Daniel Arce García | Universidad Nacional Autónoma de México (original) (raw)
Uploads
Graduate Papers by Daniel Arce García
Nuevas Poligrafías, 2020
Este estudio analiza la forma en que dos largometrajes documentales de la era silente —Nanook of ... more Este estudio analiza la forma en que dos largometrajes documentales de la era silente —Nanook of the North (Flaherty, 1922) y The Great White Silence (Ponting, 1924)— mantienen una sensación de autenticidad en el discurso a pesar de que ciertas partes de su composición pudieran considerarse falsas o fabricadas de acuerdo con los criterios positivistas que han plagado a la fotografía y el cine desde sus albores. Debido tanto a las limitaciones del cine temprano como a las dificultades particulares de filmar en el Ártico y la Antártida, los realizadores debieron utilizar una amplia gama de recursos discursivos y materiales (como los intertítulos, la construcción de sets y las escenas ensayadas) para representar lo que percibieron como verdadero acerca de las regiones polares, recursos que serán analizados con referencia a las cuatro funciones discursivas descritas por Michael Renov en “Towards a Poetics of Documentary”, con especial énfasis en la primera, la de registro/preservación. Dado que el género del documental fílmico nació como concepto en 1926, considerar el despliegue de dichos recursos para la construcción de la verdad en estos dos filmes más tempranos puede servir para repensar desde la práctica la relación de todo documental con la ficción, la representación y la realidad ontológica de los objetos filmados, trascendiendo los valores positivistas y dirigiéndonos hacia un entendimiento más flexible de las técnicas cinematográficas que posibilitan el registro fílmico de algo que se considera verdadero, pero no puede ser representado sin artificio artístico.
El arte paisajista convencional europea ha muerto, según el teórico W. J. T. Mitchell. Con el dec... more El arte paisajista convencional europea ha muerto, según el teórico W. J. T. Mitchell. Con el declive de los grandes imperios europeos y la creciente desilusión con el progreso moderno que marcó al siglo XX, el paisaje pictórico característico del clasicismo y el romanticismo dejó de producirse como arte serio y pasó a ser parte del repertorio kitsch, “endlessly reproduced in amateur painting, postcards, packaged tours, and prefabricated emotions” (20). La imagen ya no alcanzaba para abarcar nuestra idea del mundo, y fue descartada en favor de vanguardias como el arte pop, el surrealismo y (sobre todo) la abstracción. ¿Pero qué ha sido del fantasma del paisaje? ¿Cómo es su vida después de la muerte? Este supuesto destierro hacia el kitsch, ¿no amerita atención crítica? ¿Y acaso no se han abierto alternativas de expresión paisajística post mortem en el siglo XXI? El objetivo de este ensayo es proponer el concepto de paisaje zombi para describir los tipos de producción paisajística que se siguen dando tras el anuncio de su muerte. Siguiendo a Mitchell en su aseveración de que el paisaje, al igual que el dinero, sirve como símbolo teóricamente ilimitado de valores culturales (14), planteo que el valor predominante que la cultura contemporánea lee en el paisaje es una amplia nostalgia por lo irrecuperable, dolorosamente consciente de la fragilidad de un entorno “natural” devastado por la modernidad. Desde ahí, marco una división entre el paisaje mercantil, i. e. la producción contemporánea de paisajes que sólo sirven para generar imágenes vendibles en términos monetarios/turísticos, y el paisaje antropocénico, que representa una tendencia creciente en las artes y otros ámbitos a percibir y modificar el paisaje integrando la presencia ineludible de las catástrofes ambientales causadas por el capitalismo, reconstruyendo sobre sus ruinas por medio de una mirada doble, la cual indaga en las imágenes del pasado con nostalgia, pero también imagina futuros posibles a partir de un presente arruinado.
