Arte en el Diccionario soviético de filosofía (original) (raw)

Arte

(Literatura, Arquitectura, Escultura, Pintura, Música, Teatro, Cine.) El arte es una de las formas de la conciencia social. Su particularidad característica consiste en reflejar, reproducir la realidad mediante imágenes sensoriales. El arte, como toda ideología, es determinado en última instancia por las condiciones materiales de la vida social. En la sociedad de clases, el arte sirve de expresión a los intereses de las diversas clases y es un arma ideológica en la lucha de clases. El desarrollo del arte en la sociedad de clases antagónicas se efectúa de manera extraordinariamente contradictoria y desigual. Por ejemplo, la sociedad burguesa, a pesar de su nivel superior de desarrollo en la producción con respecto a la sociedad antigua, sin embargo, favorece mucho menos que ésta el desarrollo del arte. “La producción capitalista, escribía Marx, es enemiga de algunas ramas de la producción espiritual, tales como el arte y la poesía”. Por eso, bajo el capitalismo, el arte puede desarrollarse en una u otra forma, sólo entrando continuamente en contradicción con las clases dominantes. La mayoría de los grandes artistas que pertenecen a las clases explotadoras y que aspiran a dar una imagen auténtica, realista, de la realidad, en sus creaciones, entran en contradicción con las ideas y los intereses de sus clases (Pushkin, Gogol, Tolstoi y otros). Una parte de ellos se pasa a las posiciones de las clases avanzadas y oprimidas. Con la aparición del proletariado revolucionario en el escenario histórico, con la agudización de la lucha de clases, el arte burgués se hace cada vez más falso e hipócrita. Bajo el imperialismo, el arte burgués experimenta una degeneración definitiva. En la lucha contra la ideología burguesa reaccionaria, el arte proletario se desarrolla en el seno mismo del viejo régimen (Gorki). El arte alcanza su florecimiento bajo la dictadura del proletariado, en la época del socialismo. El arte del proletariado es decididamente de clase y de partido, y se forma en la lucha por la sociedad comunista. Al mismo tiempo, es un arte auténticamente popular, puesto que es creado por el pueblo, sirve a su causa y se nutre de sus pensamientos y de sus sentimientos. El arte socialista, por ser una nueva fase en la evolución histórica del arte, no puede desarrollarse más que asimilando y utilizando críticamente todo lo valioso que la cultura humana ha creado a lo largo de su evolución de muchos siglos. El método fundamental del arte soviético es el realismo socialista, método que permite reflejar profunda y verazmente la vida social, formar una conciencia de la vida desde el punto de vista de los objetivos socialistas del proletariado y emplear el arte como un poderoso instrumento de educación comunista de los trabajadores.

Diccionario filosófico marxista · 1946:18-19

Arte

(Literatura, arquitectura, escultura, pintura, música, teatro, cine). Una de las formas de la conciencia social. Es particularidad característica del arte, el conocimiento o la reproducción de la realidad bajo la forma de imágenes sensibles. El arte, como toda ideología, se determina en fin de cuentas por las condiciones materiales de la vida social. En la sociedad de clases, el arte sirve de expresión a los intereses de las diferentes clases y como arma ideológica en la lucha entre éstas. El desarrollo del arte en la sociedad de clases antagónicas, se origina de un modo extraordinariamente contradictorio e irregular.

Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:10

Arte

(Literatura, arquitectura, escultura, pintura, música, teatro, cine, &c.) Una de las formas de la conciencia social. De igual modo que la ciencia, el arte es un poderoso instrumento del conocimiento y una fuerza social inmensa. El carácter específico del arte es el de reflejar, de reproducir la realidad bajo la forma de imágenes artísticas perceptibles por medio de los sentidos. Como toda ideología, está determinada por la base económica de la sociedad. En una sociedad dividida en clases, el arte expresa los intereses de las diversas clases, representa un arma ideológica en la lucha que opone a las clases entre sí. En una sociedad tal, el desarrollo de las artes sigue un curso lleno de contradicciones. Así, en los comienzos del capitalismo, cuando éste era todavía un fenómeno progresivo, las creaciones del arte burgués en literatura, pintura, &c., tenían, para su época un carácter avanzado. Pero, una vez que llega al poder, la burguesía se dedica a frenar el desarrollo del arte. “La producción capitalista”, escribe C. Marx, “es hostil a ciertas producciones espirituales, tales como el arte y la poesía, &c.” (Obras, Ed. alemana) Del mismo modo, bajo el capitalismo, el arte realista sólo puede desarrollarse entrando en conflicto, constantemente y en una forma u otra, con los intereses de las clases dominantes. Los artistas más eminentes surgidos de las clases explotadoras, que se esfuerzan en bosquejar un cuadro realista de la vida, entran en oposición con las ideas y los intereses de sus respectivas clases; y algunos de ellos se pasan al lado de las clases progresistas, oprimidas.

