Giantess The Encounter by bullus999 on DeviantArt (original) (raw)

ESP - ENG

Giantess: The Encounter

It was a warm afternoon in Los Angeles, and Jack Murray, a daring reporter, was heading toward an interview that left him speechless. A mysterious woman had appeared on the outskirts of the city. She wasn’t just any woman—she was over a hundred meters tall, but the most baffling part was her ability to shrink back to a normal size at will. No one knew who she was or what her intentions were. She called herself Cyra.

Jack's helicopter landed in a cleared area, far from the giantess but close enough to see the details on her skin. Cyra was sitting atop a skyscraper in the city center. Her crossed legs and relaxed posture didn’t match the unease her presence created. Despite her imposing size, she hadn’t caused significant damage—yet everyone knew that with a simple move, she could unleash chaos.

“Wow, those lips...” Jack thought as he walked toward her. The shine of her plump lips was impossible to ignore, but he quickly tried to focus on his mission. He held the camera in one hand and the microphone in the other, ready to capture every word Cyra might say. He climbed the building's emergency stairs to the rooftop. Once there, he found himself much closer to her than he had imagined. From that distance, he could see the tattoos decorating her arm, a dark floral pattern.

“What brings you here?” Jack asked in a professional tone, though his voice trembled slightly.

Cyra looked at him with a mixture of curiosity and amusement. She knew what he was thinking. “How many men have been left this stunned?” she thought to herself, but she didn’t blame him. After all, her power and presence were almost hypnotic.

“Why don’t you ask me what you really want to ask, Jack?” she said, flashing a smile that made the reporter’s heart race.

He swallowed hard. Jack wasn’t easily intimidated, but the giantess had a commanding aura, and it wasn’t just because of her size.

“What… what do you want from us?” he finally asked, aware that most people in his position would be begging for their lives.

Cyra let out a soft laugh that echoed through the air.

“What a cliché question, reporter. I don’t want anything from you… yet.” Her eyes sparkled with a hint of mischief. “I’m just… observing.”

Jack looked at her with skepticism, his eyes briefly lowering to her cleavage. Cyra noticed that fleeting moment, and her smile grew wider.

“I see you like… the view,” she said, and Jack felt heat rise to his face. She was toying with him, enjoying his reaction. “But don’t worry, I don’t plan to hurt you. Not today.”

The reporter tried to pull himself together. He knew he had to get something valuable out of this interview, but every word Cyra said was loaded with double meaning.

“Why appear now?” Jack persisted, regaining some composure.

“Because I’m no longer interested in my past life,” she replied. “I’ve seen the world from below for too long. Now that I can control it, I won’t waste my chance. I don’t belong to any side, neither humanity nor others like me. I only… belong to myself.”

Jack watched her, absorbing every word. It was clear Cyra had no allegiances, and her power put her in a unique position. She wasn’t a villain or a hero. She was simply a force following her own impulses.

“What do you plan to do now?” he asked more cautiously.

“We’ll see, Jack, we’ll see,” she responded cryptically. “For now, I’ll enjoy this new… point of view.”

With that, Cyra slowly rose, her enormous figure towering over the sky. Her gaze fell on Jack one last time before disappearing into the clouds, leaving a city in suspense and a reporter utterly bewildered.


Giantess: El Encuentro

Era una tarde cálida en Los Ángeles, y Jack Murray, un reportero conocido por ser atrevido, se dirigía hacia una entrevista que lo había dejado sin palabras. Una misteriosa mujer había aparecido en las afueras de la ciudad. No era cualquier mujer. Medía más de cien metros de altura, pero lo más desconcertante era que, a voluntad, podía regresar a su tamaño normal. Nadie sabía quién era ni cuáles eran sus intenciones. Se hacía llamar Cyra.

El helicóptero de Jack aterrizó en una zona despejada, lejos de la gigante, pero lo suficientemente cerca como para que pudiera ver los detalles en su piel. Cyra estaba sentada en la cima de un rascacielos en el centro de la ciudad. Sus piernas cruzadas y su postura relajada no coincidían con la inquietud que generaba su mera presencia. A pesar de su imponente tamaño, no había causado destrozos importantes. Sin embargo, todos sabían que, con un simple movimiento, podría desatar el caos.

"Vaya, esos labios..." pensó Jack mientras caminaba hacia ella. El brillo de sus labios carnosos era imposible de ignorar, pero rápidamente intentó enfocarse en su misión. Llevaba la cámara en una mano y el micrófono en la otra, listo para capturar cada palabra que Cyra pudiera decir. Subió la escalera de emergencia del edificio hasta la azotea. Al llegar, se encontró con ella a una distancia más cercana de lo que había imaginado. Desde allí podía ver los tatuajes que decoraban su brazo, un patrón intrincado de flores oscuras.

—¿Qué es lo que te trae aquí? —preguntó Jack con un tono profesional, aunque su voz temblaba un poco.

Cyra lo miró con una mezcla de curiosidad y diversión. Sabía lo que él estaba pensando. "¿Cuántos hombres se habrán quedado así de embobados?" pensó para sí misma, pero no lo culpaba. Después de todo, su poder y su presencia eran casi hipnóticos.

—¿Por qué no me haces la pregunta que realmente quieres hacer, Jack? —le dijo, esbozando una sonrisa que hizo que el corazón del reportero saltara.

Él tragó saliva. No era fácil intimidar a Jack, pero la gigante tenía un aire dominante, y no era solo por su tamaño.

—¿Qué... qué es lo que quieres de nosotros? —preguntó finalmente, consciente de que la mayoría en su posición estaría rogando por sus vidas.

Cyra dejó escapar una risa suave que resonó en el aire.

—Qué pregunta tan cliché, reportero. No quiero nada de ustedes... aún. —Sus ojos brillaron con un toque de picardía—. Solo estoy... observando.

Jack la miró con escepticismo, sus ojos bajando un instante hacia su escote. Cyra notó ese breve momento, y su sonrisa se amplió.

—Veo que te gustan los paisajes... amplios —dijo, y Jack sintió que el calor subía a su rostro. Ella jugaba con él, disfrutando de su reacción—. Pero no te preocupes, no tengo intención de hacerte daño. No hoy.

El reportero trató de recomponerse. Sabía que tenía que sacar algo de valor de esa entrevista, pero cada palabra de Cyra estaba cargada de doble sentido.

—¿Por qué apareciste ahora? —insistió Jack, recuperando un poco de compostura.

—Porque ya no me interesa mi vida pasada —respondió ella—. He visto el mundo desde abajo durante demasiado tiempo. Ahora que puedo controlarlo, no pienso desperdiciar mi oportunidad. No pertenezco a ningún bando, ni a la humanidad ni a otros como yo. Solo... me pertenezco a mí misma.

Jack la observaba, asimilando cada palabra. Era claro que Cyra no tenía lealtades, y su poder la colocaba en una posición única. No era una villana ni una heroína. Solo era una fuerza que seguía sus propios impulsos.

—¿Qué planeas hacer ahora? —preguntó con más cautela.

—Veremos, Jack, veremos —respondió ella con misterio—. Por ahora, voy a disfrutar de este nuevo... punto de vista.

Con eso, Cyra se levantó lentamente, su enorme figura cubriendo el cielo. Su mirada volvió a Jack una vez más antes de desaparecer entre las nubes, dejando una ciudad en suspenso y un reportero completamente desconcertado.