Antonio de Guevara / Reloj de Príncipes (1529) / libro 1 (original) (raw)

Capítulo XII
De otros dioses más naturales y particulares que tuvieron los antiguos, y es el fin de escrivir esto el auctor porque vea el príncipe christianíssimo quánto beneficio es no conoscer sino a un Dios verdadero.

Y porque sería cosa prolixa escrivir todos los dioses que tuvieron los gentiles, y junto con ellos escrivir en qué tiempos y en qué reynos eran más honrados que no en otros, y por qué causas les fabricaron templos; concluyré con relatar algunos más dioses, diziendo solamente el apellido para que los tenían los gentiles, y esto porque vean los que vieren esta mi escritura quánta merced le hizo Dios al que truxo a la religión christiana. El dios Esculano era dios de las minas y a éste rogavan que descubriesse siempre minas de oro y plata. Pecunia era dios de los metales, y a éste rogavan que les diesse muchos dineros. Fessoria era diosa de los caminantes, y a esta diosa rogavan que no les dexasse cansar quando caminavan a pie. Pelonia era diosa que tenía cargo de echar los enemigos de la tierra. Esculapio era dios abogado de los enfermos, y, si la enfermedad era grande, invocavan al dios Apolo, que era padre de Esculapio. Spinensis era el dios a que los antiguos rogavan que alimpiasse las miesses de cardos y de espinas. Rubigo era dios que tenía cargo de guardar las viñas de pulgón y los panes de langosta. Fortuna, ésta era la diosa de la fortuna buena, y a esta diosa hizieron las mugeres un templo solemne en Roma, en el tiempo de Silla y Mario. Muta, ésta era la diosa a quien rogavan los antiguos que no dexasse fablar a sus enemigos, sino que los enmudeciesse al tiempo que quisiessen dezir mal dellos. Genoria era diosa que tenía cargo de [113] alançar la pereza de aquéllos que se le encomendavan; a ésta honrravan los griegos, especial los filósofos quando yvan o entravan en las achademias. Stimula, ésta era diosa que despertava y dava priessa a los negociantes que no se descuydassen en los negocios. Su ymagen désta estava en Roma a la puerta del Senado, y era abogada de los pleyteantes. Murcia, esta diosa era abogada de los hombres y mugeres que no desseavan ser flacos; a esta diosa ofrecían muchos dones las matronas romanas porque las fiziesse gruessas, ca en Roma antes se quedava por casar una muger flaca que no una muger fea. Busina, propriamente ésta era diosa del campo, y a ésta ofrecían sacrificios los antiguos porque tuviesse cargo de guardar las yervas que nascían en los campos; y fueron grandes cultores desta diosa los scitas, los quales no tenían lugares ni casa, sino que moravan en los campos, y si faltava yerva para sus ganados, luego eran perdidos. Jugatino era dios del monte alto, y a este dios hazían unas criptas los antiguos encima de los montes altos, a do ellos yvan muchas vezes a sacrificar, especial quando hazía truenos y relámpagos. Vallonia era diosa de los valles, y ésta tenía cargo de poner freno a los aguaduchos quando las aguas descendían de los altos montes, para que no fiziessen daño en las presas y molinos por do passassen. Sera, ésta era una diosa en todas las naciones muy acatada, porque era diosa de la sementera, y tenían por costumbre de ofrecer un pan de todas las semillas que sembravan. Sus criptas o hermitas estavan en los campos, pero sin éstas avía en Roma un templo no muy grande en la región ix, en el campo Marcio, junto a los huertos de Lúculo, y deste templo dizen que nació la fuente de los Scipiones. Segecio diosa era que tenía cargo de hazer nacer las miesses después que eran sembradas; no me acuerdo aver fallado escripto que tuviesse templo en Roma. Tutilina, ésta era una diosa que tenía por oficio de yr a la mano al dios Júpiter que no apedreasse los panes, y