Julio Meinvielle, El problema de la persona y la ciudad (original) (raw)

Julio Meinvielle, El problema de la persona y la ciudad | Mendoza 1949

El problema de la persona y la ciudad

Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía (Mendoza 1949), Universidad Nacional de Cuyo, Buenos Aires 1950, tomo III, págs. 1898-1907.
(Sesiones: XI. Filosofía del derecho y la política.)

Desde hace casi treinta años, autores de gran autoridad en el tomismo contemporáneo, han utilizado el texto de Santo Tomás: homo non ordinatur ad communitatem politicam secundum se totum et secundum omnia sua, en forma tal, que excluirían de la sujeción a la comunidad política a la personalidad, sometiéndole en cambio la individualidad.
En la presente comunicación voy a referirme a esta posición señalando los justos términos en que, a la luz de la doctrina de Santo Tomás, se han de establecer las relaciones de la persona humana y de la ciudad.
En la cuestión veintiuna de la Primera de la Segunda parte de la Suma Teológica, después de probar Santo Tomás en el artículo tercero que todo acto bueno o malo del hombre merece o demerece con respecto a la comunidad política, prueba en el cuarto que merece o demerece delante de Dios. Pero si todo acto merece o demerece ante la sociedad política, ¿cómo puede merecer o demerecer también delante de Dios? Esta es la objeción que se formula Santo Tomás en el artículo cuarto, en los siguientes términos: «El acto humano tiene razón de mérito o de demérito, en cuanto se ordena a otro. Pero no se ordena a Dios todo acto humano. Luego, delante de Dios, no tienen razón de mérito o de demérito todos los actos del hombre».

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