Francisco Vocos, Subordinación de la cultura a la ética (original) (raw)
Subordinación de la cultura a la ética
Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía (Mendoza 1949), Universidad Nacional de Cuyo, Buenos Aires 1950, tomo III, págs. 1341-1344.
(Sesiones: V. Axiología y Ética.)
1. El hombre recibe con el ser un profundo y entrañable requerimiento: la convocatoria de Dios a la Epifanía de su Gloria. En la estancia más íntima del ser, donde se funden espíritu y materia en unidad ontológica, aquel llamado se manifiesta en una fuerza inicial, inexpresable, que imprime a toda la existencia un movimiento, un sentido, una dirección. La limitación de nuestra inteligencia no permite comprender de pronto y en un solo acto, ni la procedencia del llamado, ni el valor de la invitación; pero su presencia es, sí, lo suficientemente enérgica para presidir toda la vida del hombre, en la forma de una constante moción, de un apetito imponderable, de una inclinación incoercible hacia la felicidad.
2. Para responder a dicha vocación el hombre no puede eludir su naturaleza de creatura, que no tiene su ser de sí mismo, sino que lo ha recibido, con una constitución ontológica insustituible, en proporción a tan encumbrada finalidad y sujeta a una ley de devenir. Por esto, en la naturaleza humana se dan las notas constitutivas de la vida animal, los elementos especificantes de lo racional y la necesidad de la convivencia en la sociedad de los semejantes.
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