¿Tiene derecho el hombre a hacer sufrir a otras criaturas en beneficio propio? ¿Qué tanto sufrimi... more ¿Tiene derecho el hombre a hacer sufrir a otras criaturas en beneficio propio? ¿Qué tanto sufrimiento puede considerarse “humano”? Tanto en cuerpo como en signo, el burro es uno de los miembros más destacados en el bestiario de nuestra civilización. Hemos recibido una herencia discursiva problemática acerca del burro, quien a lo largo de los siglos ha sido utilizado de manera inconsistente para hablar tanto de los caracteres nobles y leales como de aquellos ignorantes y necios. Lo curioso es que ambos entendimientos del burro se basan en su aparente resignación al sufrimiento que padece a causa de su uso como herramienta en la agricultura y en ciertas industrias tempranas. Es decir, el sujeto humano produce diferentes interpretaciones valorizadas del animal a partir de ciertos comportamientos. El objetivo de este ensayo es examinar la forma en que dos obras narrativas han ligado la imagen ancestral del burro como bestia resignada y sufriente con ciertos tipos de dolor humanos, surgidos de las relaciones de poder y las violencias típicas que la modernidad ejerce sobre sus sujetos. La primera de estas obras es el cuento “Rojo Malpelo” (1878), del verista siciliano Giovanni Verga, donde el personaje principal es estigmatizado por su comunidad a causa de su pelo rojo, asociado a lo maligno, lo brutal y lo animal, siendo el burro la figura simbólica que Malpelo usa para entender su propio sufrimiento a manos de la industria minera. Por otro lado, el filme Au hasard Balthazar (dir. Robert Bresson, 1966) toma una postura todavía más radical al centrarse de lleno en la vida de un burro quien sufre distintas violencias a manos de diferentes dueños, teniendo además una relación paralela con su primera dueña, Marie, cuya figura se asocia a lo anormal y lo patológico en las relaciones interpersonales y amorosas. Así, tenemos que la otredad del burro es utilizada para diseccionar las formas de dominación y brutalidad que caracterizan tanto al trabajo capitalista como a las desigualdades de género e incluso a estructuras de apariencia incuestionable, como la familia y la polis.
Undergraduate Papers by Daniel Arce García
Both The Catcher in the Rye and Another Country confront the reader with provoking questions abou... more Both The Catcher in the Rye and Another Country confront the reader with provoking questions about the borders between authentic and corrupted art —art that exists in order to express or evoke some genuine notion, and art that is born as a vehicle for the author’s worldly success. This essay will analyze the construction of this divide within the novels by way of characterization, since the "cultural code" is invoked through character descriptions and interactions throughout (such "codes" I take from Barthes' seminal S/Z). In Salinger’s opus, the most relevant characters are Ernie and D. B., while the analysis of Baldwin’s work will be centered on the relationship between Vivaldo and Richard. With this in mind, I hope to achieve a better apprehension of the conflict between economy and artistry in the American post-war years —an era marked by the explosion of cinema and television as the go-to alternatives for anyone looking for narrative entertainment—, as well as a reflection on the importance of “secondary” themes for the overall semiotic map of the novels, and also for the development of the plot itself.
Propongo que un breve análisis del discurso predominante y oficial ligado al 11 de septiembre, co... more Propongo que un breve análisis del discurso predominante y oficial ligado al 11 de septiembre, contrastado contra el de algunos pasajes específicos de stand-up comedy esparcidos por David Cross a lo largo de dos LPs podría demostrar de manera bastante clara la discontinuidad de los discursos dentro de un momento histórico que comúnmente se asume como uniforme, discontinuidad que no sólo revela la necesidad de considerar voces marginales si es que se busca hacer un comentario social o histórico de cualquier tipo, sino que también apunta hacia una posibilidad intrigante: ¿podría ser la comedia uno de esos campos fértiles y especializados —como la psiquiatría, la medicina y el trabajo social— desde los cuales un intelectual foucaultiano podría tratar de producir nuevos paradigmas de poder y verdad?
[...] no es lo más adecuado juzgar a géneros como la Americana o el country gótico bajo la lupa d... more [...] no es lo más adecuado juzgar a géneros como la Americana o el country gótico bajo la lupa de la mimesis realista, sino que resulta más beneficioso tratar de desenterrar el diálogo establecido entre ellos y la construcción literaria y cultural puesta en el imaginario colectivo por el gótico sureño. Las motivaciones y los ancestros del género no tienen por qué estar frente a sus narices —pueden yacer detrás, en libreros que la crítica musical quizá tenga un poco empolvados.
