Carmen José Alejos-Grau / Investigaciones del Instituto de Historia de la Iglesia de la Universidad de Navarra, sobre pensamiento hispanoamericano del siglo XVI (original) (raw)

En otoño de 1985, por la relativa proximidad, entonces, de las celebraciones del Quinto Centenario, el Instituto de Historia de la Iglesia se propuso iniciar una línea de investigación sobre la teología latinoamericana, comenzando por el siglo XVI. Se eligió el siglo XVI, porque estaban publicadas muchas fuentes de este siglo, al menos las principales y, además, acababa de ser editado en Argentina, por Juan Guillermo Durán, el primer volumen de Monumenta Catechetica Hispanoamericana.

Un grupo de los que entonces éramos alumnos del Dr. Saranyana nos sentimos atraídos por este nuevo programa de trabajo, de forma que pronto comenzaron las tesis doctorales, de las cuales se han publicado ya por completo o parcialmente un total de catorce tesis doctorales. En cuanto hubo los primeros resultados interesantes, pudimos iniciar nuestra participación en congresos y simposios, en los que fuimos recibidos con curiosidad y simpatía, porque se trataba de un tema inédito en Europa.

Quizá convenga referirse, ante todo, a la bibliografía sobre nuestra línea de trabajo, para explicar, más tarde, el objeto y método que hemos seguido y los proyectos que albergamos. Interesa citar, en primer lugar, un estudio del Dr. José Carlos Martín de la Hoz{1}, que colaboró cerca de diez años con nuestro Instituto, en que expone cuáles eran los objetivos que nos proponíamos al principio. Realmente eran muy ambiciosos; pero de una forma u otra, con mayor o menor profundidad, las etapas que entonces soñábamos se han ido cumpliendo. Se pretendía analizar la teología subyacente en las Leyes de Indias, las crónicas, los catecismos hispanoamericanos del XVI y en los decretos de los concilios provinciales y sínodos diocesanos de ese mismo período.

La labor realizada por nuestro Instituto durante la década 1985-1995 ofrece unos logros muy positivos que explicamos a continuación.

* * *

En 1989 se celebró un Simposio Internacional sobre Evangelización y teología en América (siglo XVI){2}, cuyas actas se publicaron al año siguiente. Josep-Ignasi Saranyana, Antón Pazos y Primitivo Tineo fueron los directores de esta obra en que setenta y cuatro investigadores abordaron los principales temas relativos a la labor evangelizadora de la Iglesia en América: la reforma española y su sentido evangelizador, la sociedad española en los siglos XV-XVI, la Jerarquía de la Iglesia en Indias durante el primer siglo después de la conquista, el impulso evangelizador de los concilios provinciales hispanoamericanos, el influjo de las órdenes religiosas, el clero secular y los laicos en la evangelización americana, los instrumentos de pastoral, la teología americana en el siglo XVI y la vida religiosa cotidiana americana durante la Colonia.

Además de esta obra, que ha tenido muy buena acogida en los medios americanistas, porque presenta de forma complexiva los temas más importantes de la evangelización americana en el siglo XVI, se han publicado otras que abarcan, de forma más o menos general, la tarea de la Iglesia en América. En la monografía titulada Iglesia Católica y América{3}, los profesores Saranyana y Luque Alcaide relatan, en la primera parte del libro, cómo se llevó a cabo la lenta y profunda purificación de la Iglesia española, que tanto debería pesar posteriormente en América. En la segunda parte estudian con detenimiento, los métodos pastorales que se aplicaron a América, ciertamente tributarios de las experiencias evangelizadoras de las Canarias y Granada, aunque pronto presentaron características propias; y se ofrece una información somera, pero suficiente, de las características de las culturas precolombinas, la erección de las primeras diócesis, la celebración de Juntas, Sínodos, &c. hasta la recepción de Trento en América, principalmente en los Concilios III de Lima, III de México y III de Quito. En la tercera parte de esta obra se analiza la vida cristiana americana. La tesis sostenida por los autores se podría formular en los siguientes términos: el éxito del Evangelio en el Nuevo Mundo se debe fundamentalmente a que la Iglesia española abordó aquella empresa misionera después de haberse purificado por medio de una amplia y profunda reforma, anterior a la tridentina.

