Mercurio Peruano, Edwin Elmore, 1925 (original) (raw)

Elmore

«Mercurio Peruano» se consterna ante la trágica y temprana muerte de Edwin Elmore. La altitud serena de su espíritu influye el nuestro en esta hora dolorosa de recordarlo y enaltecerlo.

Ninguna nota vibra tanto en su memoria como la pureza de su esfuerzo. Pocos como él pusieron en la vida intelectual del Perú contemporáneo un desinterés mayor y un entusiasmo más extenso. Fanático en la fuerza generadora de la inteligencia, consagró sus dotes selectas a una campaña hábil y tenaz por un ideal superior de primacía de los valores intelectuales y morales, principalmente aplicable a la solidaridad hispano americana.

Concretando su empeño, consagró una actividad desconcertante y firme al proyecto de organizar un congreso de intelectuales hispano americano. Su iniciativa encontró do quiera ecos de simpatía. Grandes escritores la acogieron y propulsaron; otros le opusieron contradicciones o enmiendas, pero todos contribuyeron a dar resonancia continental al nombre de Edwin Elmore, que resultó así centro de una agitación interesante.

Excesivamente liberal a pesar del fervor de sus ideas, Edwin Elmore soñaba con un certamen en que todos los hombres de pensamiento de todos los credos, chocaran sus doctrinas para hacer surgir un programa definitivo de acción intelectual colectiva. Esa oportunidad abierta por igual a la ideología avanzada y a la ideología reaccionaria, era realmente el obstáculo fundamental al proyecto de Elmore y constituía el peligro más serio para su esterilización. El mundo marcha hacia adelante, como Elmore mismo marchaba convencido, y los hombres de pensamiento libre de temores, de intereses y de principios, [404] no pueden fraguar el porvenir en una transacción, que debilita su esfuerzo, con los fetichistas de la realidad desoladora.

Elmore era nuestro; el calor expansivo de su voluntad constructiva se comunicó perennemente a esta casa intelectual y cuando él quiso hacer de las páginas de «Mercurio Peruano» su tribuna continental, todos sentimos al entregárselas un sentimiento realmente admirativo por su fervor y por la utilidad de su inteligencia empeñosa, que hacía de la cultura el instrumento esencial de la solidaridad humana.

Hemos querido reunir en este número de «Mercurio Peruano» consagrado enteramente a su homenaje, la palabra afectuosa de sus camaradas y, para abonar la sincera verdad de éstos, páginas selectas de nuestro desventurado compañero y otras más en que hombres superiores en la intelectualidad hispano americana le aplauden y le alientan.

No alteremos la serenidad de nuestro dolor con la mueca de la imprecación. Ese dolor, como Elmore mismo, será más noble por estar más alto.