Carlos Madrid Casado, La ciencia y el relativismo (original) (raw)
Escuela de Filosofía de Oviedo
La ciencia y el relativismo. Filosofía versus Sociología de la ciencia
31 enero-1 febrero 2012
Carlos Madrid Casado (Madrid 1980). Licenciado en Matemáticas y Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid. Funcionario del Estado que ejerce como Profesor de Matemáticas de Bachillerato y como Profesor Asociado de Estadística en la Universidad Complutense de Madrid.
¿Cómo es posible que la Ciencia pueda depender tanto de la Cultura y, sin embargo, producir resultados tan sólidos? ¿Cómo es posible que una actividad inscrita en la historia, como la actividad científica, produzca verdades transhistóricas, necesarias y universales? A lo largo del siglo XX, como consecuencia de la I y de la II Guerra Mundial –a veces denominadas, respectivamente, la Guerra de la Química y la Guerra de la Física–, la Ciencia y la Tecnología han perdido su certidumbre y su carácter benefactor. Desde Kuhn y Feyerabend, la sucesiva incorporación de materiales históricos y sociológicos en la imagen tradicional de la ciencia ha conseguido reducir las ciencias a la mera condición de formaciones culturales o teoréticas (literarias), desconectadas de la objetividad y de la verdad. Incluso se ha llegado a plantear la jubilación de la Gnoseología y su sustitución por la Historia de la Ciencia o, peor todavía, por la llamada Sociología del Conocimiento Científico. La crisis de la Epistemología tradicional de raigambre positivista y popperiana ha abierto la caja negra de la ciencia. Para los sociólogos de la ciencia (Barnes, Bloor, Collins, &c.), la génesis (social) parece viciar profundamente la validez (científica) del conocimiento. La ciencia no sería más que otra construcción social.
Sin embargo, desde la filosofía de la ciencia de Gustavo Bueno, es posible poner freno tanto al fundamentalismo científico imperante como al relativismo anticientífico posmoderno. La ciencia como hacer, y no sólo como saber (la de los manuales), es una empresa social pero, sobre todo, material. La ciencia no es un producto lingüístico, un conjunto de textos, porque la vemos obrar diariamente ante nuestros ojos (ordenadores, microondas, &c.). Sólo la perspectiva materialista permite escapar de la prisión idealista, rompiendo las cadenas de la Cultura y de la mítica Naturaleza, y poniendo proa hacia eso que llamamos la Realidad. El objetivo de estas cuatro lecciones es, en resumen, ajustar las clavijas a la Sociología de la Ciencia desde la Teoría del Cierre Categorial, al relativismo sociologista desde el materialismo filosófico.
I
De las Guerras de la Cultura a las Guerras de la Ciencia.
El giro sociológico y el porvenir de la Gnoseología
Vídeo de la lección 1 de Carlos Madrid, La ciencia y el relativismo (1 h 6 m)
Oviedo, martes 31 de enero de 2012.
Nubes negras en el Siglo de Oro de la filosofía de la ciencia. Del relativismo cultural de los «estudios culturales» al relativismo científico de los «estudios sobre ciencia y tecnología» (ST&S y S&TS). Culture Wars & Science Wars. El Postmodernismo y el Fundamentalismo Científico. El Escándalo Sokal. El Escándalo Bogdanov. La ciencia occidental no sería más que una ciencia entre muchas otras, otra narración o construcción social; y el conocimiento científico no divergiría en nada de otro tipo de conocimientos (artísticos, religiosos) salvo quizá en eficacia (y sólo a día de hoy).
