Jaime María de Mahieu, El juicio en la afirmación estética (original) (raw)
El juicio en la afirmación estética
Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía (Mendoza 1949), Universidad Nacional de Cuyo, Buenos Aires 1950, tomo III, págs. 1511-1517.
(Sesiones: VII. Estética.)
1. La imagen estética que nuestra conciencia capta y modela no es un conglomerado de sensaciones proyectadas al azar por nuestros órganos sensorios. Es al contrario esencialmente organizada porque es la imagen de un objeto regido por un cierto orden. Es decir que nuestros sentidos no captan solamente este conjunto cualitativo que se llama sensible, sino también las relaciones que existen entre los varios elementos de lo sensible. Escuchando una melodía, registramos sonidos, pero también las relaciones entre estos sonidos que, constituyendo la melodía propiamente dicha, la distinguen de una cacofonía; contemplando una estatua, sentimos el color y la pulidez del mármol o del bronce, pero también su forma. Este orden, estas relaciones, esta forma, nuestra imagen estética los reproduce como reproduce la materia sensible a la cual están indisolublemente ligados, lo que constituye una operación eminentemente intelectual. No se puede reproducir sin primero entender. ¿Debemos, pues, pensar que nuestros sentidos son capaces de comprensión? Sí, en alguna medida, ya que están penetrados de inteligencia en cuanto órganos vivos, es decir, organizados como lo expresa la misma palabra. Es un hecho que los datos intelectuales de la imagen nos son suministrados por nuestros sentidos:...
Facsímil del original impreso de esta parte en formato pdf