A vaca por mes desde diciembre, el insostenible saldo del lobo en las ganaderías salenses del pueblo de Poles (original) (raw)
La zona salense de Poles, a escasos metros de la capital del concejo, registra este septiembre un nuevo ataque de lobo. Y van alrededor de una decena. La última, hace un mes, una yegua de silla del ganadero Héctor Díaz, vecino de Arcellana. Que, como todos los animales atacados últimamente en la zona, “estaba muy cerca de las casas”.
En esta ocasión, es la Ganadería Marrón, la perjudicada otra vez. “Es la octava novilla desde diciembre”, clama el propietario, Fernando Marrón, coordinador regional de la Unión de Sectoriales Agrarias de Asturias (Usaga). El animal, de unos ocho meses, “fue atacado a escasos 400 metros de la urbanización de Salas”, explica el ganadero, mostrando la distancia en el mapa.
El salense denunciaba ya, a principios de julio, el ataque a una vaca que quedó “medio comida y viva”. La agonía de ver así a sus animales es una pesadilla para los ganaderos que, en la zona, advierten, desde hace meses, de la peligrosa cercanía del lobo a los núcleos poblacionales y el “cambio de comportamiento del depredador”.
“Se están acostumbrando casi a comer de la mano. Nadie toma medidas, están al lado de casa, en medio del pueblo. Esto es un sinsentido y un desequilibrio de la naturaleza”, explicaba Marrón, hace unas semanas, a este diario. Su ganadería, en el pueblo de Poles, es una de las más golpeadas por los ataques del lobo este año.