El pueblo ruso, que desempeñó un gran papel histórico en el desarrollo de todas las ramas de la ciencia, de la técnica y la cultura, contribuyó poderosamente al progreso de las artes.

El mundo ha recibido obras prodigiosas de los representantes del arte ruso tales como Pushkin, Tolstoi, Nekrásov, Gorki, Repin, Surikov, Chaikovski, Glinka, Musorgski y tantos otros. La particularidad de su arte es su profundo contenido ideológico, su esfuerzo por resolver los problemas sociales más complejos, sus vínculos con el arte popular, el deseo de servir al pueblo. Con la aparición del proletariado revolucionario en la arena de la historia y la agravación de la lucha de clases el arte burgués se transforma cada vez más en falso e hipócrita. En la época del imperialismo, el arte de las clases dominantes entra en decadencia. Se caracteriza esencialmente por la ausencia de ideas, fenómeno que halla su expresión en el formalismo (cubismo, futurismo, &c.) o en la representación naturalista de la realidad. Este arte, subordinado a los intereses de la burguesía imperialista, está llamado a desviar a las masas de la lucha de clases, a inculcarles la ideología de las clases dominantes. Escritores, pintores y demás artistas avanzados combaten a este arte reaccionario. Hoy, en los países capitalistas, se desarrolla y consolida un arte democrático, heredero de las mejores tradiciones nacionales, a las que enriquece con la experiencia de las luchas de las masas populares por la paz, por una vida digna del hombre, por la independencia nacional y la libertad de los pueblos.

En el curso de la lucha contra la ideología burguesa reaccionaria, se forma un arte proletario dentro del marco del antiguo régimen. En su artículo “Organización de partido y literatura de partido” (1905), Lenin examina los rasgos nuevos que distinguirán al arte proletario: este arte se apoyará en la ideología comunista, se pondrá al servicio de las masas trabajadoras, educará al pueblo en un espíritu de lucha contra toda forma de opresión, en el espíritu de lucha por una existencia nueva y socialista, por el comunismo.

Antes aún del triunfo de la revolución del proletariado ruso nació el gran escritor Máximo Gorki, cuyas obras abrieron una era nueva en la historia del arte. Gorki fue el fundador del arte socialista soviético que nació y se desarrolló en la lucha por una sociedad socialista. Este arte es auténticamente popular puesto que sirve a la causa de la clase obrera y de todos los trabajadores, y traduce los intereses del pueblo soviético. Al mismo tiempo que señala una etapa nueva en la evolución del arte mundial, el arte socialista toma de nuevo desde un punto de vista crítico todo lo más preciado que la cultura humana ha producido a través de los siglos. El Partido Comunista ha indicado a los escritores y artistas el método fundamental del arte soviético, el del realismo socialista (ver). Este método permite al arte penetrar la vida de la sociedad, ofrecer de ella una representación fiel, abordarla desde el punto de vista de las tareas socialistas del proletariado, convertirse en un poderoso medio de educación comunista de los trabajadores. El Partido Comunista protege el arte soviético contra las influencias del arte decadente burgués y sostiene una lucha implacable contra toda clase de supervivencias extrañas a la cultura socialista. Las decisiones del Comité Central del Partido Comunista relativas al arte y a la cultura tomadas después de la guerra (ver Cultura socialista) señalan el camino del progreso al arte socialista, poderoso instrumento en la edificación del comunismo.

El XIX Congreso del Partido Comunista prestó una gran atención a los problemas de la literatura y de las artes. El informe presentado al XIX Congreso sobre la actividad del Comité Central, subraya que los grandes éxitos obtenidos no deben impedir la comprobación de las lagunas que subsisten en el desarrollo de la literatura y las artes soviéticas, tales como: un conocimiento todavía insuficiente de la vida, adulteración de la verdad, bajo nivel ideológico y artístico de numerosas obras. Entre ciertos escritores se había abierto camino la teoría profundamente errónea y perjudicial de la “ausencia de conflictos”, que negaba la existencia de contradicciones en la sociedad soviética y la necesidad de la lucha de lo nuevo contra lo viejo. Esta teoría retardaba el progreso del arte soviético, le incitaba a mantener veladamente las supervivencias del capitalismo en la conciencia de los hombres y rebajaba el papel del arte soviético en la educación comunista de los trabajadores. El Partido Comunista de la Unión Soviética reclama a los escritores que asimilen la herencia de los grandes autores satíricos rusos tales como Gógol y Shchedrin, y que estigmaticen sin piedad todo lo que traba el progreso hacia el comunismo. El mensaje de salutación del C.C. del P.C.U.S. al II Congreso de Escritores soviéticos, reviste una gran importancia para el progreso de la literatura soviética y del arte socialista en su conjunto: determina la vía a seguir en la lucha por un arte digno de la época de la edificación del comunismo.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:28-30