assí la pintavan los antiguos, que parecía Júpiter llover piedras y ella cogerlas todas. Tenía esta diosa un templo en Roma en la región x, en la plaça de Apolo, junto a la casa de Rómulo, y cada vez que tronava luego encendían en aquel templo los romanos muchas candelas por aplacar aquella [114] diosa que no apedreasse los panes. Floran, esta diosa era propicia de las viñas, conviene saber: que les guardava que no se elassen. Fueron grandes cultores desta diosa los capuanos, do se dize primero que otros aver plantado las viñas en Ytalia. Matura, tenía cargo esta diosa de hazer madurar las uvas, y tenían por costumbre los antiguos que las primeras uvas que maduravan las ofrecían en el lugar do estava aquella diosa, y por la mayor parte tenía una cripta entre las viñas do le sacrificavan. Ruana, esta diosa era abogada de los que cogían el pan para que se arrancasse muy bien, de manera que no se quebrassen las cañas del trigo, ni se cayesse el grano de la espiga. Pintávanla a ésta los antiguos con cañas de trigo en la mano derecha, de manera que estuviessen las espigas sanas. Forculum era el dios de los cerrojos y cerraduras, y a éste sacrificavan porque cerrasse bien las puertas y no permitiesse que se pudiessen quebrar las cerraduras o falsar las llaves, y a este dios pintavan los antiguos con un candado en la mano y su simulacro estava encima de la puerta Trigémina. Limentimen, este dios era dios del umbral de la puerta; no he podido hallar qué fue la intención de inventar este dios, mas de que pienso (no porque lo hallé escrito) que rogavan a este dios tuviesse por bien hiziesse a sus enemigos tropeçar y caer en los umbrales de la puerta, si acaso por mal recaudo estuviesse abierta. Forculum, este dios era el dios de las puertas, y pintávanle con dos puertas en las manos, y a éste ofrecían sacrificios los antiguos porque no abriessen las puertas a sus enemigos estando ellos durmiendo, y a este dios sacrificavan los romanos en todas las puertas de Roma, y los que estavan enemistados pintávanle a la puerta de su casa. Cardea, ésta era diosa del quicio, y el fin de sacrificar a esta diosa era porque los enemigos no fuessen poderosos de desquiciar las puertas, y si lo intentassen a hazer luego sonasse el quicio y sintiesse el dueño que estava a la puerta el enemigo. Silvano, éste era un dios de los más queridos y honrrado entre los antiguos, especial entre los romanos; tenía este dios a cargo de guardar a todos los que yvan a tomar plazer a los huertos, según dize Plinio en una epístola que escrive a Rotulio. El primero que edificó templo al dios Silvano fue Mecenas, el qual fue en los tiempos [115] de Augusto y el mayor amigo de hazer combites en los huertos que uvo en el Inperio Romano. Estava este templo en la región xi, en la plaça de la diosa Venus, junto a la plaça Murcea; fue destruydo en tiempo del Emperador Antonino Pío por ocasión de un gran terremoto, con el qual cayeron muchos edificios en Roma. Jugatibus era el dios de los casados, y este dios tenía cargo de hazer que el amor que se tenían quando moços que les durasse hasta que fuessen viejos. Era cosa de maravillar ver la devoción que tenían a este dios todas las mugeres rezién casadas y los dones que ofrecían en el templo deste dios. Que avía deste Dios templo escrívelo Suetonio Tranquillo, pero por quién fue edificado no lo hallo escrito, mas de quanto dize Helio Sparciano que el Emperador Elio Gábalo halló muchas riquezas en el templo del dios Jugativo y que las tomó todas para una guerra. Bacho, éste era dios de los borrachos, y era costumbre en Roma de celebrar su fiesta hombres que totalmente estuviessen enagenados de seso, y si alguno sentían que tenía un poco de juyzio, luego lo echavan del templo y buscavan en su lugar otro