Genealogía filosófica de la deriva irracionalista sociologista: el crack de los programas gnoseológicos teoreticistas. La sucesiva incorporación de materiales históricos y sociológicos en la imagen tradicional de la ciencia ha reducido las ciencias a la condición de meras formaciones culturales, literarias, desconectadas de la verdad y la objetividad. La miseria del teoreticismo (Carnap, Popper, Kuhn y Feyerabend): el relativismo social como consecuencia de las concepciones clásicas de la ciencia. La recepción de Kuhn: este físico reconvertido en historiador, y llamado a ser un «conservador fallido», aunó la perspectiva teoreticista y discontinuista de Koyré con la perspectiva sociológica y constructivista de Fleck († Auschwitz), pero siempre dentro de un estricto internismo (la ciencia es el producto de un grupo social peculiarmente aislado). Kuhn se da cuenta de que el orden axiomático no coincide con el orden histórico en la ciencia y de que ésta no es un edificio acabado ni en continua ampliación, sino un edificio que de vez en cuando precisa de reconstrucción (pero con materiales a menudo reutilizables y reutilizados). Pero pone el acento en la persuasión en la competencia entre teorías durante los periodos revolucionarios (jóvenes y carcas), aunque luego reduzca la competencia a ofrecer argumentos epistémicos (sobre precisión, coherencia, amplitud, simplicidad y fecundidad). Kuhnianos de izquierdas y de derecha: del ultraje a los filósofos positivistas y popperianos y el silencio de los historiadores ante el mito de una imaginaria revolución historiográfica, al variopinto público de la ola contracultural devastadora de los 60-70 (traducción al vascuence). «Luego de haber abierto la caja de Pandora, la cerraré de inmediato» (sic Kuhn).
Los sociólogos clásicos (Marx, Weber, Durkheim, Hessen, Merton) estudiaron la relación entre sociedad y ciencia respetando cierta autonomía de la ciencia. Desde coordenadas materialistas, hay que tomarse muy en serio a los sociólogos de la ciencia, porque ellos son –a diferencia de los filósofos y de los historiadores– los que más han señalado el contexto material de las ciencias, aunque luego se hayan deslizado por la pendiente del sociologismo. La influencia del anti-bolchevique Koyré (ciencia = teoría) hizo que cualquier joven historiador norteamericano que subrayase ese contexto siguiendo a Merton o, peor, a Bernal, fuese despachado con un «interesante, pero un poco marxista» durante la Guerra Fría. La lectura sesgada de la doble tesis de Merton. Pero, desde 1970, en la estela de Kuhn, los nuevos sociólogos estudian las relaciones entre sociedad y ciencia trocando los valores gnoseológicos por valores sociales (por ejemplo: la verdad x la autoridad), de modo que «conocimiento científico» es lo que en cada momento y lugar cada sociedad considera como tal (adiós al CUDEO mertoniano). El Programa Fuerte de la Sociología del Conocimiento Científico (Bloor & Barnes): el conocimiento científico está determinado causalmente por la sociedad. El Programa Relativista (Collins & Pinch): se matiza la causalidad y se asume un enfoque micro- mejor que macro-social, centrándose en las controversias científicas. Los Estudios de Laboratorio (Latour, Woolgar, Knorr-Cetina, Pickering...): se centran en los procesos reales de construcción de la ciencia en los laboratorios. La Etnometodología (Garfinkel, Lynch, Livingston): se atiene sólo a la descripción minuciosa de las competencias de los científicos en su faena diaria. Conclusiones: se detecta un progresivo deslizamiento de una sociología explicativa-causal a otra puramente descriptiva, según se atomizaba el ámbito de actuación de los factores sociales (sociedad → comunidad → laboratorio → científico).
Algunos ejemplos de estudios sociales de la ciencia: los azande, la homeopatía y el Cardenal Belarmino. La Tesis de Forman. Infradeterminación de las teorías científicas no sólo por los datos empíricos –como gusta recalcar a los sociólogos– sino también por los factores sociales.
II
La vida en el laboratorio.
La construcción material de los hechos científicos
Vídeo de la lección 2 de Carlos Madrid, La ciencia y el relativismo (1 h 33 m)
Oviedo, martes 31 de enero de 2012.