I propose that, through the highlighting of physical placement, social circles, and creative mean... more I propose that, through the highlighting of physical placement, social circles, and creative means, both texts reflect clashing —if occasionally converging— paradigms for understanding what it means to be an artist, and that illuminating these paradigms may lead us to the acknowledgment of the bigger cultural constructs that spawned them.
Todo es efímero: el recuerdo y el objeto recordado.
El lugar de Flann O"Brien dentro de la historia literaria irlandesa es curioso y hasta ambivalente.
Ian McEwan se ganó la fama, en gran medida, por su habilidad para perturbar a sus lectores de mod... more Ian McEwan se ganó la fama, en gran medida, por su habilidad para perturbar a sus lectores de modo visceral. Obras como First Love, Last Rites (1975) o The Cement Garden (1978)
"La música expresa todo aquello que no puede decirse con palabras y no puede quedar en el silenci... more "La música expresa todo aquello que no puede decirse con palabras y no puede quedar en el silencio." Victor Hugo Muy a menudo se le confiere a la música cualidades etéreas, inefables, intocables. Los lugares comunes abundan: se dice que es el más inaprehensible y puro de las artes, que ninguna palabra se le acerca, que las esferas del universo vibran a ritmos musicales. ¿Pero no son todas esas nociones, al fin y al cabo, construcciones verbales en sí mismas? Averiguar si en verdad la música tiene más poder y alcance que cualquier otro arte sería un proyecto inacabable además de infructuoso, puesto que al fin y al cabo todo está sujeto a la subjetividad de quien experimenta la obra en cuestión. No sé si la música pueda expresar cosas que otras artes no logren. ¿Pero podrán estos otros artes o medios re-expresar a la música? Es decir, una vez que la obra musical ya existe, ¿es posible que otro sistema semiótico -en concreto la palabra escrita-logre reproducir y transmitir la experiencia musical a quien no ha escuchado la pieza original? Esta cuestión, en su vertiente periodística en vez de narrativa o poética, constituye un área intrigantemente poco explorada por la comparatística, sobre todo considerando lo cercana que es a nuestro panorama cultural diario. Y es que la crítica musical siempre está presente; institucionalizada en forma de libros, blogs, revistas; llevando a cabo un papel terciario entre arte y sociedad que sería imposible sin el uso de ciertos métodos intermediales.
Nuevas Poligrafías, 2020
Este estudio analiza la forma en que dos largometrajes documentales de la era silente —Nanook of ... more Este estudio analiza la forma en que dos largometrajes documentales de la era silente —Nanook of the North (Flaherty, 1922) y The Great White Silence (Ponting, 1924)— mantienen una sensación de autenticidad en el discurso a pesar de que ciertas partes de su composición pudieran considerarse falsas o fabricadas de acuerdo con los criterios positivistas que han plagado a la fotografía y el cine desde sus albores. Debido tanto a las limitaciones del cine temprano como a las dificultades particulares de filmar en el Ártico y la Antártida, los realizadores debieron utilizar una amplia gama de recursos discursivos y materiales (como los intertítulos, la construcción de sets y las escenas ensayadas) para representar lo que percibieron como verdadero acerca de las regiones polares, recursos que serán analizados con referencia a las cuatro funciones discursivas descritas por Michael Renov en “Towards a Poetics of Documentary”, con especial énfasis en la primera, la de registro/preservación. Dado que el género del documental fílmico nació como concepto en 1926, considerar el despliegue de dichos recursos para la construcción de la verdad en estos dos filmes más tempranos puede servir para repensar desde la práctica la relación de todo documental con la ficción, la representación y la realidad ontológica de los objetos filmados, trascendiendo los valores positivistas y dirigiéndonos hacia un entendimiento más flexible de las técnicas cinematográficas que posibilitan el registro fílmico de algo que se considera verdadero, pero no puede ser representado sin artificio artístico.