El profesor Ismael Sánchez Bella, en su libro Iglesia y Estado en la América española{4}, ha publicado por primera vez un estudio, de carácter general, sobre las relaciones Iglesia-Estado, en todo el período español. Esta monografía se inicia con una introducción sobre el regalismo indiano. Seguidamente vienen las dos partes de la obra. La primera, dedicada a la actitud de la Santa Sede ante el Patronato Indiano; y la segunda, mucho más extensa, en que principalmente se analiza el regalismo del siglo XVIII. Como el autor señala, ha dejado expresamente fuera de su libro el estudio de la ingente labor misionera realizada por España en América y Filipinas; tampoco trata la labor civilizadora de la Iglesia en América; ni aborda directamente la historia del Real Patronato. Es una visión panorámica, llena de datos y bien fundamentada en los archivos. El libro analiza muchas fuentes de primera mano, manuscritas e impresas, y ofrece, además, una abundante bibliografía sobre el tema.

El profesor Primitivo Tineo ha estudiado la influencia de las directrices conciliares limenses en la Iglesia latinoamericana, en su libro Los Concilios Limenses en la evangelización latinoamericana{5}. Obra de síntesis, en la que expone cronológicamente y analiza sistemáticamente los principales momentos de la evangelización peruana, durante el siglo XVI. En la primera parte trata los antecedentes del tercer Concilio de Lima, y en la segunda se detiene en el examen de la labor pastoral realizada en el tercer Concilio Limense: los obispos representados, los obstáculos para su celebración, distintas convocatorias y su desarrollo en 1582. De ahí pasa a la exposición de la labor evangelizadora realizada: instrumentos de evangelización, pastoral sacramental, reforma del clero, visitas y visitadores, para terminar con una valoración general del Concilio y con un estudio de las contradicciones posteriores hasta llegar a la aprobación real y pontificia de los derechos y a su impresión en 1592.

La posible influencia del providencialismo y del iluminismo en la evangelización de América, es un tema importante en la discusión actual. Dos libros se han editado en el Instituto de Historia de la Iglesia sobre este tema. En uno de ellos, Teología profética americana. Diez estudios sobre la evangelización fundante{6}, el Prof. Saranyana recoge diez trabajos publicados con anterioridad, que se circunscriben a los años transcurridos entre los comienzos de la evangelización americana (1493, aunque más especialmente desde 1511) y la celebración de los concilios III Limense (1582/83) y III Mexicano (1585). Esta obra pretende rebatir dos tesis teológicas ahora muy difundidas. La primera, propugnada por un sector de la americanística francesa y anglosajona y por algunos autores adscritos a la teología de la liberación, estima que los ideales religiosos de los «Doce apóstoles» de México (desde 1524) habrían estado contaminados por planteamientos milenaristas más o menos joaquinitas. La segunda tesis discutida por el autor ha sido planteada por algunos historiadores de la liberación, según los cuales habría habido una teología profética americana de primera hora, fecunda en resultados pastorales, y ahogada por una teología posterior convencional y académica, importada de la Metrópoli. La tesis del autor podría formularse del siguiente modo: los evangelizadores que pasaron América estaban en perfecta sintonía con las tradiciones eclesiásticas más antiguas y en comunión con la Santa Sede. Lo que enseñaron en el Nuevo Mundo no supuso -en lo substancial-ruptura alguna con la Europa cristiana; en lo accidental, sin embargo, los evangelizadores llevaron a cabo una inculturación ambiciosa, dando lugar a un mestizaje religioso espléndido.

El otro libro sobre el providencialismo, publicado más recientemente por los profesores Saranyana y Zaballa, tiene como título Joaquín de Fiore y América{7}. Esta obra se inscribe en el debate que está presente en los círculos americanistas desde los años treinta, que, en parte, ya he descrito más arriba, en el párrafo anterior. En el primer capítulo se discute el supuesto influjo del Florense en los llamados «Doce apóstoles» de México. En el segundo se analiza y critica la afiliación de Francisco de Eiximenis (†1409) al joaquinismo y si éste fue el vehículo que lo transmitió a la segunda generación franciscana de México. En el tercero son estudiados iconológicamente unas pinturas cuzqueñas y sus copias, en las que figura representado el Abad Joaquín en contexto franciscano. En el epílogo se pasa revista a otros fenómenos de adscripción más o menos utópico-apocalíptica -círculos lulianos y arnaldianos- que pudieron influir en el trasplante de la Iglesia española a América. En la segunda edición se han añadido dos nuevos capítulos: uno dedicado al eremita mexicano Gregorio López y otro al dominico Francisco de la Cruz, afincado en el Perú.

