Progreso (original) (raw)
no figura
Diccionario filosófico marxista · 1946
no figura
Diccionario filosófico abreviado · 1959
Progreso y regresión del desarrollo social
Formas contrarias del desarrollo global de la sociedad o de algunas de sus partes; designan, correspondientemente, el desarrollo progresivo de la sociedad en línea ascendente, su florecimiento, o bien el retorno a formas viejas, caducas, al marasmo y la degradación. Sirven de criterio del progreso social, el grado de desarrollo de las fuerzas productivas, del régimen económico y de las instituciones superestructurales por él determinadas, así como también el grado de desarrollo y de difusión de la ciencia y de la cultura, de la personalidad, el desenvolvimiento de la libertad social. En este plano, lo fundamental, lo decisivo, es el desarrollo del modo de producción. En ciertos períodos de la historia y en algunos países, para caracterizar el desarrollo de la sociedad decide el punto de vista de tu progreso o de su regresión pueden adquirir un significado fundamental, si no decisivo en virtud de su relativa independencia, fenómenos sociales como las formas de la vida política, la cultura, la instrucción, &c., pese a que son secundarios, derivados y están determinados por el régimen económico de la sociedad. Puede servir de ejemplo de regresión social condicionada por factores políticos, la historia de países en los que han dominado (o dominan) regímenes dictatoriales fascistas (Fascismo). Es sumamente contradictorio el desarrollo de las formaciones económico-sociales antagónicas. Tales formaciones, pese a que en determinados períodos de la historia representan un progreso de la sociedad, poseen siempre caracteres regresivos, que se convierten en predominantes en el periodo de descomposición y de decadencia. Sin embargo, tampoco en este caso la regresión puede ser universal, dado que la tendencia básica del desarrollo de toda la sociedad humana no es la regresión, sino el progreso, que se manifiesta, en el caso dado, tanto en la aparición de elementos y premisas de la nueva sociedad como en el desarrollo de algunas facetas de la vida social. Así, por ejemplo, el desarrollo de la sociedad burguesa en la época imperialista se caracteriza en conjunto por la presencia de fenómenos de regresión, mas ello no es óbice para que bajo el capitalismo se observe el progreso de numerosas ramas de la ciencia y de la técnica, así como también de otros varios fenómenos sociales. Ahora bien, para valorar la vitalidad de la sociedad dada, su capacidad de progreso o de regresión, es más importante determinar la tendencia general de su desarrollo, lo cual permite a las clases y grupos sociales interesados en el progreso de la sociedad adquirir un conocimiento más profundo de las leyes del desarrollo social y utilizarlas. En filosofía y sociología, los conceptos de “progreso” y “regresión” encuentran diferentes interpretaciones. Los científicos del período en que el capitalismo se desarrollaba progresivamente (Vico, Herder, Hegel y otros) reconocían el progreso e intentaban darle una explicación racional. Los científicos del periodo de la decadencia del capitalismo, o circunscriben el concepto de “progreso” a los límites de culturas y civilizaciones aisladas (Spengler, Toynbee) o no admiten la posibilidad misma de estudiar el progreso en la historia. Intentan explicar la regresión por la acción de factores puramente subjetivos: explican, por ejemplo, la regresión de la Alemania nazi por las características de la personalidad de Hitler y por la actuación del partido nacional-socialista. La elucidación científica del progreso y de la regresión, la proporciona el marxismo-leninismo. El progreso como desarrollo ascendente sin recidivas sólo es posible en la sociedad no antagónica, comunista.
Diccionario filosófico · 1965:377-378
Progreso y regreso en el desarrollo social
(latín progressus y regressus.) Formas opuestas de desarrollo de la sociedad en su conjunto o de algunos de sus aspectos, que significan respectivamente el desarrollo progresivo de la sociedad en línea ascendente (florecer de la sociedad) y el retorno a las formas viejas caducas, el estancamiento y la degradación. El criterio del progreso social es, ante todo, el grado de desarrollo de las fuerzas productivas, del régimen económico, así como de las instituciones super-estructurales, determinadas por este régimen, el desarrollo y extensión de la ciencia y la cultura y el desenvolvimiento del individuo, y también el grado de ampliación de la libertad social. Para caracterizar el desarrollo de la sociedad desde el punto de vista del progreso o el regreso, en algunos períodos de la historia pueden adquirir sustancial significado, en virtud de su relativa independencia, los fenómenos sociales tales como las formas de vida política, la cultura, la instrucción, &c., aunque son secundarias, derivadas y se determinan por el régimen económico de la sociedad. Puede servir de ejemplo de regreso social, condicionado por factores políticos la historia de los países en los que dominaban (o dominan) los regímenes dictatoriales fascistas (Fascismo). Es contradictorio en extremo el desarrollo de las formaciones socioeconómicas antagónicas. Estas formaciones, aunque en determinados períodos históricos sirven de peldaño del progreso, siempre se caracterizan por rasgos regresivos, que pasan a predominar en el período de descenso de la sociedad dada. Pero también en estos casos, el regreso no puede ser universal, puesto que la principal tendencia de desarrollo de toda la sociedad humana no es el regreso sino el progreso, que se expresa en este caso tanto en el surgimiento de elementos y premisas de la nueva sociedad como en el desarrollo de algunos aspectos de la vida social. Por ejemplo, a pesar de que el desarrollo de la sociedad burguesa en la época del imperialismo se caracteriza en general por fenómenos de regreso, se observa el progreso de muchos sectores de la ciencia y la técnica, así como de algunos otros fenómenos sociales. Sin embargo, para valorar la vitalidad de la sociedad dada y su capacidad de progreso o de regreso es importante determinar la tendencia general del desarrollo de la misma que ayuda a las clases y los grupos sociales interesados en el progreso de la sociedad a conocer más a fondo y a utilizar mejor las regularidades del desarrollo social. En filosofía y sociología, los conceptos de progreso y de regreso se interpretan de distinta manera. Los pensadores del período del desarrollo progresivo del capitalismo (Vico, Diderot, Hegel, &c.) reconocían el progreso y trataban de fundamentarlo racionalmente. El período de decaimiento del capitalismo, que empezó desde la segunda mitad del siglo 19, se caracteriza por varios enfoques distintos de la historia: el positivista, cuyos cimientos fueron echados por Comte, el “histórico-cultural” (su autor fue N. Danilevski, científico eslavófilo ruso; compartían su punto de vista Spengler, Toynbee, &c.), el “crítico-cultural” (Nietzsche, más tarde, Freud, Husserl y otros). Según la concepción positivista, la historia debe ser una descripción empírica de los hechos científicamente establecidos, sin que se penetre en la esencia de la misma en su conjunto ni se intente comprender los fenómenos del progreso y el regerso. La concepción “histórico-cultural” considera como importantísimo método de estudio del progreso y el regreso en la historia la investigación de distintas culturas o civilizaciones. Opina que la historia humana es la sustitución de “tipos” independientes de culturas o civilizaciones que tienen sus propios períodos de progreso y de regreso. La concepción crítico-cultural niega el concepto de progreso desde el punto de vista del “carácter anticultural natural”, de la expresión eterna de la “voluntad de vida”, de las atracciones espontáneas, inconscientes (S. Freud) o de las estructuras universales de la conciencia (Husserl). El marxismo-leninismo explica científicamente el progreso y el regreso. El progreso, como desarrollo progresivo sin reincidencias del regreso, solo es posible en la sociedad no antagónica, comunista.
Diccionario de filosofía · 1984:351