Sobre el espíritu (original) (raw)
Sobre el espíritu
Título de la obra más importante de uno de los más notables materialistas franceses del siglo XVIII, Helvecio (ver), publicada en latín por primera vez en 1758, en Francia. Este libro pertenece al número de las brillantes y talentosas obras del pensamiento filosófico y ateo del siglo XVIII, que Lenin tuvo en gran aprecio. La obra de Helvecio Sobre el espíritu asestó un golpe destructor a la concepción religiosa e idealista del mundo, a la que le opuso el materialismo y el ateísmo. Según las palabras del gran materialista del siglo XVIII, Diderot, el libro de Helvecio propina “un formidable garrotazo a los prejuicios de toda clase”. En Sobre el espíritu hay una ingeniosa crítica del régimen feudal, de las concepciones idealistas y religiosas del mundo. Helvecio, defendiendo el materialismo y el ateísmo, da una completa caracterización de la teoría sensualista del conocimiento (ver: Sensualismo) y de los puntos de vista de los materialistas franceses sobre los fenómenos de la vida social. No obstante el idealismo de dichos puntos de vista y la incomprensión por parte de los materialistas del siglo XVIII de los fundamentos materiales de la vida de la sociedad, sus concepciones desempeñaron un papel positivo en la historia de la filosofía. Helvecio escribe que los hombres, por su naturaleza, no tienen ninguna diferencia; la diferencia entre ellos tiene sus raíces en el medio social, bajo cuyas condiciones viven. “La asombrosa variedad de caracteres, talentos y gustos se debe atribuir a la variedad de formas de gobierno y, por consiguiente, a la variedad de intereses de las naciones”. De los puntos de vista de Helvecio sobre la vida social, no obstante su limitación e idealismo, se deriva una deducción revolucionaria: hay que cambiar el medio, la sociedad, para que los hombres, dotados de un carácter malo y de gustos nocivos, cambien también, pierdan sus cualidades negativas. En su obra Sobre el espíritu, Helvecio refuta la existencia de ideas innatas, demostrando que las ideas del hombre tienen por fuente el mundo material exterior que existe en el espacio y en el tiempo y es cognoscible mediante los órganos de los sentidos. El espíritu del hombre representa un conjunto o combinación de ideas que yerra cuando el hombre se entrega a las pasiones o cuando no conoce suficientemente el mundo y las leyes que le rigen. Helvecio divide las ideas en útiles, dañinas e indiferentes. Los hombres proceden conforme a las ideas que les son útiles y convenientes. El mundo espiritual, según Helvecio, está sometido a la ley del interés. Los hombres, por su naturaleza, son egoístas. Pero en sus intereses personales tienen que tomar en cuenta los intereses sociales, seguir el principio del egoísmo racional. La virtud es, por eso, el deseo de hacer felices a nuestros semejantes, y la honestidad, el hábito de proceder en interés del Estado y de la Nación. Las fallas de la moral humana tienen su causa en la legislación defectuosa. Hay que abrir los ojos a los hombres, cambiar las leyes y con ello eliminar muchas calamidades. Bajo la apariencia de un examen del despotismo oriental, Helvecio somete a una severa critica el régimen político y la legislación de la sociedad feudal. Como casi todos los puntos de vista de Helvecio, esta crítica tiene un carácter progresista, revolucionario. Marx escribía que “no hace falta mayor sagacidad para descubrir la relación que existe entre el comunismo y el socialismo, y las teorías del materialismo sobre la inclinación innata hacia el bien, sobre la igualdad de la capacidad intelectual de los hombres, sobre la omnipotencia de la experiencia, de la costumbre y de la educación, sobre la influencia de las circunstancias exteriores en el hombre, sobre el alto significado de la industria, sobre el derecho moral al placer, &c.”. No es extraño, pues, que la reacción en Francia condenase a la hoguera el libro de Helvecio, por elogiar al materialismo, y propagar el odio al clero y al régimen feudal existente. La última edición de Sobre el espíritu en lengua rusa se publicó en 1938.
Diccionario filosófico marxista · 1946:280-281
no figura
Diccionario filosófico abreviado · 1959
no figura
Diccionario filosófico · 1965
no figura
Diccionario de filosofía · 1984