El arte paisajista convencional europea ha muerto, según el teórico W. J. T. Mitchell. Con el dec... more El arte paisajista convencional europea ha muerto, según el teórico W. J. T. Mitchell. Con el declive de los grandes imperios europeos y la creciente desilusión con el progreso moderno que marcó al siglo XX, el paisaje pictórico característico del clasicismo y el romanticismo dejó de producirse como arte serio y pasó a ser parte del repertorio kitsch, “endlessly reproduced in amateur painting, postcards, packaged tours, and prefabricated emotions” (20). La imagen ya no alcanzaba para abarcar nuestra idea del mundo, y fue descartada en favor de vanguardias como el arte pop, el surrealismo y (sobre todo) la abstracción. ¿Pero qué ha sido del fantasma del paisaje? ¿Cómo es su vida después de la muerte? Este supuesto destierro hacia el kitsch, ¿no amerita atención crítica? ¿Y acaso no se han abierto alternativas de expresión paisajística post mortem en el siglo XXI? El objetivo de este ensayo es proponer el concepto de paisaje zombi para describir los tipos de producción paisajística que se siguen dando tras el anuncio de su muerte. Siguiendo a Mitchell en su aseveración de que el paisaje, al igual que el dinero, sirve como símbolo teóricamente ilimitado de valores culturales (14), planteo que el valor predominante que la cultura contemporánea lee en el paisaje es una amplia nostalgia por lo irrecuperable, dolorosamente consciente de la fragilidad de un entorno “natural” devastado por la modernidad. Desde ahí, marco una división entre el paisaje mercantil, i. e. la producción contemporánea de paisajes que sólo sirven para generar imágenes vendibles en términos monetarios/turísticos, y el paisaje antropocénico, que representa una tendencia creciente en las artes y otros ámbitos a percibir y modificar el paisaje integrando la presencia ineludible de las catástrofes ambientales causadas por el capitalismo, reconstruyendo sobre sus ruinas por medio de una mirada doble, la cual indaga en las imágenes del pasado con nostalgia, pero también imagina futuros posibles a partir de un presente arruinado.
¿Tiene derecho el hombre a hacer sufrir a otras criaturas en beneficio propio? ¿Qué tanto sufrimi... more ¿Tiene derecho el hombre a hacer sufrir a otras criaturas en beneficio propio? ¿Qué tanto sufrimiento puede considerarse “humano”? Tanto en cuerpo como en signo, el burro es uno de los miembros más destacados en el bestiario de nuestra civilización. Hemos recibido una herencia discursiva problemática acerca del burro, quien a lo largo de los siglos ha sido utilizado de manera inconsistente para hablar tanto de los caracteres nobles y leales como de aquellos ignorantes y necios. Lo curioso es que ambos entendimientos del burro se basan en su aparente resignación al sufrimiento que padece a causa de su uso como herramienta en la agricultura y en ciertas industrias tempranas. Es decir, el sujeto humano produce diferentes interpretaciones valorizadas del animal a partir de ciertos comportamientos. El objetivo de este ensayo es examinar la forma en que dos obras narrativas han ligado la imagen ancestral del burro como bestia resignada y sufriente con ciertos tipos de dolor humanos, surgidos de las relaciones de poder y las violencias típicas que la modernidad ejerce sobre sus sujetos. La primera de estas obras es el cuento “Rojo Malpelo” (1878), del verista siciliano Giovanni Verga, donde el personaje principal es estigmatizado por su comunidad a causa de su pelo rojo, asociado a lo maligno, lo brutal y lo animal, siendo el burro la figura simbólica que Malpelo usa para entender su propio sufrimiento a manos de la industria minera. Por otro lado, el filme Au hasard Balthazar (dir. Robert Bresson, 1966) toma una postura todavía más radical al centrarse de lleno en la vida de un burro quien sufre distintas violencias a manos de diferentes dueños, teniendo además una relación paralela con su primera dueña, Marie, cuya figura se asocia a lo anormal y lo patológico en las relaciones interpersonales y amorosas. Así, tenemos que la otredad del burro es utilizada para diseccionar las formas de dominación y brutalidad que caracterizan tanto al trabajo capitalista como a las desigualdades de género e incluso a estructuras de apariencia incuestionable, como la familia y la polis.
