Patricio de Azcárate, Los fenómenos psicológicos en las ciencias filosóficas, Sistemas filosóficos modernos, Madrid 1861 (original) (raw)
Parte tercera · Sistema psicológico · Capítulo quinto
Doctrina. Verdaderos principios de la ciencia
Los fenómenos psicológicos en las ciencias filosóficas son susceptibles de observación,
como lo son los fenómenos físicos en las ciencias naturales
Patricio de Azcárate Corral, Exposición histórico crítica de los sistemas filosóficos modernos y verdaderos principios de la ciencia, Mellado, Madrid 1861, tomo 4, páginas 107-114.
Siguiendo a Mr. Jouffroy para la demostración de lo que intentamos probar en este capítulo, diremos que los que sólo viven con los sentidos del cuerpo o que tienen contraído hábito a fijarse sólo en los hechos físicos, como sucede a los que están consagrados al estudio de las ciencias naturales, tienen por una paradoja, que los hechos psicológicos, como la percepción, la volición y demás actos internos del alma estén sometidos a la observación, por estar en la creencia de que no hay más hechos reales, ni que puedan probarse que los que están sometidos a los sentidos, y hay necesidad de deshacer este error, como que si los hechos psicológicos no fueran susceptibles de observación, quedaba minado por su base el sistema que intentamos dar a conocer, que es el método baconiano aplicado al estudio del alma. Bacon dijo, si se quiere que las ciencias progresen, comiéncese por observar los hechos, y observados y valiéndose de ciertos principios que suministra la razón, háganse las inducciones que convengan para conocer las leyes a que están sometidos los hechos observados, y con estos datos resuélvanse las cuestiones. Y como esta doctrina se aplicó a las ciencias naturales, que recaen sobre hechos sensibles, y se advirtieron los grandes progresos que las mismas han hecho siguiendo este método, se creyó que la doctrina de Bacon sólo era aplicable a las ciencias naturales, y que no alcanzaba este remedio para las ciencias filosóficas. Y ahora pregunto yo ¿no hay otros hechos que se escapan a la vista, al oído, al tacto y demás sentidos, y que sin embargo son muy observables y muy susceptibles de identificarse con toda certidumbre? Hay sí dos especies de hechos, unos sensibles, como los hechos físicos, astronómicos, químicos, &c., y otros no sensibles, es decir, que no se tocan ni se palpan, como son los hechos internos del alma, y a estas dos especies de hechos corresponden dos clases de observaciones.
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