, de haberlo, en qué consistía realmente? Y para el caso de Madrid y nuestros protagonistas, ¿podemos hablar de que Madrid se integró en aquellas redes, en aquellos problemas modernos? ¿realmente estuvieron sus fundadores integrados en la ciudad y en tales redes, incluso siendo católicos? ¿participaron de los problemas, tensiones y esperanzas de aquellos intelectuales europeos? ¿qué implicaba elegir como medio para hacerse oír una revista, cómo se produjo tal fundación? Son preguntas que contestaremos a lo largo de numerosas páginas, y donde la evidencia ilumina el camino con claridad, aunque nos topemos con algún claroscuro documental.
La segunda parte de la tesis abordará estrictamente el texto, el contenido de la revista. Durante muchos años se ha afirmado que Cruz y Raya, que comenzó con buenas intenciones, termina, sin embargo, cayendo en el marxismo y la heterodoxia. Es decir, si comenzara propugnando una relación lícita entre fe y mundo moderno, anticipando la libertad religiosa del Concilio Vaticano II, terminaría desbarrando irremisiblemente hacia el modernismo. Sucumbiría al mundo moderno, perdiendo su identidad religiosa. No obstante, un estudio riguroso de la revista, de su evolución en el tiempo y los textos que publica, no permiten, en absoluto, concluir tales cosas. Evitando una cierta profecía autocumplida en torno a José Bergamín, la revista bien pudiera ser un fracaso, que lo fue, pues no logró renovar el catolicismo español, ni a nivel político ni cultural: pero eso no permite decir que abrazara el marxismo ni por asomo. No hay texto alguno que pueda indicar eso. Mostraremos cómo la revista se mantuvo siempre próxima al entorno de Esprit, referente fundamental del personalismo europeo y anticipo claro de la Dignitatis Humanae, especialmente a Jacques Maritain, buen amigo del grupo de Cruz y Raya. Asimismo, su planteamiento político siempre fue el mismo: oposición a los totalitarismos emergentes, especialmente al nazismo alemán, que conocían bien, y defensa de la paz y la concordia en España. “Frente a unos y otros”, como diría su director. En lo cultural, encontraremos una revista ajena al discurso tradicionalista sobre la historia de España, interesada por los asuntos filosóficos y culturales de aquella Europa, que tanto había viajado, y ofreciendo soluciones que poco tendrán que ver con la mera reacción o un escolasticismo de trinchera. Ciertamente, una revista renovadora del catolicismo español, sin claudicaciones, para un Madrid republicano.