Agustín Martínez, Historia y vida según San Agustín (original) (raw)

Historia y vida según San Agustín

Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía (Mendoza 1949), Universidad Nacional de Cuyo, Buenos Aires 1950, tomo III, págs. 1984-1987.
(Sesiones: XII. Historia de la filosofía.)

Así como las ciencias sufren hoy día la revisión crítica de sus bases y fundamentos, lo que para Heidegger constituye la posibilidad misma del progreso científico, así también en los últimos años han venido apareciendo serias meditaciones en torno al ser de la historia humana. En la revisión crítica de los fundamentos científicos se ha podido llegar a constatar tanto los límites del pensar científico como el inminente regreso a valores metafísicos que en un tiempo se creyeron definitivamente preteridos; y en las abundantes meditaciones de la Historia, no es difícil advertir una superación de la cronología erudita por unas ansias irresistibles de sólida fundamentación metafísica al incesante acontecer histórico. Como si la humanidad quisiera hacer en este período nocturno de la cultura, un acucioso examen de sí misma, o para recuperarse definitivamente o para hundirse definitivamente en la tragedia inevitable que la recorre y la impulsa.
«En los dos últimos siglos, ciertos espíritus inconfundibles también soñaron con captar la substancia dinámica que estaba en el seno de la historia. Pero la mayoría de esos espíritus que hoy conocemos, terminaron por proclamar una regulación física y predeterminada de la historia, hablando muchos del progreso de la historia; y profetizando, otros, situaciones muy optimistas para el futuro de la humanidad. El ideal progresista de la historia, ha dicho Berdiaeff, es esencialmente letífero y su base es la muerte. Sesenta millones de víctimas durante la última guerra, y como inmediatas consecuencias de ella, dan por tierra con todo optimismo demasiado hiunano.

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