El Prof. Antón M. Pazos, en La Iglesia en la América del IV Centenario{8}, introduce una cuestión original y rica en virtualidades acerca de qué pasaba en aquellas Américas a finales de la pasada centuria. En este libro se contempla la evolución histórica del mapa americano, la gestión de los legados pontificios, la labor de los obispos, las dificultades sociales y políticas, la avalancha de las sectas, la masonería, la gigantesca necesidad de clero, los seminarios y, todo ello, con toda una botonadura variadísima que estimula la reflexión histórica. Analiza por primera vez, con una rica y desconocida documentación vaticana y local, la vida religiosa del pueblo cristiano latinoamericano. Evidentemente, también proporciona una buena muestra del fenómeno social, económico y político, de los movimientos de masa, corrientes de ideas y sensibilidades de la América del siglo XIX. Y, sobre tdo, ofrece abundantes pistas de trabajo para llegar a un análisis adecuado de la realidad religiosa americana, apartándose de los caminos de la historia constitucional y del estudio de las relaciones Iglesia-Estado.

Debo reseñar también el opúsculo editado por el profesor Saranyana, en 1993, conmemorativo del quinto centenario del efectivo comienzo de la evangelización americana{9}. Como se sabe, los primeros misioneros pasaron a América con el segundo viaje colombino, en 1493. Conmemorando tal efemérides, el autor ha recogido tres ensayos, anteriormente publicados, y ahora corregidos y ampliados, en los que discute una serie de interpretaciones teológicas que se han dado sobre el quinto centenario, y ofrece, en los dos primeros capítulos, sus particulares tesis sobre cómo debería historiarse la vida cristiana americana. Obra de síntesis, que entra en una de las polémicas más vivas del momento. En el tercer capítulo presenta una interesante crónica de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (Santo Domingo, octubre de 1992), en la que él intervino como perito designado por la Santa Sede.

Finalmente una breve referencia a la monografía Grandes maestros de la Teología{10}, donde el profesor Saranyana estudia el pensamiento de tres teólogos mexicanos del siglo XVI: Alonso de la Vera Cruz, Bartolomé de Ledesma y Pedro de Pravia.

Además de estas obras de carácter general, se han realizado en el Instituto de Historia de la Iglesia otros trabajos más concretos y monográficos. En primer lugar, varias tesis doctorales sobre los primeros instrumentos de pastoral y sobre los concilios americanos, todavía no publicadas, aunque ya han sido aprobadas. Estas son las de Enrique Mira, sobre la Doctrina breve (1543-1544) de fray Juan de Zumárraga; la del uruguayo Héctor Montañés, sobre el catecismo sinodal (1576) de fray Luis de Zapata de Cárdenas; la de Eugenio Molina, acerca de la tarea evangelizadora de los laicos pasados a América, estudiada a partir de veintitrés crónicas americanas del XVI; la del mexicano Sergio Flores, en torno a los documentos pastorales del III Mexicano (1585), sobre todo el inédito Directorio de confesores; la del filipino Manuel Gerardo Dulay, sobre evangelización e idolatría en Perú, en el siglo XVI; y, finalmente, la del argentino Diego R. Piccardo, sobre el Concilio Plenario Latinoamericano (1899).

Relaciono a continuación, por orden cronológico, las tesis doctorales sobre la evangelización americana, elaboradas en el Instituto de Historia de la Iglesia y que ya han sido publicadas:

María Graciela Crespo Ponce, ecuatoriana: Estudio histórico-teológico de la «Doctrina cristiana» de fray Pedro de Córdoba O.P. (†1521){11}. Estudia el origen de esta obra catequética, publicada en México en 1544, y reeditada también allí, en 1548, aunque ampliada y con una nueva estructura. Esta obra resulta muy interesante por su afán de inculturación, al trasvasarse de las Antillas a Nueva España, y por la «dramatizaciones pedagógicas» incorporadas, que la autora ha descubierto y analizado.

José Manuel Paniagua Pascual: La evangelización de América en las obras del Padre José Acosta{12}. Tesis publicada parcialmente, que historia atentamente las líneas de fuerza de la misionología acostiana y sus discrepancias doctrinales con la escuela salmantina.

