Visigothic Numismatics Research Papers - Academia.edu (original) (raw)
La finalidad principal de este coloquio es reflexionar sobre las manifestaciones urbanas y arquitectónicas de las nuevas élites visigodas a través de sus sedes regia establecidas en Galia, en primer lugar, y posteriormente en la Península... more
La finalidad principal de este coloquio es reflexionar sobre las manifestaciones urbanas y arquitectónicas de las nuevas élites visigodas a través de sus sedes regia establecidas en Galia, en primer lugar, y posteriormente en la Península Ibérica. A partir de las recientes evidencias arqueológicas, y de manera paralela, de las investigaciones actuales versadas en la interpretación y conocimiento histórico de las fuentes escritas, se indagará en el proceso general y particular de transformación de las ciudades y de sus territorios, insistiendo en el modelo de implantación territorial de este pueblo en la parte del Mediterráneo occidental. Tomando como centro del discurso la capital de Toledo, se abordarán los precedentes urbanos bajoimperiales y el desarrollo inicial de una progresiva transformación social, económica, política y religiosa, así como en aquellos otros elementos de cambio y continuidad que también contribuyeron a delinear unos nuevos paisajes culturales a lo largo de la Antigüedad tardía. La residencia itinerante de la corte y de la monarquía visigoda en diversas ciudades galas e hispánicas, hasta su definitiva instalación en Toledo, debió acarrear consecuencias topográficas particulares en cada una de ellas, tanto en la propia estructuración de los nuevos espacios públicos y de representación, además de aquéllos de ámbito privado o residencial, como en la ordenación del territorio. Se pretende, por tanto, rastrear en qué medida las fundaciones civiles de patronato regio, y también las estructuras que integraban los itinerarios estacionales promovidas por el poder eclesiástico, contribuyeron al desarrollo y configuración de una nueva imagen de la ciudad tardoantigua que tendrá su última expresión en Oviedo con el inicio del reino asturiano.
El Occidente romano durante el siglo V estuvo marcado por las grandes migraciones de los denominados gentes barbarae, muchos de ellos germanos y de raigambre eminentemente militar. En el contexto geográfico a analizar, tras la llegada de Ataúlfo en el 412, que reside en Narbona, se instalan definitivamente en Aquitania con la firma del foedus del 418. Teodorico II elige Toulouse como sede regia. Tras varios acontecimientos, controlan la Provenza a partir del 476, y casi un siglo más tarde, vencidos por los francos, establecen una nueva capital visigoda en Toledo.
La discusión histórica sobre las capitales de les reinos dirigidos por monarcas germanos en los territorios del Imperio Occidental durante la Antigüedad tardía, no es nuevo, siendo un referente historiográfico fundamental la publicación de Sedes Regias editado por G. Ripoll y J.M. Gurt en 2000, donde se abordaba este mismo tema a través de varios casos de estudio. A esta monografía se sumaron posteriormente un sin fin de trabajos tanto de síntesis como de problemáticas locales o regionales. Pero, desafortunadamente, desconocemos numerosos aspectos de las relaciones entre visigodos arrianos, la aristocracia católica en Gaule y en Hispania, así como con el restos de la población galo o hispanorromana. La dificultad para alcanzar un consenso respecto a la existencia de una cultura material identitaria, por un lado, y las escasas evidencias monumentales para reconstruir la imagen urbana de las sedes visigodas, por otro, sigue siendo un problema arqueológico. A ello se suman otras cuestiones igualmente complejas que protagonizan el debate científico actual, en torno a la etnicidad, que están enmarcadas en planteamientos y postulados muy elaborados de larga trayectoria historiográfica, y que merecerían un foro de debate propio. Pero, probablemente las élites visigodas estaban bastante «romanizadas», y los referentes para sus manifestaciones arquitectónicas y expresión de estatus en la creación de nuevos espacios se encuentran en el mundo romano bajoimperial y en Oriente.
La idea de reabrir este debate científico surge por las novedades y avances en el conocimiento arqueológico de los últimos 15 años, sobre todo en los contextos urbanos de la Península Ibérica. Esta es la razón por la que nos hemos ceñido geográficamente al marco de la Península Ibérica y al Sur de Francia. Las novedades en cuanto a una arquitectura de poder relacionada con las élites militares y civiles visigodas, siguen siendo menores en este último caso, pero conocer la realidad arqueológica de la Gaule, desde el control visigodo efectivo de Aquitaine en el 418 hasta Vouillé en el 507, es prioritario para el caso hispano y conocer fenémenos que afectaron a ambos territorios. De ahí que debamos mirar a la Gaule du Midi, l’Aquitaine et la Provence, para establecer, siempre que sea posible unos referentes topográficos y posibles antecedentes de un modelo de organización territorial. Quizás no exista, quizá no podamos identificarlo ni definirlo por el momento.
Desde esta perspectiva y para fomentar el diálogo histórico sobre las sociedades tardoantiguas y altomedievales en Europa, nos planteamos seleccionar varias casos de estudio, que serán abordados por reconocidos especialistas. En este primer encuentro que se desarrollará durante una única pero intensa jornadas, se examinarán conceptos topográficos, arquitectónicos y territoriales como una de las vías para comprender la concepción espacial del poder y la construcción de nuevos paisajes culturales vinculados a las élites tardoantiguas y visigodas, y su reflejo e importancia en el norte peninsular a partir del siglo IX.
El hilo conductor, por tanto, es abordar las manifestaciones monumentales y arquitectónicas de la monarquía visigoda en el paisaje urbano de sus capitales regias en la Gaule du Midi y en la Península Ibérica (Barcino y Toledo). A partir de ellas, se analizarán los precedentes e influencias del mundo bajoimperial (residencias imperiales y prefecturas como Trier y Arles en Gaule en los siglos IV y V), la exportación de modelos desde estas capitales a otras zonas hispanas (caso de Pla de Nadal), así como el peso de su influencia los nuevos reinos cristianos (Oviedo). Este panorama se completa con otras evidencias arqueológicas significativas, y coetáneas del territorio hispano, que muestran la configuración de nuevos espacios de poder relacionados con la presencia de otras élites, suevas (Emerita Augusta), y orientales (Carthago Spartaria).