Both The Catcher in the Rye and Another Country confront the reader with provoking questions abou... more Both The Catcher in the Rye and Another Country confront the reader with provoking questions about the borders between authentic and corrupted art —art that exists in order to express or evoke some genuine notion, and art that is born as a vehicle for the author’s worldly success. This essay will analyze the construction of this divide within the novels by way of characterization, since the "cultural code" is invoked through character descriptions and interactions throughout (such "codes" I take from Barthes' seminal S/Z). In Salinger’s opus, the most relevant characters are Ernie and D. B., while the analysis of Baldwin’s work will be centered on the relationship between Vivaldo and Richard. With this in mind, I hope to achieve a better apprehension of the conflict between economy and artistry in the American post-war years —an era marked by the explosion of cinema and television as the go-to alternatives for anyone looking for narrative entertainment—, as well as a reflection on the importance of “secondary” themes for the overall semiotic map of the novels, and also for the development of the plot itself.
Propongo que un breve análisis del discurso predominante y oficial ligado al 11 de septiembre, co... more Propongo que un breve análisis del discurso predominante y oficial ligado al 11 de septiembre, contrastado contra el de algunos pasajes específicos de stand-up comedy esparcidos por David Cross a lo largo de dos LPs podría demostrar de manera bastante clara la discontinuidad de los discursos dentro de un momento histórico que comúnmente se asume como uniforme, discontinuidad que no sólo revela la necesidad de considerar voces marginales si es que se busca hacer un comentario social o histórico de cualquier tipo, sino que también apunta hacia una posibilidad intrigante: ¿podría ser la comedia uno de esos campos fértiles y especializados —como la psiquiatría, la medicina y el trabajo social— desde los cuales un intelectual foucaultiano podría tratar de producir nuevos paradigmas de poder y verdad?
[...] no es lo más adecuado juzgar a géneros como la Americana o el country gótico bajo la lupa d... more [...] no es lo más adecuado juzgar a géneros como la Americana o el country gótico bajo la lupa de la mimesis realista, sino que resulta más beneficioso tratar de desenterrar el diálogo establecido entre ellos y la construcción literaria y cultural puesta en el imaginario colectivo por el gótico sureño. Las motivaciones y los ancestros del género no tienen por qué estar frente a sus narices —pueden yacer detrás, en libreros que la crítica musical quizá tenga un poco empolvados.
I propose that, through the highlighting of physical placement, social circles, and creative mean... more I propose that, through the highlighting of physical placement, social circles, and creative means, both texts reflect clashing —if occasionally converging— paradigms for understanding what it means to be an artist, and that illuminating these paradigms may lead us to the acknowledgment of the bigger cultural constructs that spawned them.
Todo es efímero: el recuerdo y el objeto recordado.
El lugar de Flann O"Brien dentro de la historia literaria irlandesa es curioso y hasta ambivalente.
Ian McEwan se ganó la fama, en gran medida, por su habilidad para perturbar a sus lectores de mod... more Ian McEwan se ganó la fama, en gran medida, por su habilidad para perturbar a sus lectores de modo visceral. Obras como First Love, Last Rites (1975) o The Cement Garden (1978)
"La música expresa todo aquello que no puede decirse con palabras y no puede quedar en el silenci... more "La música expresa todo aquello que no puede decirse con palabras y no puede quedar en el silencio." Victor Hugo Muy a menudo se le confiere a la música cualidades etéreas, inefables, intocables. Los lugares comunes abundan: se dice que es el más inaprehensible y puro de las artes, que ninguna palabra se le acerca, que las esferas del universo vibran a ritmos musicales. ¿Pero no son todas esas nociones, al fin y al cabo, construcciones verbales en sí mismas? Averiguar si en verdad la música tiene más poder y alcance que cualquier otro arte sería un proyecto inacabable además de infructuoso, puesto que al fin y al cabo todo está sujeto a la subjetividad de quien experimenta la obra en cuestión. No sé si la música pueda expresar cosas que otras artes no logren. ¿Pero podrán estos otros artes o medios re-expresar a la música? Es decir, una vez que la obra musical ya existe, ¿es posible que otro sistema semiótico -en concreto la palabra escrita-logre reproducir y transmitir la experiencia musical a quien no ha escuchado la pieza original? Esta cuestión, en su vertiente periodística en vez de narrativa o poética, constituye un área intrigantemente poco explorada por la comparatística, sobre todo considerando lo cercana que es a nuestro panorama cultural diario. Y es que la crítica musical siempre está presente; institucionalizada en forma de libros, blogs, revistas; llevando a cabo un papel terciario entre arte y sociedad que sería imposible sin el uso de ciertos métodos intermediales.