Arte

Forma específica de la conciencia social y de la actividad humana, consistente en un reflejo de la realidad a través de imágenes artísticas; constituye uno de los procedimientos más importantes de la aprehensión estética del mundo. El marxismo rechaza la interpretación idealista del arte según la cual éste es producto y expresión del “espíritu absoluto”, de la “voluntad universal”, de la “revelación divina” o bien de ideas y vivencias subconscientes del artista. La fuente que dio origen a la actividad artística así como al proceso precedente gracias al que se formaron los sentimientos y necesidades estéticos del hombre, fue el trabajo. Las primeras huellas del arte primitivo corresponden a la época del paleolítico tardío, aproximadamente entre 40 y 20.000 años a.n.e. En los pueblos primitivos, el nexo entre el arte y el trabajo es directo; luego va haciéndose cada vez más complejo y mediato. En la base del subsiguiente desarrollo histórico del arte se encuentran los cambios de la estructura económico-social de la sociedad. En el desarrollo del arte siempre ha desempeñado un papel inmenso el pueblo. Las diversas conexiones del arte con el pueblo se han consolidado bajo el aspecto de una de las particularidades del primero: su carácter nacional. Como forma en que se refleja el ser social, el arte tiene mucho de común con los demás fenómenos de la vida espiritual de la sociedad: con la ciencia, con la técnica (Estética y técnica), con la ideología política (Espíritu de partido en el arte), con la moral (Estético y Lo ético). Por otra parte, el arte posee varias particularidades determinantes que lo distinguen de todas las otras formas de la conciencia social. El objeto específico del arte está constituido por las actitudes estéticas del hombre frente a la realidad; su objetivo estriba en la aprehensión artística del mundo. Ello explica por qué en el centro de toda obra artística siempre figura el hombre como portador de las relaciones estéticas. El artista asimila y reelabora el objeto del arte (la vida en toda su diversidad) en una forma especifica de reflejo: en imágenes artísticas que forman una unidad –en recíproca penetración– de lo sensorial y lo lógico, de lo concreto y lo abstracto, de lo individual y lo general, del fenómeno y la esencia, &c. Las imágenes artísticas se elaboran en el proceso de la actividad creadora del artista sobre la base del conocimiento de la vida y de la maestría consumada. El objeto del arte y la forma como en éste se refleja la realidad condicionan la función específica del arte, que consiste en satisfacer las necesidades estéticas de las personas creando obras espléndidas, susceptibles de proporcionar al hombre alegría y placer, capaces de enriquecerle espiritualmente y, al mismo tiempo, de desarrollar, de despertar en él al artista que en la esfera concreta de su actividad puede crear teniendo en cuenta las leyes de la belleza y aportar hermosura a la vida. A través de esta función estética unívoca del arte, se revela su valor cognoscitivo y se ejerce su poderosa acción ideológica y educativa sobre el hombre. El marxismo-leninismo ha mostrado el carácter objetivo del desarrollo artístico que ha dado origen a las principales artes: literatura, pintura, escultura, música, teatro, cine, &c. La historia del arte es la historia de cómo se ha ido profundizando el reflejo artístico de la realidad, de cómo se ha ampliado y enriquecido el conocimiento estético del hombre, de cómo éste ha ido transformando cada vez más el mundo. El progreso del arte se halla indisolublemente ligado al desarrollo de la sociedad, a los cambios de la estructura de clase de la misma. Aunque la línea general de la evolución del arte es la que señala de qué modo se hacen más profundos los medios del reflejo artístico de la realidad, tal evolución no es regular. Así, ya en el mundo grecorromano, el arte alcanza un alto nivel y adquiere en cierto sentido el valor de norma. Por otra parte, el modo capitalista de producción, incomparablemente más elevado que el esclavista, es hostil, según expresión de Marx, al arte y a la poesía, dado que se desinteresa de los altos ideales sociales y espirituales. En este caso, el arte avanzado está unido o bien al período de formación del capitalismo, cuando la burguesía todavía era una clase progresiva, o bien a la actividad de los artistas que adoptan una actitud crítica frente a dicho régimen (Realismo crítico). Lo característico del arte contemporáneo propiamente burgués estriba en un espíritu decadente ideológico y artístico (formalismo, abstraccionismo). El ideal estético más elevado se halla encarnado en la concepción del mundo y en el hacer práctico de la clase obrera, en la lucha por la reconstrucción comunista de la sociedad. Este ideal se encuentra en la base del arte del realismo socialista. El arte soviético cumple su misión, proclamada por el XXII Congreso del P.C.U.S.: contribuir a formar la personalidad armónica y espléndida del hombre de la sociedad comunista, al constructor y creador del nuevo mundo.