Ana de Zaballa Beascoechea, Profesora de la Universidad del País Vasco: Transculturación y misión en Nueva España. Estudio histórico-doctrinal del libro de los «Coloquios» de Bernardino de Sahagún{13}. Analiza esta obra del franciscano Sahagún, uno de los primeros misioneros de México, que, hasta ahora, había despertado justamente la atención de los etnógrafos pero no de los teólogos. Los Coloquios, tal como los conocemos, se terminaron hacia 1564 y estuvieron perdidos hasta comienzos del siglo XX. Zaballa analiza el origen y estructura de la obra, la novedad misionológica de Sahagún y el pensamiento teológico de su autor, en el ámbito que ahora llamaríamos de teología fundamental, o sea, el tema de los cuatro «fundamentos» de la evangelización americana.

La que suscribe ha realizado su tesis sobre Juan de Zumárraga y su «Regla cristiana breve» (México 1547). Autoría, fuentes y principales tesis teológicas{14}. La Regla fue la última obra publicada por el primer obispo de México. Aquí analizo la verdadera autoría de la segunda parte de este opúsculo (el «Tripartito»), y concluyo que es una obra de compilación. Estudio, también, algunos fragmentos de obras de diversos autores que aparecen compilados en la Regla. Mediante el examen de la doctrina sacramental que contiene dicha obra se descubre la formación teológica del primer obispo de México, de lo que concluyo que está más influida por la reforma española tridentina que por el humanista Erasmo de Rotterdam, como se ha afirmado hasta ahora. Posteriormente he publicado un trabajo, con el profesor Adeva, extendiendo el estudio a la primera parte (fundamentalmente los «Siete Documentos»), llegando a las mismas conclusiones: que se trata, toda ella, de una obra de compilación{15}, ajena a la influencia erasmiana.

José María Riera Sans: La actividad pastoral de fr. Alonso de Molina (1546-1565). Una aproximación a las fuentes teológicas{16}. Tesis publicada parcialmente. Se trata de un estudio sobre las influencias recibidas por Molina. Robert Ricard ha sostenido, como se sabe, que la fuente de Molina, sobre todo de sus dos catecismos, fue Ramón Llull. Riera afirma que tal influencia no puede probarse.

Daniel Restrepo, colombiano: Sociedad y religión en Trujillo (Perú), 1780-1790{17}. Un análisis social y religioso de una significativa zona del norte del Perú en las vísperas de la emancipación, que muestra la implantación real de la Iglesia en los habitantes -criollos, mestizos, indios,...- del territorio. Se basa en una amplia documentación tomada de la visita realizada por el conocido obispo Martínez Compañón a su diócesis, y en otros muchos documentos conservados en varias decenas de archivos locales.

Raimundo Romero Ferrer: Estudio teológico de los catecismos del III Concilio Limense (1584-1585){18}. En este libro se estudia detenidamente la catequesis en el Perú en el siglo XVI; en concreto, la tarea pastoral realizada por el III Concilio Provincial de Lima, celebrado en esta ciudad en 1582 y 1583. La obra consta de dos partes claramente diferenciadas. La primera es una larga introducción histórico-biográfica y descriptiva, analizando las circunstancias ambientales y la vida de José de Acosta y de santo Toribio de Mogrovejo, protagonistas destacados de aquella asamblea conciliar. La segunda parte se centra en el análsis de la estructura y el contenido de los catecismos limenses, siguiendo una división temática de los artículos del Símbolo.

Jaime F. Bravo Cisneros: La diócesis de Quito en el siglo XVI. El tercer Sínodo quitense{19}. Aquí se estudia sistemáticamente por vez primera este Sínodo, que casi podría equipararse, por su estructura e influencia posterior, a un concilio provincial. Fundamentalmente se analizan las denuncias proféticas que se recogieron en sus actas.

En otro orden de cosas debo referirme a algunas investigaciones todavía en curso o apenas recién terminadas. El Prof. Ildefonso Adeva ha revisado la edición crítica de la Regla cristiana breve de Juan de Zumárraga, realizada por José Almoina y publicada en 1951 (Ed. Jus, México). El trabajo{20}, patrocinado por el Gobierno Vasco, ha aportado muchas sorpresas, corrigiendo y mejorando notablemente la edición crítica anterior. La profesora Luque investiga sobre las cofradías vascas en América en el período colonial, centrándose especialmente en sus actividades religiosas, asistenciales y educativas. Ha publicado recientemente un estudio sobre la cofradía de Aránzazu{21}.

