Zeferino González, Ricardo de Midletown (original) (raw)
Compañero de religión, contemporáneo y aun algo anterior a Escoto, fue el inglés Ricardo Midletown (Ricardus de Mediavilla), que descendió al sepulcro en [310] 1300, dejando escritos unos extensos y no despreciables comentarios, o sea Quaestiones subtilissimae super quatuor libros sententiarum Petri Lombardi.
En esta obra, que se distingue por la solidez de la doctrina, por el rigor del método y por la sobriedad del estilo que caracterizan generalmente a los buenos escolásticos del siglo XIII, puede decirse que el franciscano inglés sigue un camino intermedio entre Santo Tomás y Escoto. Sobre el fondo general de la doctrina filosófico-escolástica, aparecen algunas ideas y teorías particulares, en que se aleja de Santo Tomás y se acerca a Escoto, o, digamos mejor, que prepara el camino y establece las bases de algunas de sus teorías. Porque la verdad es que sin Escoto, y probablemente antes que Escoto, enseñó:
a) Que el entendimiento no es facultad más noble o más perfecta que la voluntad (intellectus non est altior potentia quam voluntas), según había enseñado Santo Tomás.
b) Que las potencias del alma no se distinguen de ésta, ni son accidentes absolutos o realidades distintas de su esencia, sino meras relaciones (potentiae animae non sunt accidentia, nec addunt super animae essentiam, sed tantummodo respectus ad actus et objecta), deduciendo de aquí que la acción de la substancia creada puede proceder de la misma como de su principio inmediato.
c) Que en el hombre, además del alma racional o inteligente, existe otra forma substancial incompleta, o sea la forma de corporeidad, que, en unión con la materia prima, constituye como la materia próxima y como el recipiente o sujeto inmediato del alma racional: [311] Aliqua substantialis forma incompleta est in quolibet homine, quae educitur de potentia ipsius materiae, ex qua et materia constituitur unum compositum incompletum, quod... est materia próxima et propria ad recipiendum, animam intellectivam.
No son estas las únicas cuestiones en que Midletown coincide con Escoto y aparece como su precursor doctrinal en el terreno filosófico y teológico, pero sin entrar en el terreno de las sutilezas excesivas de su correligionario, ni adoptar las tendencias relativamente críticas y parcialmente escépticas del Doctor Sutil.
El Fons vitae de Avicebrón, y especialmente la teoría acerca de la materia universal, ejerció sobre nuestro escritor una influencia análoga a la que se nota en Raymundo Lulio, Escoto y algunos otros. El franciscano inglés, después de afirmar que la esencia de los ángeles consta de materia y forma, si bien esta materia no es de la misma condición o especie que la de las cosas corporales (materia angelorum non est unigenea cum materia corporalium) o corruptibles, no solamente reconoce y da por supuesta la composición de materia y forma en el alma racional (non obstante sua materia, receptibilis est in ipso corpore tanquam forma), sino que, en su opinión, esta materia parece ocupar un lugar intermedio entre la de los ángeles y la de los cuerpos corruptibles, puesto que no rechaza la opinión de los que enseñaban que esta materia no es del mismo género que la de los ángeles: Materiam animae non esse unigeneam cum materia angelorum.
Opina también Midletown que la individuación en las almas humanas procede de la omnipotencia divina, y que, lejos de ser iguales, consideradas en su [312] naturaleza y origen, una puede ser más perfecta que otra: Una nobilior est alia a sua creatione in proprietatibus naturalibus.
Aunque los escritos de Averroes no debían ser desconocidos a este escolástico, y hasta parece aludir a su teoría al indicar las diferentes opiniones acerca del entendimiento agente,{1} es lo cierto que manifiesta una predilección especial hacia Avicena. Después de Aristóteles, Avicena entre los filósofos musulmanes, y San Agustín entre los cristianos, son los más citados y seguidos por Ricardo Midletown, siendo pocas las páginas de sus Comentarios en que no aparezca alguno de estos nombres.
——
{1} «Aliquando philosophus loquitur de intellectu agente ut de quadam substantia separata, et quoad hoc erravit. Unde a Dominio Stephano episcopo Parisiensi excommunicatus est iste articulus, quod intellectus agens est quaedam substantia separata superior ad intellectum possibilem, et quod secundum substantiam, potentiam et operationem est separatus a corpore, nec est forma corporis.» Comment., ]ib. 1.º, dist. 3.ª, cuest. 2.ª, art. 1.º