En cajones y desvanes: la memoria de los perdedores (original) (raw)
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Nostalgia de las Cajas (reflexiones y lecciones sobre su desaparición)
El Cronista del Estado Social y Democrático de Derecho, 2021
El proceso de transformación de las Cajas de Ahorro en Bancos privados ha sido un proceso complejo, impuesto y del que, todavía, se desconocen no solo los efectos a largo plazo, sino los propios motivos que llevaron a él, al menos desde un ángulo crítico y completo. Un posible análisis viene muy determinado por el estudio de sus causas a través de sus efectos: en tal sentido el juicio posible resulta un tanto descorazonador. Este artículo eminentemente jurídico-político realiza un análisis de qué y para qué fueron y de cómo se ha producido el proceso de transformación desde una perspectiva crítica que, no obstante, intenta buscar soluciones a su ausencia, demandar sustitutos y, a la par, llora su desaparición y el modelo de sociedad que habían ayudado a crear.
Los destellos de la pérdida: víctimas resilientes
MORA, 2016
Resumen El debate desplegado alrededor de la idea de "precariedad" asociada a la de "despo-sesión" (Butler y Athanasiou, 2013) y su impacto sobre la noción de "agencia" obligan sin dudas a revisar ciertos conceptos que han resultado centrales para la teoría y la práctica de género. Es en este marco que el presente trabajo tiene como objetivo discutir la posibilidad de reemplazar la noción de "resistencia" por la de "resiliencia" en el contexto del giro afectivo (Ahmed, 2004 y Sedgwick, 2003), específicamente en lo relativo al papel de la dimensión háptica en la representación artística (Paterson, 2007). Es a partir de una obra clave de Lygia Clark, La casa es el cuerpo: penetración, ovulación, germinación (1968), que daremos cuenta del fuerte cuestionamiento que impone hacia las nociones clásicas de agencia y hacia el papel que, frecuentemente, suele ser atribuido a los afectos. En un segundo momento y tomando como punto de partida el análisis de las muestras de la ex detenida desaparecida Paula Luttringer: El lamento de los muros (2004) y Cosas desenterradas (2012), se plantea la posibilidad de reflexionar sobre la usualmente llamada 'resistencia' de un modo tal que obliga a ser reemplazada por la idea de 'resiliencia', si es que deseamos ser consistentes con el marco conceptual aquí plateado. Abstract The debate held around the idea of "precariousness" associated to the idea of "dis-possession" (Butler y Athanasiou, 2013), and its impact on the notion of "agency", unquestionably impose the need to revise certain concepts that have been central to gender theory and practice. It is within this framework that the purpose of this work is to discuss the possibility of replacing the notion of "resistance" by that of "resilience" in the context of the affective turn (Ahmed, 2004 y Sedgwick, 2003), specifically regarding the role of the haptic dimension within the artistic representation (Paterson, 2007). Stemming from a key work by Lygia Clark, The body is the house: penetration, ovulation, germination (1968), we shall assess its strong questioning towards the classic notions of agency and towards the role frequently attributed to affects. On a second stage and-in such case-departing from the study of the exhibits by the former detained-disappeared Paula Luttringer: The wall's cry (2004) and Unearthed things (2012), we introduce the possibility of revisiting the commonly called "resistance" in a way that makes it necessary to replace such idea by that of "resilience" if we want to be consistent with the conceptual framework presented herein. Palabras clave subjetividad afectos tacto precariedad género Keywords subjectivity affects touch precariousness gender
Ética y Cine Journal
Lacan sostiene que de nuestra posición como sujetos somos siempre responsables. Y que un acto produce un sujeto nuevo. Un acto criminal también produce un nuevo sujeto. Luego de dicho acto, la pregunta es qué posición asumirá el sujeto que ha sido producido como criminal. Remember de Atom Egoyan nos confronta con este problema. El film trata sobre la justicia y la responsabilidad, el problema de la memoria por actos imperdonables y las decisiones sobre el pasado criminal.
Dolores y los entramados del olvido
Debates actuales en Psicología y Sociedad, 2019
En este trabajo proponemos algunas reflexiones en torno al proceso analítico entre Dolores y un analista. Nos preguntamos: ¿Cuáles son los modos en que se configuran en el campo analítico las representaciones y lo no-representado? ¿Cómo integrar/tejer/entramar allí lo sentido y lo pensado?. Postulamos, como hipótesis, que algunos afectos –huellas de aquello no representado- son mudos para el paciente, pero son susceptibles de ser pesquisados mediante las propias sensaciones del analista, a partir de ciertos indicadores emocionales del campo. La disposición del analista y su propio aporte representacional serán necesarios para configurar un encuentro senti-pensante que potencie la integración de lo sentido aun cuando no ha podido ser pensado y lo acoja en un espacio transicional, que no está en la mente del paciente ni tampoco en la del analista, las implica a ambas, y a su vez las excede.Palabras Clave: campo analítico – proceso psicoanalítico – encuentro –contratransferencia - sen...