Finalmente el profesor Saranyana acaba de editar un trabajo{22} en el que analiza el interés que reviste para todo tipo de historiografía, sobre todo la mexicana y la peruana, una investigación como la que llevamos a cabo. Este texto fue leído en sesión extraordinaria de la Academia mexicana de la Historia, dedicada especialmente a homenajear al insigne historiador mexicano Silvio Zavala.

* * *

Por último analicemos el objeto y método de nuestro trabajo, cuando abrimos nuestra línea de investigación, en 1985, el objeto estaba perfectamente delimitado a priori en cuanto su contenido material, pero al avanzar en nuestro trabajo, nos dimos cuenta que no resultaba tan fácil delimitar qué es «teología», para poder separarlo de lo que no es teología; o si, en otro supuesto, el concepto de teología resultaba un género con varias especies. Por ejemplo: ¿es teología el sustrato ideológico de las cartillas y catecismos, o es simplemente karisma o anuncio del mensaje cristiano? Si esto es teología, ¿qué es entonces la especulación de los profesionales que dan clases en los centros superiores de estudios teológicos, existentes desde el siglo XIII en Europa y desde el XVI en América?

De esta forma llegamos a la conclusión de que había que hablar de dos tipos de teología, que hemos llamado, respectivamente, «teología profética» y «teología académica».

Pronto, muy pronto, fuimos criticados por haber adoptado esta nomenclatura, pues algunos historiadores y teólogos latinoamericanos, adscritos o próximos a la teología de la liberación habían elegido la misma o parecida terminología para referirse a las fuentes del siglo XVI, pero con un sentido diverso. Ellos entienden que lo propio de la teología profética es la denuncia de los abusos de la época. La demás teología sería inauténtica o de circunstancias y, por lo tanto, de escaso valor. Además, siempre según tales autores, entre ambas teologías habría habido una oposición dialéctica, hasta el extremo de que la teología profética o de denuncia habría sido aniquilada por la otra teología, practicada por los teólogos supuestamente vendidos a las estructuras eurocentristas y de poder.

Esta coincidencia terminológica con algunos miembros de CEHILA y con otros investigadores latinoamericanos, lejos de suponer un inconveniente, supuso una importante ventaja. Primero por la polémica sobre la decisión que habíamos adoptado; en segundo lugar, porque ya teníamos un «partner» en la investigación, el cual, a pesar de las discrepancias de fondo con nuestro equipo, manifestadas en cuestiones terminológ icas, llevaba a cabo trabajos de indudable interés, de los que podíamos beneficiarnos en todo o en parte.

Pasemos ahora al método. Nuestro método de trabajo es fundamentalmente especulativo, pues nos interesan las ideas contenidas en las fuentes. Lo cual no obsta para que de vez en cuando hagamos alguna incursión en la crítica literaria, sobre todo cuando se juzga sobre la autoría de una obra del XVI (por ejemplo, al estudiar las obras del obispo Juan de Zumárraga) y sobre las interpolaciones que se detectan en algunos manuscritos, como el de Pedro de Pravia o en el manuscrito del Directorio para confesores del III Concilio Mexicano, de 1585, que ha analizado Luis Martínez Ferrer{23}.

Como culminación de estos estudios, en 1994, el Instituto de Historia de la Iglesia decidió abordar dos proyectos de síntesis: un manual de Historia de la Iglesia y otro de Historia de la Teología Latinoamericana que están en proceso de elaboración.


{1} J. C. Martín de la Hoz, «Investigaciones americanistas del Instituto de Historia de la Iglesia, de la Universidad de Navarra», en Critica Storica, 24 (1987) 385-389.

{2} AA. VV, Evangelización y teología en América (siglo XVI), ed. dir. por J.I. Saranyana y otros, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra («Colección Teológica» 68), Pamplona 1990, 1584 págs., 2 vols.

{3} E. Luque Alcaide-J.I. Saranyana, Iglesia Católica y América, Editorial Mapfre («Colección Iglesia Católica en el Nuevo Mundo», 10), Madrid 1992, 371 págs.

{4} I. Sánchez Bella, Iglesia y Estado en la América española, EUNSA, («Colección Historia de la Iglesia», 16), Pamplona 1990, 332 págs.

