Con otros, del Sínodo al Jubileo - Diócesis de Salamanca (original) (raw)
El sacerdote Mariano Montero, en su comentario al evangelio de este domingo, 29 de septiembre, XXVI del tiempo Ordinario, destaca la necesidad de una Iglesia abierta y servicial. Con el nuevo curso pastoral a la vista, anima a vivir el camino hacia el Jubileo 2025 y la fase final del Sínodo de la Sinodalidad
Hemos dejado atrás el verano y el Evangelio de hoy nos prepara para el nuevo curso que iniciamos. Nos muestra cómo, siguiendo la lógica mundana, el joven Juan –hijo del Trueno, le llamaban- ha intentado impedir que otro sanara a una persona en el nombre de Jesús, y se justifica diciendo: “porque no es de los nuestros”. La respuesta de Jesús es diáfana: “No se lo impidáis, porque… el que no está contra nosotros está a favor nuestro”. (O sea, que no pongamos divergencia “nosotros” donde pueda haber confluencia “con otros”).
Algunos cristianos se confunden al oír estas palabras y recordar que, en el evangelio de San Mateo, Jesús dijo a sus discípulos: “El que no está conmigo está contra mí”. Sin embargo, está muy claro: los contextos son diferentes. En Mateo lo que está en juego es la opción por seguir a Jesús, una elección donde no caben las medias tintas. En Marcos se trata de cómo concebimos la comunidad cristiana y su estar en el mundo. El joven Juan parece que la sintiera como un coto cerrado, celoso de lo propio y ansioso del control (como le pasaba a Josué en la primera lectura). En cambio, Jesús revela la Iglesia como un “nosotros” abierto y comunicante, un manantial de Vida nueva que conecta “con otros” en los que el Reino acontece y el Espíritu actúa.
Esto es una luz para los cristianos de nuestro tiempo. **¿Por qué nos cuesta tanto, al relacionarnos “con otros” que no son del propio grupo, reconocer en ellos la presencia encarnada de Jesús, la acción del Espíritu que campa por todo el mundo?**… ¿Y por qué nos cuesta reconocer que hay otros que actúan “a favor nuestro” si lo hacen “a favor del Reino”, aunque les percibamos lejos de nuestros recintos? Quizá tenemos que purificar nuestra idea latente de Iglesia como fortaleza, que se autoafirma en sus propias fronteras, sectarismo y monopolio, al modo de los poderosos y los supuestamente impecables. Quizá tenemos que redescubrir la Iglesia de los pequeños, que se sabe signo del Reino y que vencerá al mundo no por su propio poderío, sino por la Pasión salvadora de su Señor (anunciada en los últimos dos domingos). Y, sobre todo, tenemos que volver a Jesús, que vino a servir y dar la vida: en el evangelio de Marcos, el episodio de este domingo está entre la acogida a los niños y la acogida a los discípulos. Jesús está enseñando a los Doce que su misión no es dominar, sino servir y acoger.
Como “Iglesia abierta a otros y con otros”, nosotros podremos vivir a fondo este nuevo curso que tenemos por delante. Con el impulso de la reciente Semana Diocesana de Pastoral, buscaremos compartir la alegría que nos es dada en el encuentro con Jesús Resucitado; en octubre seguiremos el desarrollo de la fase final del Sínodo de la Sinodalidad; y a lo largo del nuevo año celebraremos juntos el Jubileo 2025. La Semana de Pastoral abre nuestras fronteras parroquiales, carismáticas y ministeriales para hacernos a todos Iglesia Diocesana. El Sínodo y el Jubileo nos llevan más allá de nuestros recintos diocesanos, nacionales y católicos para caminar como Iglesia universal “con otros”. Señor, sigue enseñándonos a vivir con esta actitud y esperanza, poniendo nuestros manos, pies y mirada al servicio de tu presencia en el mundo: “Con otros, del Sínodo al Jubileo”.
Mariano Montero, sacerdote Adsis, párroco de Santa Marta de Tormes