Los filósofos de la ciencia se han limitado a pensar la ciencia como descripción o representación, pero de lo que se trata es de pensarla como transformación de la realidad. Las ciencias hacen el mundo. Los científicos como abejas baconianas, es decir, como sujetos operatorios que no sólo formulan teorías o hipótesis, sino que también dedican su tiempo a manipular sustancias, manejar aparatos, construir artefactos o accionar máquinas. Ejemplo clásico: la Química. El matemático Luca Pacioli demostrando uno de los teoremas de Euclides. Y Marie Curie trabajando en su laboratorio. Puntos en común con los etnometodólogos y los estudios de laboratorio.
La ciencia es una construcción operatoria, material y social, no sólo en términos conceptuales y lingüísticos. Conocemos lo que construimos (materialmente). Los aparatos como máquinas epistémicas y ónticas, productoras de conocimiento y constructoras de mundo. Verum est factum. La verdad de la ciencia como ejercicio encarnado en la realidad antes que como representación de la realidad. Hiperrealismo materialista. El mundo cuántico como hiperrealidad. Otro ejemplo paradigmático: el descubrimiento constitutivo del oxígeno. Tres lecciones extraídas de los estudios de laboratorio, del nuevo experimentalismo y de la teoría del cierre categorial: predominio del idioma performativo sobre el idioma representacional en ciencia (Pickering); el científico como sujeto interventor (Hacking); la ciencia comprende una cultura material y los aparatos e instrumentos son los contextos determinantes de las ciencias (Bueno).
Relectura (materialista) del giro sociológico: los neutrinos solares de Pinch, los quarks de Pickering o la hormona de Latour & Woolgar.
III
Razones e intereses.
A vueltas con la construcción social y la simetría
Vídeo de la lección 3 de Carlos Madrid, La ciencia y el relativismo (1 h 12 m)
Oviedo, miércoles 1 de febrero de 2012.
Veri-ficación vs. veri-dicción. Principios de la Sociología del Conocimiento Científico (SCC): i) Naturalismo, ii) Relativismo, iii) Constructivismo Social.
Análisis del Constructivismo Social. Los sociólogos dan cuenta de las decisiones científicas no en términos de razones sino de intereses (búsqueda de crédito dentro la comunidad científica), de modo que el conocimiento científico sería consecuencia del entramado social (las creencias, la ideología, la cultura). Los hechos científicos son construcciones sociales pero en un sentido trivial y secundario, porque son primariamente construcciones materiales. La sociedad orienta el alcance (ontológico) de la ciencia. Ejemplo: ciertas proteínas, el agua pesada, el uranio enriquecido o el Plutonio-239 son productos fáciles de producir hoy día en pleno siglo XXI, pero su fabricación era imposible en los albores del siglo XVII dado que se carecía de la cultura instrumental adecuada. ¿Cómo es posible que la ciencia dependa tanto de la cultura y, sin embargo, produzca resultados tan sólidos? La inflexión de Latour: Ramsés II y la tuberculosis.
Análisis del Relativismo. Simetría, reflexividad y relativismo: un ménage à trois muy productivo. La simetría como regla metodológica básica de la SCC: «Los estudios de la ciencia han de ser simétricos en el estilo de sus explicaciones; los mismos tipos de causas han de explicar las creencias verdaderas y falsas; es decir, tendríamos que permanecer alejados de la idea positivista (internalista) de que las explicaciones sociológicas, psicológicas, políticas, &c., sólo serían pertinentes para explicar el error, pero nunca la verdad». Muerte a la sociología del error. Larga vida a la sociología de la verdad. El relativismo y la reflexividad como aplicaciones de la simetría a las otras ciencias o a la propia sociología. La génesis (social) viciaría la validez (científica) del conocimiento. Pero el análisis sociológico tiene la misma vigencia para el establecimiento de una verdad que de una falsedad. Steve Fuller y el Diseño Inteligente. No se puede ser un antirrealista natural y, seguidamente, un realista social. Radicalismo reflexivo de salón.
Análisis del Naturalismo –una supuesta ciencia de la ciencia– (cf. IV).
IV
Dos dogmas de los estudios sociales de la ciencia:
el dilema prescripción/descripción y la distinción Naturaleza/Cultura
Vídeo de la lección 4 de Carlos Madrid, La ciencia y el relativismo (39 m)
Oviedo, miércoles 1 de febrero de 2012.