{5} P. Tineo, Los Concilios Limenses en la evangelización latinoamericana, EUNSA («Colección Historia de la Iglesia», 18), Pamplona 1990, 561 págs.

{6} J. I. Saranyana, Teología profética americana. Diez estudios sobre la evangelizaicón fundante, EUNSA («Colección Teológica», 77), Pamplona 1991, 271 págs.

{7} J. I. Saranyana-A. de Zaballa, Joaquín de Fiore y América, Ediciones Eunate («Acta philosophica», 3), Pamplona 1992, 132 págs.

{8} A. M. Pazos, La Iglesia en la América del IV Centenario, Editorial Mapfre («Colección Iglesia Católica en el Nuevo Mundo», 13), Madrid 1992, 429 págs. Segunda edición, corregida y ampliada: Pamplona 1995, 182 págs.

{9} J. I. Saranyana, El Quinto Centenario en clave teológica (1493-1993), Ediciones Eunate («Acta philosophica», 5), Pamplona 1993, 86 págs.

{10} J. I. Saranyana, Grandes maestros de la Teología, I. De Alejandría a México (siglos III al XVI), Atenas («Colección Síntesis», 7/4), Madrid 1994, 276 págs.

{11} Mª G. Crespo Ponce, Estudio histórico-teológico de la «Doctrina cristiana» de fray Pedro de Córdoba O.P. (†1521), EUNSA («Colección Teológica», 58), Pamplona 1988, XXIV+199 págs.

{12} J.M. Paniagua, «La evangelización de América en las obras del Padre José Acosta», en Excerpta e dissertationibus in Sacra Theologia, XVI (1989) 395-481.

{13} A. de Zaballa Beascoechea, Transculturación y misión en Nueva España. Estudio histórico-doctrinal del libro de los «Coloquios» de Bernardino de Sahagún, EUNSA («Colección Teológica», 65), Pamplona 1990, 280 págs.

{14} C.J. Alejos-Grau, Juan de Zumárraga y su «Regla cristiana breve» (México 1547). Autoría, fuentes y principales tesis teológicas, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra («Colección Teológica», 76), Pamplona 1991, 285 págs. Hay otra edición de este libro a cargo del Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria 1991, 243 págs.

{15} I. Adeva-C.J. Alejos-Grau, «Fuentes de inspiración de la Regla cristiana breve de Fr. Juan de Zumárraga OFM», en Archivum Franciscanum Historicum, 85 (1992) 77-98.

{16} J.M. Riera Sans, «La actividad pastoral de fr. Alonso de Molina (1546-1565). Una aproximación a las fuentes teológicas», en Excerpta e dissertationibus in Sacra Theologia, XIX (1991) 473-532.

{17} D. Restrepo, Sociedad y religión en Trujillo (Perú), 1780-1790, Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria 1991, 2 vols.

{18} R. Romero Ferrer, Estudio teológico de los catecismos del III Concilio Limense (1584-1585), EUNSA («Colección Teológica», 79), Pamplona 1992, 347 págs.

{19} J.F. Bravo Cisneros, «La diócesis de Quito en el siglo XVI. El tercer Sínodo quitense», en Excerpta e dissertationibus in Sacra Theologia, XXV (1994) 73-152.

{20} Fray Juan de Zumarraga, Regla cristiana breve, edición crítica y estudio preliminar de Ildefonso Adeva, prólogo de Josep-Ignasi Saranyana, Ediciones Eunate («Acta Philosophica», 7), Pamplona 1994, CXVI+314 págs.

{21} E. Luque Alcaide, La cofradía de Aránzazu en México (1681-1799), Ediciones Eunate («Coleccón Historia de la Iglesia», 25), Pamplona 1995, 405 págs.

{22} J.I. Saranyana, «La Historia de la Teología en la investigación sobre los orígenes de la nacionalidad americana», en Memorias de la Academia Mexicana de la Historia, 38 (1995) 147-155.

{23} L. Martínez Ferrer, El sacramento de la Confesión en el III Concilio Mexicno (1585). El Directorio para confesores y penitentes de Juan de la Plaza, Tesis doctoral, Universidad de Navarra, Pamplona 1995, pro manuscripto. Cfr. sobre esta tesis doctoral y redactada por su autor, una reseña en Anuario de Historia de la Iglesia, 5 (1996) 519-526.