Carlos Astrada, La metafísica de la infinitud como resultado de la ilusión trascendental (original) (raw)
La metafísica de la infinitud como resultado de la
«ilusión trascendental»
Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía (Mendoza 1949), Universidad Nacional de Cuyo, Buenos Aires 1950, tomo II, págs. 660-665.
(Sesiones particulares: I. Metafísica.)
Kant dejó indeciso el problema de la elucidación de la posibilidad de la metafísica general, de su fundamentación –si tal fué su propósito al abordar la crítica de la razón–, en la Analítica trascendental. Y al analizar críticamente, en la Dialéctica trascendental, la «ilusión trascendental» como fuente de la metafísica especial escolar, para terminar recusando a ésta, negando su posibilidad, no hizo –como lo sugiere Heidegger– más que aplicar a los dominios de la metafísica especial el conocimiento adquirido y depurado en la discusión del problema propio de la metafísica general u ontología. Pero la «ilusión trascendental», descubierta y aclarada en su real alcance, en la Dialéctica, fué transpuesta, por la filosofía posterior, al terreno que ya había desbrozado y acotado estrictamente la Analítica.
Esta fué la obra de los representantes post-kantianos del idealismo alemán, Hegel principalmente. En éste, en su idealismo absoluto, se consuma y se articula sistemáticamente tal transposición, determinando el rumbo ulterior de la metafísica en el sentido de una metafísica de la infinitud. Vale decir que la «ilusión trascendental», neutralizada en la Dialéctica, se introduce y persiste, encubierta, en el dominio de la Analítica, orientando la metafísica general en la misma dirección que le imprimió el pensamiento antiguo. Por este camino pudo Hegel, sólo que éste lo hizo de modo deliberado y perfectamente consciente de lo que se proponía, revertir la ontología clásica en lógica objetiva, haciendo de las determinaciones del pensar, en tanto predicados de lo absoluto, lo racional puro.
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