Dogma I. Cruzando el dilema prescripción/descripción con el binomio gnoseología/sociología. Uso interesado de la distinción. Puntos débiles de un programa fuerte. Normatividad externa (política) frente a normatividad interna (metodológica).
Dogma II. ¿Puede llamarse posmoderno un movimiento que arraiga en una dualidad tan tradicional como la distinción Naturaleza/Cultura? Más allá de la Naturaleza y de la Cultura. Ejemplo: los números naturales, el Teorema de Pitágoras, el Tecnecio.
El porvenir de la gnoseología. Frente al científico natural, frenar el cientifismo imperante. Frente al científico social y sus amigos posmodernos, partidarios del relativismo anticientífico heredado de Rousseau, solventar la bancarrota de la racionalidad. Proa hacia la Realidad.
Algunas referencias bibliográficas en español
Bloor, David (1998): Conocimiento e imaginario social, Gedisa, Barcelona.
Bueno, Gustavo (1992): Teoría del cierre categorial, Pentalfa, Oviedo.
(2004): El Mito de la Cultura, 7ª edición, Prensa Ibérica, Barcelona.
(2005): «Ensayo de una teoría antropológica de las instituciones», El Basilisco, 37, pp. 3-52.
Camprubí, Lino (2006): «Diseño Inteligente y estudios anglosajones de la ciencia», El Catoblepas, 53, p. 11.
Collins, Harry & Pinch, Trevor (1996): El Gólem. Lo que todos deberíamos saber acerca de la ciencia, Crítica, Barcelona.
González, M. et al. (eds.) (1997): Ciencia, tecnología y sociedad. Lecturas seleccionadas, Ariel, Barcelona.
Hacking, Ian (2001): ¿La construcción social de qué?, Paidós, Barcelona.
Huerga Melcón, Pablo (1999): La ciencia en la encrucijada, Biblioteca Filosofía en Español, Oviedo.
(2003): ¡Que piensen ellos! Cuestiones sobre materialismo y relativismo, El Viejo Topo, Barcelona.
Iranzo, J. M. et al. (comps.) (1994): Sociología de la ciencia y de la tecnología, CSIC, Madrid.
Lamo de Espinosa, Emilio (1994): «El relativismo en sociología del conocimiento», Política y Sociedad, 14/15, pp. 21-33.
Latour, Bruno (1992): Ciencia en acción. Cómo seguir a los científicos e ingenieros a través de la sociedad, Labor, Barcelona.
(2001): La esperanza de Pandora. Ensayos sobre la realidad de los estudios de la ciencia, Gedisa, Barcelona.
Latour, Bruno & Woolgar, Steve (1995): La vida en el laboratorio: la construcción de los hechos científicos, Alianza, Madrid.
Madrid Casado, Carlos M. (2008): «Filosofía de la Física. El cierre de la Mecánica Cuántica», El Basilisco, 39, pp. 67-112.
(2009): «Cómo hacer ciencia con aparatos. Un enfoque materialista de la Física Cuántica», Empiria, 19, pp. 147-170.
(2010): «La ciencia y el relativismo. Una apología materialista de la razón», en Jesús G. Maestro e Inger Enkvist (ed.), Contra los mitos y sofismas de las «teorías literarias» posmodernas, Academia del Hispanismo, Vigo, pp. 441-458.
Merton, Robert K. (1984): Ciencia, tecnología y sociedad en la Inglaterra del siglo XVII, Alianza, Madrid.
Moya Cantero, Eugenio (2000): «Alan D. Sokal, Thomas S. Kuhn y la epistemología moderna», Revista de Filosofía, XIII/23, pp. 169-194.
Rioja, Ana (2010): «El realismo del texto en los estudios sociales de la ciencia», Bajo palabra, 5, pp. 369-380.
Woolgar, Steve (1991): Ciencia: abriendo la caja negra, Anthropos, Barcelona.