Conocer Asturias / 3 noviembre 2001 (original) (raw)
Ignacio Gracia Noriega
Uno que cree conocer toda Asturias (la central, la de Oriente y la de Occidente, la costera y la montañosa, la de los valles verdes y la de las minas y las fábricas, la de las aldeas perdidas y la de «las pequeñas y adormecidas ciudades», que escribió Ernts Robert Curtius) de la única manera que es posible conocer a una tierra, según Unamuno, pisándola y recorriéndola, se sorprende a veces de lo poco que conocen a su tierra, y de lo poquísimo que la aman, algunos que, al menos sobre el mapa, figuran como asturianos. Escribe Sabino Fernández Campo que «es preciso conocerla mejor (a Asturias) para amarla aún más». Y es preciso no buscar diferencias entre lugares asturianos ni excitar rencillas entre concejos en nombre de un localismo absolutamente trasnochado, o, lo que es aún pero, en defensa de intereses políticos, o al menos ese es el pretexto que se esgrime, porque a la larga resulta que lo que se defiende son intereses privados.
Pero eso no justifica que el Ayuntamiento talibán de Llanes, después de haber arremetido sin éxito contra Ribadesella, se haya revuelto contra su franja más oriental y la emprenda contra el municipio de Peñamellera Baja. Que el alcalde de Llanes ha perdido el Norte es evidente. Que intente igualarse al ministro de Fomento y le vaya con reclamaciones y exigencias no deja de ser ridículo, lamentable y grotesco. Pero que afirme, él, o por él sus ediles, que señalar la entrada a Panes es desviar el turismo hacia Cantabria, es sencillamente inadmisible y demuestra que criticar la entrada a los Picos de Europa por Panes es algo tan absurdo como enfurecerse porque llueve.
Pero, ¿qué se le va a hacer? A los Picos de Europa se entra por Panes, si se viene de Santander, de Vascongadas y de Francia. Discutirlo es una idiotez, y a la vez negar la propia historia de los Picos. Por la desviación cuya señalización ahora critican los ediles llaniscos se acercó a los Picos de Europa don Benito Pérez Galdós; por ahí entró alguna vez el conde de Saint-Saud, y esa ruta, una de las más bellas de la cordillera Cantábrica, está perfectamente descrita por Hans Gado en su libro «Por el norte de España» (1897).
Afirmar que la principal arteria de comunicación del concejo de Peñamellera es la carretera Niserias-Panes supone ignorar enteramente la geografía de la comarca. Porque me parece a mí que todos los que van a Panes, sea desde Llanes, sea desde Santander, lo hacen entrando por Unquera.
Efectivamente: por Panes se entra en Liébana y se llega a Potes, que es una población de alta montaña muy agradable. Pero también se va a Asturias. A la entrada de Panes se toma el puente sobre el Cares-Deva (ambos ríos acaban de reunirse un poco más arriba), y ese puente deja al viajero en Siejo, dos alternativas: a la derecha tiene el concejo de Ribadedeva y el Valle Oscuro, Peña Tu y, al fin, Llanes; a la izquierda, por la famosa carretera de Panes-Niserias, quien lo desee puede desviarse a Alles, capital de la Peñamellera Alta, o seguir hasta Cabrales siguiendo la dirección contraria al río Cares. Y de Cabrales, en el alto de Llamargón, el viajero bajará a Posada de Llanes, y desde allí tiene a Llanes a su derecha y Nueva de Llanes y Ribadesella a su izquierda; o bien seguirá por el concejo de Onís, con merecida parada en Benia, una de las capitales gastronómicas de la comarca oriental de Asturias. Y todavía nos falta por llegar a Corao, desde donde se puede descender hasta la marina por la bellísima carretera que acaba en Nueva, o continuar hasta Cangas de Onís y Arriondas.
Y no sólo hay esta alternativa. El que va a Potes, si sube por el puerto de San Glorio y baja por las Tierras de la Reina, en Riaño puede tomar la carretera que regresa a Asturias por el puerto del Pontón, atravesando el imponente desfiladero de los Beyos, recorriendo los concejos de Amieva y parte de Ponga, con oportunidad de detenerse en pueblos tan hermosos como Tornín, Caño, etc., para entrar, al cabo, en la ilustre ciudad de Cangas de Onís.
¿Es que todo esto que he citado no es Asturias? ¿Y es que no es Panes una de las llaves de la Asturias montañosa?
La Nueva España · 3 de noviembre de 2001