Diccionario filosófico · 1965:24-25

Arte

Actividad creadora orientada a elaborar imágenes artísticas, es decir, representaciones concreto-sensibles que reflejan la realidad y que encarnan una actitud estética del hombre hacia ella. Existen distintos tipos de arte, los cuales se distinguen por la particular estructura de la imagen artística. Algunos reflejan directamente los fenómenos de la vida (pintura, escultura, gráfica, literatura artística, teatro, cine). Otros en cambio reflejan el estado emotivo-ideológico del artista suscitado por los fenómenos de que se trata: música, coreografía, arte decorativo aplicado e industrial, arquitectura. En cuanto forma de la conciencia social, el arte tiene sus peculiaridades. Al igual que la ciencia es capaz de reflejar la realidad. La obra de León Tolstoi fue: en opinión de Lenin, “espejo de la revolución rusa”. Pero además de esto las obras de Tolstoi representaron un “paso adelante en el desarrollo del arte universal”, pues, como otras obras de arte, no simplemente reflejan unos u otros fenómenos sociales o naturales sino que realzan su significación estética, su papel en la vida del hombre, revelan la actitud del artista hacia dichos fenómenos, afirman el ideal estético. En el proceso de investigación científica el hombre de ciencia experimenta sin duda los más diversos sentimientos y emociones; sin embargo, estos sentimientos y emociones no forman parte del resultado de sus investigaciones. La obra artística, por el contrario, contiene no sólo ideas sino que comprende también el mundo de los sentimientos del hombre. El contenido del arte es emotivo ideológico: las ideas están penetradas de emociones y los sentimientos de conciencia. Tal es la razón de que el arte influya con tanta fuerza sobre los hombres. Los distintos fenómenos de la vida (la conducta, la actitud de los hombres) son justipreciados en las obras de arte desde el punto de vista estético. Estos fenómenos son buenos o malos, justos o injustos, reaccionarios o progresistas; pero también hermosos o feos, de alta o baja calidad, trágicos o cómicos. Por eso el artista forma la actitud del hombre hacia ellos, lo educa en el espíritu de unos u otros ideales. Esta educación tiene significación política y moral. La valoración estética de los hombres y los acontecimientos reflejados en la obra de arte, y el ideal estético afirmado por el artista, dependen de la posición de clase. De lo que se infiere que en la sociedad de clases el arte no puede por menos que tener carácter partidista, es decir, no puede dejar de reflejar, en la actitud estética hacia la realidad, los intereses cardinales de unas u otras fuerzas sociales, de las clases; y tal cosa independientemente de que el artista mismo tenga conciencia de ello o no la tenga. La influencia que en la creación artística ejercen las distintas clases, como lo muestra la historia del arte, no ha sido igual de valiosa y fecunda. El arte más justo ha sido el arte humanista y popular, el arte que encarna los ideales de las capas y clases sociales interesadas en el desarrollo progresista de la sociedad. El arte auténticamente popular es aquél que llega “con sus más profundas raíces a lo más denso de las masas populares”, aquél que eleva y unifica “el sentimiento, el pensamiento y la voluntad de estas masas” (Lenin). El carácter popular del arte está vinculado a su realismo. El partidismo comunista del arte es al mismo tiempo la base de la elevada popularidad de éste, pues la lucha por el derrocamiento del régimen de explotación y desigualdad, la edificación del comunismo, responden a las aspiraciones más profundas de los trabajadores. El realismo socialista en el arte representa el reflejo veraz de la realidad desde el punto de vista del ideal comunista. En ocasiones se plantea la pregunta: ¿el desarrollo de la ciencia y la técnica no conducirá a una disminución considerable del papel del arte en la vida del hombre y de la sociedad, y, en general, a la liquidación de la creatividad artística? Sin embargo, este antagonismo entre el arte, de un lado, y el progreso técnico-científico, de otro, se manifiesta únicamente en las condiciones de la sociedad capitalista donde, como resultado de la división del trabajo que aplasta al hombre, la personalidad humana se pulveriza, se empobrece espiritualmente. El arte sólo puede desarrollarse con éxito a condición de rebelarse en una u otra medida contra las relaciones burguesas que lo aherrojan y de lo cual ninguna culpa tienen ni la ciencia ni la técnica. Todo lo contrario, pues el desarrollo de la ciencia presupone el del arte, que cultiva cualidades y capacidades humanas como la fantasía, la sensibilidad y la responsabilidad social, que son indispensables para la propia creatividad científica y técnica. El florecimiento del arte en la sociedad comunista no es un buen deseo, sino una necesidad que tiene que ver con la naturaleza misma del comunismo, cuyo fin consiste en formar una personalidad multifacética y armoniosamente desarrollada. Y tal cosa es imposible sin el auxilio del arte.

