III Simposio de Lógica y Filosofía de la Ciencia, 1971 (original) (raw)
Se ha celebrado en Valencia, durante tres días, del 11 al 13 de noviembre, el III Simposio de Lógica y Filosofía de la Ciencia. Este, reunido en el aula magna de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valencia se presentaba como un intento de hacer balance de la filosofía y la ciencia en el pensamiento español en la década pasada. La presidencia del simposio la ostentaba el profesor español, en América desde nuestra guerra civil, José Ferrater Mora.
Conviene destacar la importancia de este simposio, sin duda el más importante que celebra el pensamiento español desde nuestra guerra civil. La participación ha sido masiva, llegando quizá a las ochocientas personas en algunos momentos, estrechadas de forma inverosímil en un aula incapaz de contenerlos. Pero no sólo importaba la cantidad de los participantes, sino que la calidad de muchos de éstos y de algunos ponentes era sobresaliente. El esfuerzo del profesor Garrido, organizador del simposio, así como de los otros miembros del Departamento de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Valencia –José Sanmartín, Ernesto García, Alfonso García, Rafael Beneyto, José Blasco, Enrique Casabán, Francisco Vera y Celia Amorós–, es digno, pues, de reconocimiento.
Ferrater Mora abrió los debates de la mañana del jueves 11, presentando luego mociones el profesor Mosterín, sobre el “Universo de la teoría conjuntos”; el padre Dou, sobre “Implicaciones de la inteligencia artificial para el conocimiento humano”, y el profesor Lledó, que había de hablar entonces sobre la “Filosofía del lenguaje en el pensamiento actual”, excusó su asistencia por motivos personales. Tampoco fue al simposio, contra lo programado, el profesor Laín Entralgo. En el capítulo de ausencias causó especial estupor que no se diera ninguna explicación por la no presencia del profesor Manuel Sacristán.
Por la tarde intervino el profesor Blasco sobre “Análisis categorial”; Ferrater habló sobre estocástica; Muñoz disertó sobre el formalismo en la historia de la lógica. En este momento, el profesor Mosterín protestó por la baja calidad de las intervenciones, pero en un tono que fue considerado ofensivo por los presentes. De este malestar general se hizo portavoz el profesor de Oviedo Gustavo Bueno, que había de revelarse en sus intervenciones como la figura de más talla y prestigio de las asistentes. Tras el incidente, Ferrater Mora hizo una exposición sobre modelos. El primer día de simposio terminó con cierto desasosiego.
Al día siguiente el profesor Pascual habló de los “Problemas y resultados de la investigación física contemporánea”; Carlos París disertó sobre antropología filosófica, y López Piñero expuso su moción sobre “Aproximación a una sociometría de la ciencia”.
El profesor Rojo, que debía participar, excusó su asistencia por motivos de salud. Amando de Miguel leyó su moción sobre Sociología, después de disculparse por hacerlo. Muguerza quiso mediar entre analíticos y dialécticos desde posturas popperianas. Bozal repitió las tesis de Sacristán. Montero Moliner criticó duramente a Zubiri. Y Schwartz habló sobre temas económicos.