El Clamor Público, Madrid 1844-1864 (original) (raw)
El Clamor Público, periódico político, literario e industrial, fue fundado en Madrid por Fernando Corradi, y su primer número, del martes 7 de mayo de 1844, llevaba el aval de un artículo firmado por el mismísimo Fr. Gerundio, es decir, Modesto Lafuente. Avisa que «este periódico sale todas las mañanas menos los lunes», y tiene su redacción en la calle de Jardines, nº 32, cuarto principal.
«El Clamor Público insertó hace algunos días un artículo titulado la situación y el carlismo, con el epígrafe, inter duos litigantes tertius gaudet. Aunque muy breve, y en nuestro concepto poco concluyente, encierra no obstante algunas indicaciones que no podemos dejar sin contestación, porque en ello se interesan los principios que sustentamos. Comienza el Clamor Público por manifestar que en la polémica entablada entre el Heraldo y el Pensamiento de la Nación, él se divierte y goza. Esto no nos extraña, el Pensamiento de la Nación está persuadido de la verdad de lo que dice el Clamor Público, y tiene muy tranquila su conciencia, no solo con respecto a la diversión y gozo del periódico progresista, que esto en sí importaría muy poco, sino también con relación a todas las consecuencias que a ese gozo y diversión pudieran seguirse.» (Jaime Balmes, «Al clamor público», Madrid, 30 de abril de 1845, Escritos políticos, Madrid 1847, pág. 480.)
En su tercer año, el viernes 20 de marzo de 1846 (nº 589), el periódico abre recordando dos artículos de la Constitución de la monarquía española aceptada por Isabel II en 1837: «Artículo 2º Todos los españoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas sin previa censura, con sujeción a las leyes. Artículo 12. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey», y esta nota: «Abolidos de hecho los anteriores artículos por el decreto que acaba de publicar el gobierno del general Narváez, los periódicos progresistas consecuentes con sus principio suspenden sus tareas y abandonan un puesto que no pueden defender dignamente bajo una jurisdicción que las leyes rechazan.» Es el último número de El Clamor Público subtitulado Periódico político, literario e industrial. En ese momento la redacción figuraba en la calle de la Salud, nº 11, cuarto principal, y publicaba todos los días dos ediciones, «una por la mañana para Madrid y otra por la tarde para las provincias.»
Tres semanas después, el domingo 12 de abril de 1846, reaparece El Clamor Público (nº 590) con un nuevo subtítulo: Periódico liberal. Y se mantiene con ese subtítulo hasta el viernes 2 de octubre de 1846 (nº 728). Mantiene la redacción en la calle de la Salud, nº 11, cuarto principal, y mantiene sus dos ediciones diarias... «otra por la tarde para provincias.» (que ya no para las provincias).
Al día siguiente, sábado 3 de octubre de 1846 (nº 729), se convierte El Clamor Público, sin mayores cambios, en Periódico del partido liberal, subtítulo que mantendrá casi veinte años, hasta 1864.
«The Bishops of Lérida and Barcelona have this week issued pastorals, which make known those efforts, and mark once more the leading journals called El Clamor Público, El Tribuno y La Nación, as their champions and abettors, and warn, at the same time, the faithful against drinking in such impure sources.» (The Metropolitan, a Monthly Magazine, vol. I, Baltimore 1853, pág. 656.)
El 29 de diciembre de 1853 «los directores y redactores de los periódicos independientes de la capital» firmaron una hoja volante, «Los escritores de la prensa periódica independiente, a sus suscritores y al público», protestando contra la mordaza impuesta por el golpe de Estado de la «pandilla _polaca_»:
«Como redactores de El Clamor Público, Fernando Corradi, José de Galvez Cañero, Juan Antonio Rascón, Felipe Picón, Angel Barrueta. Por La Época, Diego Cuello y Quesada. Como redactores de La Nación, José Rua y Figueroa, Antonio Romero Ortiz, Francisco de Paula Montemar. Como redactores de Las Novedades, Angel Fernández de los Ríos, Vicente Barrantes, León Valentín de Bustamante. Como redactores del Diario Español, Juan de Lorenzana, Manuel Rancés y Villanueva. Como redactores de El Tribuno, Alejo Galilea, Augusto Ulloa, Luis de Arévalo y Gener, Vicente Guimerá. Como redactores de El Oriente, V. M. Cociña, Luis de Trelles.» (Wenceslao Ayguals de Izco, El palacio de los crímenes, o El pueblo y sus opresores, tomo II, Madrid 1855, pág. 137.)
