Zeferino González / Historia de la Filosofía / 61. Crítica (original) (raw)

§ 61

Crítica

Lo mismo que la doctrina profesada por la escuela cirenaica, la que profesaba la escuela de los cínicos constituye y representa una Filosofía esencialmente [220] incompleta, no ya sólo bajo el punto de vista meramente socrático, sino también como sistema de Filosofía moral derivado de la de Sócrates. Por un lado, limita y concentra toda la moral en una de las máximas o afirmaciones de Sócrates; por otro, desfigura y exagera esta afirmación. Si es verdad que la virtud es el mayor bien del hombre en la vida presente, no lo es que sea el último fin y la perfección suprema del hombre en la vida futura; ni tampoco es verdad que la virtud lleve consigo el menosprecio absoluto de los demás bienes y goces, siquiera éstos sean intelectuales, como pretendía esta escuela.

El fondo y las tendencias de la doctrina cínica ofrecen cierta analogía y afinidad con el fondo y las tendencias de la doctrina de Rousseau en los tiempos modernos, puesto que el pensamiento dominante en las dos teorías es reducir al hombre al estado y condiciones de la naturaleza pura, rechazando las ventajas y desprestigiando las conveniencias y leyes de la vida social. Salvas las inevitables diferencias consiguientes a la diversidad de épocas, existe también cierta analogía entre la vida de los antiguos cínicos y la vida y aventuras del filósofo ginebrino, y es probable que ni Antístenes, ni Crates, ni el mismo Diógenes, se negarían a reconocer el espíritu y tendencias de su doctrina en las Confesiones de Rousseau.

Puede añadirse, sin embargo, en favor de la escuela cínica, o, al menos, de su importancia histórico-filosófica, que sirve de punto de partida al estoicismo, sistema que representa un verdadero progreso en la esfera de la Filosofía pagana. La preferencia concedida por el estoicismo a la noción de virtud, que es [221] su idea madre, es también el punto central y como el principio general de la escuela cínica, considerada en sí misma y en su origen. En este concepto, y desde este punto de vista, el estoicismo representa una transformación del sistema cínico.