borracho. El templo de Bacho estava en la región x, en los prados que llamavan Bachanales, fuera de la ciudad, vía Salaria, junto a las aras de la diosa Februa. Edificaron este templo los gallos quando tenían cercada a Roma en los tiempos de Camillo. Februa, ésta era una diosa de las calenturas; tenían costumbre en Roma que, en tomando a uno calenturas, luego embiavan algún sacrificio a la diosa Februa. No tenía esta diosa templo, pero tenía su ýdolo en el Pantheón, que era el templo de todos los dioses, y allí le hazían los sacrificios. Pavor, éste era el dios del temor, y tenía cargo de quitar el temor del coraçón de los romanos y darles grande esfuerço contra sus enemigos. El templo de Temor estava en Roma en la región vi, en la plaça de Mamuria, junto al Capitolio viejo, y todas las vezes que tenían enemigos luego yvan los romanos a ofrecer allí sacrificios, y allí estava una statua de Scipión Africano toda de plata la qual él ofreció allí quando triumphó de los cartaginenses. Meretrix, ésta era la diosa de las malas mugeres y, según dize Publio Víctor, avía en Roma quarenta y quatro barrios de mugeres públicas, en medio de los quales [116] estava el templo de la diosa Meretrix. Fue el caso que en tiempos de Anco Marcio, que fue quarto rey de los siete primeros reyes romanos, uvo en Roma una muger meretrice natural de Laurento, y fue tan hermosa que con su cuerpo alcançó muy gran riqueza, y a la hora de la muerte fizo eredero de todos sus bienes al pueblo romano, por cuya memoria los romanos le fizieron un templo y diéronla por diosa de todas las meretrices. Cloatina, ésta era diosa de las cloacas, conviene saber: de las latrinas o necessarias, y a esta diosa se encomendavan todos los que tenían cólica passión para que les ayudasse a purgar el vientre. Quies, éste era el dios de la holgança y del reposo, y a éste fazían los romanos grandes sacrificios porque les diesse reposo y holgança. Especial el día que avía triumpho en Roma, davan a aquel templo muchos dones porque les conservasse aquella gloria y alegría. El templo deste dios edificó Numa Pompilio, segundo rey de romanos, y estava fuera de la ciudad para denotar que mientra hombre bive en esta vida no puede tener holgança. Teatrica, ésta era diosa que tenía cargo de guardar los teatros quando los romanos celebravan sus juegos. La ocasión de inventar esta diosa fue que muchas vezes, quando avían de representar farsas, hazían unos teatros tan solemnes, que cabían xx mil hombres en ellos, y otros tantos debaxo para mirar aquellos espectáculos; y acontecía que, con el gran peso quebrava la madera y matava a quantos estavan debaxo, y desta manera las fiestas se tornavan en lloros, y los que yvan a matar los animales quedavan muertos en los teatros. Los romanos, que eran en todo proveýdos, acordaron de hazer sacrificios a la diosa Teatrica porque los guardasse en los peligros de los teatros, y fiziéronle un templo muy solemne en la región ix, en la plaça Cornelia, junto a las casas Fabias. Este templo destruyó Domiciano, xii Emperador de Roma, porque estando él en unas fiestas se quebró un theatro y mató a muchos. Y, de que la diosa Teatrica no guardó el teatro, el Emperador mandóle derrocar el templo. Por ventura a los que poco han leýdo les parecerán estas cosas nuevas: lean a Cicerón, De natura deorum; a Juan Bocacio, De genealogia deorum; a Pulión, De dijs antiquis; al divo Augustino, libro j, xi, xviii De civitate dei.. [117]


{Antonio de Guevara (1480-1545), Relox de Príncipes (1529). Versión de Emilio Blanco publicada por la Biblioteca Castro de la Fundación José Antonio de Castro: Obras Completas de Fray Antonio de Guevara, tomo II, páginas 1-943, Madrid 1994, ISBN 84-7506-415-9.}

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