«Serían las diez de la noche [del 17 de julio de 1854], cuando un grupo bastante numeroso penetró en la redacción y oficinas de El Clamor Público. Dos personas que capitaneaban este grupo rogaron, en nombre del pueblo, al director del expresado periódico, D. Fernando Corradi, que se convirtiera desde luego en intérprete de los deseos y votos del pueblo. El Sr. Corradi parece que en un principio quiso excusarse, negándose a aceptar una honra tan señalada; pero la insistencia de sus conciudadanos le obligó a acceder a sus deseos. El Sr. Corradi rogó a su vez que se avisara al Sr. Rua Figueroa, director del diario que se publica en Madrid con el título de La Nación; cuya propuesta fue unánimemente acogida. Trasladóse a las Casas Consistoriales, donde estaba ya reunido un gentío inmenso, que se fué aumentando poco a poco, en términos de ocupar todo el ámbito de la plazuela de la Villa. Allí mismo se nombró una comisión, compuesta de escritores públicos y de otros varios sujetos pertenecientes a las diversas categorías sociales, para que dictase algunas disposiciones del momento y trasmitiese a S. M. los votos del pueblo madrileño. Esta comisión dispuso que se diese libertad a los presos políticos, y redactó en seguida la siguiente exposición, mientras que el general D. Evaristo San Miguel arengaba al pueblo desde un balcón de las Casas Consistoriales. [...] Los Sres. Corradi, Rivero y Salmerón fueron los encargados de poner esta exposición en manos de S. M. El Sr. Corradi pidió y obtuvo de la Reina una audiencia particular, en la cual, después de haber entregado la exposición, manifestó en breves palabras cuáles eran los votos, los sentimientos y las necesidades del pueblo de Madrid y de toda España.» (Memorias de Buenaventura Vivó, ministro de Méjico en España durante los años 1853, 1854 y 1855, Madrid 1856, pág. 422.)
«El Clamor Público, supuesto órgano del partido progresista, se contenta, en 1854, después de la brillante victoria del Pueblo y cuando ningún obstáculo serio puede oponerse a que proclame las libertades sin restricciones, por cuya conquista combate el partido liberal hace tantos años, con las empíricas y mezquinas leyes electoral y de imprenta de 1837. ¿Y cuándo? Cuando los diarios moderados empujan la revolución pidiendo que las Cortes Constituyentes resuelvan si continuará reinando Isabel II, si traeremos a don Pedro V, proclamaremos la República o llamaremos a Montemolin.» (Fernando Garrido, Propaganda democrática. Espartero y la Revolución, tercera edición, Madrid 1854, pág. 19.)
Pero por la continuidad de título y subtítulo no debe suponerse una historia armónica y monocorde del periódico. Tras dieciséis años, el nº 4.929 (de jueves 2 de agosto de 1860) supone el final de una época, que se anuncia con un anuncio expreso de cambio de redactores:
«Debiendo pasar El Clamor a otra empresa, los escritores que le han dado luz desde 1857 publican un nuevo periódico, titulado El Constitucional,, que continuará sosteniendo las mismas doctrinas que han defendido durante los tres últimos años. Los señores suscritores de El Clamor que prefieran recibir en vez de este periódico El Constitucional, se servirán prevenirlo a los repartidores, o avisar a la administración.»
Una semana después, el miércoles 15 de agosto de 1860, retoma Fernando Corradi El Clamor Público. Periódico del partido liberal, con el número 1 de una «Segunda época», recordando que fue «fundado en 1844», la redacción en nuevo domicilio (calle del Príncipe, nº 14), una nota acusatoria contra los arrendatarios anteriores en primera página y otra de intenciones en la última:
«Advertencia. Han de saber nuestros lectores para su inteligencia, que las suscriciones que se han servido poner a nuestra disposición los últimos arrendatarios de El Clamor Público, son: Madrid 28, Provincias 12: Total 40. Cuando los expresados arrendatarios renovaron en 1857 el contrato que feneció ayer, recibieron sobre unas 2.500 suscriciones. Esto no necesita comentarios.»