Diccionario marxista de filosofía · 1971:21-22

Arte

Tipo específico de conciencia social y de actividad humana, que refleja la realidad en forma de imágenes artísticas y constituye un importantísimo medio de asimilación estética del mundo. El marxismo-leninismo rechaza las interpretaciones idealistas del arte, según las cuales el mismo es producto y expresión del “espíritu absoluto”, de la “voluntad mundial”, de la “revelación divina”, o de los proyectos y vivencias subconscientes del artista. La fuente del surgimiento de la actividad artística, así como del proceso precedente de formación de los sentimientos y necesidades estéticos del hombre, es el trabajo. Las primeras huellas del arte primitivo datan de la época del paleolítico tardío, es decir, aproximadamente 40-20 milenios a.n.e. En los pueblos primitivos, el vínculo entre el arte y el trabajo es directo, posteriormente se hace más complejo. El contenido del arte está estrechamente ligado a los cambios que se producen en la estructura socioeconómica de la sociedad. Siendo una forma de reflejo del ser social, el arte de uno u otro modo está asociado a otros fenómenos de la vida espiritual de la sociedad: a la ciencia; la técnica (Estética y técnica), a la ideología política (Partidismo del arte) y a la moral (Estético y ético). Al mismo tiempo, el arte posee una serie de rasgos que lo distinguen de las demás formas de conciencia social. El objeto específico del arte lo constituyen las actitudes estéticas del hombre hacia la realidad, y la tarea del mismo consiste en asimilar artísticamente el mundo. Precisamente por eso en el centro de las obras de arte se hallan el hombre, la ligazón social y las relaciones entre los individuos, su vida y actividad en determinado contexto histórico concreto. El objeto del arte (la vida en toda su diversidad) se asimila, transforma y refleja por el artista en forma específica: imágenes artísticas. La especificidad de los métodos de reproducción de la realidad y de las tareas artísticas, así como de medios materiales de creación de la imagen artística, determina las peculiaridades de los tipos del arte. Así, en la literatura, la reproducción estética del mundo se realiza a través de la palabra; en la pintura, mediante las imágenes visualmente perceptibles de la riqueza cromática del mundo; en la escultura, a través de las imágenes plásticas; en la gráfica, por medio de la línea del dibujo, el trazo y el claroscuro; en la música, a través de las entonaciones acústicas; en el teatro y el cine, mediante la plasmación por los actores de las acciones de los protagonistas y de los conflictos dramáticos que constituyen la base de dichas acciones. El objeto y la forma de reflejo de la realidad en el arte condicionan su función específica, que consiste en satisfacer las necesidades estéticas de la gente creando las obras que puedan proporcionar alegría y deleite al individuo, enriquecerlo en el sentido espiritual y, a la vez, despertar en él a un artista capaz de obrar en su esfera de actividad según las leyes de la belleza. Por medio de esta función estética única el arte manifiesta su significado cognoscitivo y ejerce su influencia educativa sobre las personas. El marxismo-leninismo mostró el carácter objetivo del desarrollo artístico, enlazado indisolublemente con la evolución de la sociedad y con los cambios de su estructura de clase. Es desigual el desarrollo del arte, aunque su línea general consiste en profundizar el reflejo artístico de la realidad. Así, en la Antigüedad, el arte alcanza un alto nivel y adquiere, en cierto sentido, la significación de norma. Al mismo tiempo, el modo de producción capitalista, inconmensurablemente más elevado que el esclavista, es hostil, según Marx, al arte y a la poesía, puesto que es ajeno a los altos ideales sociales y espirituales. En este caso, el arte de vanguardia está enlazado o bien con el período de formación del capitalismo, cuando la burguesía aún era una clase progresista, o bien con la actividad de los artistas que critican este régimen. El ideal estético más elevado constituye la base del arte del realismo socialista, a lo cual contribuye el carácter humanitario de las relaciones sociales socialistas.

Diccionario de filosofía · 1984:25-26