Luis E. Nieto Arteta, La persona humana y la vida (original) (raw)
La persona humana y la vida
Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía (Mendoza 1949), Universidad Nacional de Cuyo, Buenos Aires 1950, tomo II, págs. 1069-1078.
(Sesiones: III. Filosofía de la existencia.)
El tardío descubrimiento de la esfera autónoma de la vida suscita inmediatamente, como era de esperar, unas determinadas posiciones teóricas que elevan a la existencia al rango óntico de presunta realidad fundamental. Se afirmará que la vida es el «hecho fundamental» o que es la «realidad fundamental». Aseveraciones que se pueden leer en Dilthey o en Ortega y Gasset. Pero la vida ofrece, como cualquiera otra realidad, el rasgo común de todo lo que existe: un cierto modo de ser, unas peculiares conexiones objetivas. Esa es la única realidad evidentemente fundamental: los modos de ser y las relaciones que se dan en las respectivas esferas ontológicas.
La vida también encierra su propio modo de ser. Es la unidad y división de los contrarios. No es ónticamente posible descubrir en ella un modo de ser análogo al de las otras realidades, al de las restantes esferas de la realidad. Hay en la vida tensiones, desgarramientos, coincidencias de contrarios. No hay solamente unidad. Hay también lucha y oposición. Esas contradicciones hacen de la filosofía de la vida una dialéctica de la vida. Al descubrir que la unidad y división de contrarios es el contenido de la existencia, se hace inevitable abandonar algunas de las actitudes teóricas ante ella adoptadas. Todas esas posiciones surgen en virtud de una unilateral afirmación de ciertas características de la vida. Se prescinde de las antinomias que se dan en la existencia, se desconocen los contrarios que en ella luchan. Se dan en la vida diversas realizaciones de la unidad y división de los contrarios.
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