«El Clamor Público. Periódico del partido liberal. Segunda época. La empresa de este periódico, no ha escaseado ningún gasto ni sacrificio para devolverle su antiguo crédito y su anterior popularidad. En la parte de redacción ha procurado hacer interesante su lectura, no solo con artículos doctrinales bien meditados, sino con todas las noticias del día que circulen sobre política, administración, enseñanza, obras públicas, ciencias, industria, estadística, literatura, teatros, modas. Dando al correo extranjero la importancia que se merece, sobre todo en las actuales circunstancias, se ha proporcionado corresponsales dignos de fe en Londres, París, Turín, Nápoles y otras capitales. También ha fijado su particular atención en el servicio de los partes telegráficos que procurará comunicar a sus suscritores con la debida oportunidad. Para evitar la confusión y las repeticiones, ha establecido un orden riguroso de materias, de modo que a un golpe de vista pueda escoger el lector aquella que sea mas de su agrado. En el folletín se publicarán algunas novelas originales, que la empresa tiene encargadas y otras expresamente traducidas para El Clamor de autores que gozan de gran reputación. En la parte material encontrarán los lectores fundición nueva, tipos perfectamente legibles, papel de cuerpo y buena calidad y esmerada impresión. Se harán dos ediciones de El Clamor, una para provincias y otra para Madrid, pero la empresa se halla además dispuesta a publicar suplementos, siempre que de edición a edición ocurra algún suceso extraordinario, cuya gravedad exija que llegue cuanto antes la noticia de los suscritores. El Clamor será uno de los periódicos mas baratos que se publican, aunque no el mayor, porque la empresa trata de que se recomiende más por la calidad que por la cantidad de las materias.»
Cuatro años después, el jueves 27 de octubre de 1864 (nº 1.286) cesó su publicación El Clamor Público. Periódico del partido liberal, en su segunda época, manteniendo Fernando Corradi la responsabilidad última de la propiedad:
«Advertencia. Suspendiéndose desde hoy, y por un período cuyo término no podemos fijar con absoluta seguridad, la publicación de nuestro periódico, los señores suscritores cuyo abono no haya terminado pueden pasar a recoger, si gustan, a la calle de Lope de Vega, núm. 45, cuarto bajo, la cantidad que se les adeude, presentando, los de Madrid el talón del último recibo, y los de provincias, del extranjero y de Ultramar, el talón de recibo o la última letra que hayamos girado a su cargo. A los señores suscritores que por cualquiera consideración no quieran recoger la cantidad que se les adeude, les serviremos El Clamor cuando volvamos a reanudar nuestras tareas, por igual tiempo al que falta para saldar sus abonos. Aquellos cuya suscrición haya terminado en el mes último o en los anteriores, y adeuden a esta empresa alguna cantidad por la suscrición que se les haya servido desde entonces, tendrán la bondad de remitirla al señor don Fernando Corradi, en letras, libranzas de giro mutuo o sellos de franqueo.»
Fernando Corradi (Madrid 10 diciembre 1808- Madrid 26 febrero 1885), hijo Juan Corradi, guardia de Corps de la Compañía italiana, natural del ducado de Parma, entusiasta del levantamiento y de la guerra de la Independencia, director del Diario de Sesiones en las Cortes de Cádiz, muy amigo del Conde de Toreno, tuvo que emigrar de 1814 a 1820 a París, donde su hijo estudió y regresó en 1830 a Madrid, para cursar Derecho e iniciarse como escritor y periodista. Oficial del Ministerio de la Gobernación (1836-1837), concejal del Ayuntamiento de Madrid (1837-1840). Secretario general de la Junta Suprema revolucionaria (1840). Jefe político de La Coruña. Oficial mayor del Ministerio de la Gobernación (1843-1844), diputado en 1843 por Cuenca (Partido Progresista) y en 1854 por Burgos. En la revolución de 1854 fue nombrado comandante de la Milicia Nacional en Madrid. Embajador en Lisboa (1854-1856). Senador vitalicio en 1864. Socio fundador del Ateneo de Madrid. Académico de la Historia en 1875.
