Manuel B. Trías, Nota sobre la belleza como trascendental (original) (raw)
Nota sobre la belleza como trascendental
Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía (Mendoza 1949), Universidad Nacional de Cuyo, Buenos Aires 1950, tomo III, págs. 1559-1564.
(Sesiones: VII. Estética.)
Entre los conceptos trascendentales de Bien y Verdad, por una parte, y el de Belleza por otra, se pueden observar notables diferencias aun para una simple inspección fenomenológica.
1. El bien y la verdad rigen de modo permanente nuestra vida. Están siempre presentes como rectores aunque nuestra vivencia de ellos sea vaga. No así la belleza que aparece como un regalo y sólo a veces. Es gratuita, innecesaria a primera vista en este mundo donde ella cumple un papel tan oscuro.
Bien es aquello que todos apetecen y deben apetecer. Para ninguna acción deja de regir el imperativo de estar ordenada a un Bien supremo, ninguna escapa, ni la más ínfima. La verdad es el correlato constante que postulamos para dar sentido a nuestra conducta; un bien ficticio no es el bien. De la verdad de nuestra concepción del cosmos depende la autenticidad y razón de ser de nosotros mismos. Cada acto de nuestro ser ha de ser confrontado con esa verdad. De ella (de lo que ella sea) dependemos nosotros y todo lo nuestro. Es aquello sin lo cual nuestra naturaleza espiritual no tendría razón de ser, pues nada significaría un espíritu que no «leyera» en el ser, que no se orientara al ser contemplativamente.
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