Otros periódicos han llevado el nombre de El Clamor Público en el ámbito de la hispanidad. Así el primer periódico en español que se publicó en Los Ángeles (de California), entre 1855 y 1859, por Francisco P. Ramírez (ver «La doctrina de Monroe» o «Folleto notable»). O en México, El Clamor Público publicado en Mérida (de México) en 1861, bajo el lema «Libertad. Orden. Progreso. Reformas», por Isaac Manuel Ávila. En Publicaciones periódicas mexicanas del siglo XIX, 1856-1876 (parte I, UNAM 2003, pág. 174) se asegura que existieron también periódicos con ese nombre en Veracruz (1855), Mazatlán (1856), León (1868) y la ciudad de México (1884).
* * *
«Al present, about 40 journals are published in Madrid, politically and in every other respect very unimportant; the most read are the España and _El Clamor Público._» (Chambers's encyclopaedia. A dictionary or universal knowledge for the people, vol. VI, Londres 1868, pág. 752.)
«El Clamor Público, progresista monárquico y dinástico, periódico importante por su doctrina y por la política persistente de su director D. Fernando Corradi...» (Biografía del Excmo. Señor D. Manuel Pavía y Lacy, marqués de Novaliches, Madrid 1868, pág. 233.)
«El Concordato estipulado por el ministerio Narváez se publicó en el número de El Clamor Público correspondiente al día 8 de mayo de 1851, con gran disgusto del ministerio sucesor, que se apresuró a secuestrar toda la tirada, no sin que se salvaran algunos números, en los cuales se ve el art. 1º tal cual está en el Concordato, que se publicó poco tiempo después en la Gaceta, y es el que hoy rige.» (Vicente de la Fuente, La pluralidad de cultos y sus inconvenientes, Puebla 1868, pág. 212.)
«Josefina de Comerford, o el fanatismo. Novela original, histórica y contemporánea, por A. de Letamendi, miembro de varias sociedades literarias y científicas de Europa y de América, autor del tratado de jurisprudencia diplomático-consular, que sirve de texto y referencia en las legaciones y consulados de España, en países extranjeros, y de otras obras de enseñanza, educación y recreo. También lo es de los famosos Partes telegráficos que semanalmente, por espacio de cuatro años, aparecieron en las columnas de El Clamor Público, bajo el seudónimo de Felipe José Torroba, antiguo paje de escoba.» (Dionisio Hidalgo, Diccionario general de bibliografía española, tomo 3, Madrid 1868, pág. 325.)
«Volvieron los moderados, y Corradi hizo dimisión, fundando en 1844 El Clamor Público, que fué hasta la revolución de 1854 uno de los más importantes periódicos de España. La historia de aquellos once años es tan conocida, así como la influencia que en la dirección de su partido ejerció Corradi, que excusado sería entrar en ella, cuando la saben todos nuestros lectores. Durante el bienio de 1854 a 1856, cediendo Corradi a las instancias del duque de la Victoria, fue a Lisboa de ministro plenipotenciario cerca del rey de Portugal. Disueltas las Cortes, y habiendo caído aquel Gobierno, hizo dimisión y se retiró a la vida privada por pocos meses, pues sus ideas y sus amigos le hicieron volver a la lucha, escribiendo aquel fatídico artículo, intitulado Para Espartero el olvido, para O'donell la expiación. [...] D. Fernando Corradi había nacido en 10 de Diciembre de 1808 y murió en 26 de Febrero del presente año. ¡Dios le haya acogido en su seno, y consuele á su afligida y digna esposa!» («Necrología. Excmo. Sr. D. Fernando Corradi», Boletín de la Real Academia de la Historia, tomo 6, Madrid 1885, págs. 156-158.)
«En efecto, la prensa moderada y tradicionalista suele estar ausente de esas operaciones reiteradas de promoción de la conmemoración y de exaltación del Dos de Mayo, mientras que la prensa progresista, en sentido amplio, asume lo esencial de la promoción del mito. La Época, entre 1849 y 1887, sólo publica cuatro poesías dedicadas al tema, nada al lado del esfuerzo de periódicos como El Pueblo (26 poesías publicadas entre 1850 y 1876), El Clamor Público (22 poesías entre 1845 y 1883 [sic]), La Iberia (20 poesías entre 1862 y 1875), Las Novedades (15 poesías entre 1852 y 1871). El esfuerzo de El Eco del Comercio, con 13 poesías publicadas entre 1840 y 1847, también es notable.» (Christian Demange, El dos de mayo: mito y fiesta nacional, 1808-1958, Marcial Pons, Madrid 2004, pág. 25.)
Artículos de El Clamor Público en esta hemeroteca