Las pérdidas y sus duelos RESUMEN El ser humano necesita de los vínculos para crecer y desarrollarse. Cuando algunos de esos vínculos se rompen, surge un periodo de gran intensidad emocional al que llamamos duelo. Si la pérdida es radical y definitiva, como en el caso de la muerte, todas las dimensiones de la persona se ven afectadas (dimensión física, emocional, cognitiva, conductual, social y espiritual) de tal manera que la persona se puede llegar a sentir incapaz de superarlo y/o desarrollar un duelo patológico que requerirá la intervención profesional para su recuperación. Son muchos los factores que intervienen en el tipo de duelo, como circunstancias de la muerte, relación con el fallecido, personalidad y antecedentes del deudo y, el contexto sociofamiliar. Para el completo restablecimiento de una pérdida, el deudo atravesará una serie de etapas o fases y deberá realizar cuatro tareas fundamentales: 1. Aceptar la realidad de la pérdida. 2. Expresar las emociones y el dolor. 3. Adaptarse a un medio en el que el ser querido está ausente. 4. Recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo. Introducción El ciclo vital de la especie humana está marcado por una infancia prolongada que condiciona el desarrollo de una conducta compleja, en la que queda de manifiesto que el ser humano es un animal sociable por necesidad, y no por elección. Siendo tan importantes para la persona las relaciones sociales, cuando esos lazos afectivos se rompen por fallecimiento del ser querido a la que está vinculado, lo que se produce es un estado afectivo de gran intensidad emocional al que llamamos duelo. La elaboración de las pérdidas es posiblemente un tema central en la existencia humana. A lo largo de la vida, desde el nacimiento como primera dolorosa separación, bajo la influencia de nuestra cultura, del bagaje genético, de nuestro medio social, influidos por nuestra historia personal llena de datos biográficos, viajamos a lo largo del ciclo de nuestra existencia, en un continuo discurrir de vínculos y de pérdidas 1. Efectivamente, desde el propio nacimiento, como la primera dolorosa separación, la vida de cada uno de nosotros, de nosotras, es un continuo de pérdidas y separaciones, hasta la última y probablemente más temida, que es la de la propia muerte y la de nuestros seres queridos. Todas las pequeñas o grandes separaciones que vamos viviendo, no solamente nos recuerdan la provisionalidad de todo vínculo, sino que nos van preparando para el gran y definitivo adiós. Cada pérdida acarreará un duelo, y la intensidad del duelo no dependerá de la naturaleza del objeto perdido, sino del valor que se le atribuye, es decir, de la inversión afectiva invertida en la pérdida 2. El dolor por la pérdida, por las pérdidas, es parte de nuestra condición humana, de nuestra naturaleza, deuda de nuestra estirpe atada al tiempo y a lo fugaz. Considerar la muerte de una persona querida como un tipo de pérdida, más que verla como algo único y totalmente diferente, nos va a permitir integrarla en un modelo más amplio de las reacciones humanas. Podemos, pues, considerar que el duelo es producido por cualquier tipo de pérdida, y no sólo es aplicable a la muerte de una persona. Por lo tanto el proceso de duelo se realiza siempre que tiene lugar una pérdida significativa, siempre que se pierde algo que tiene valor, real o simbólico, consciente o no para quien lo pierde 3. El médico paliativista Gómez Sancho 4 corrobora esta idea y señala: «la pérdida no está forzosamente ligada a la muerte que, sin embargo, constituye el paradigma del duelo. La muerte imprime al duelo un carácter particular en razón de su radicalidad, de su irreversibilidad, de su universalidad y de su implacabilidad. Una separación no mortal deja siempre abierta la esperanza del reencuentro». Pangrazzi 5 enumera una gran cantidad de tipos de pérdidas que he condensado en cinco bloques: 1.Pérdida de la vida. Es un tipo de pérdida total, ya sea de otra persona o de la propia vida en casos de enfermedades terminales en el que la persona se enfrenta a su final. 2.Pérdidas de aspectos de sí mismo. Son pérdidas que tienen que ver con la salud. Aquí pueden aparecer tanto pérdidas físicas, referidas a partes de nuestro cuerpo, incluidas las capacidades sensoriales, cognitivas, motoras, como psicológicas, por ejemplo la autoestima, o valores, ideales, ilusiones, etc. 3.Pérdidas de objetos externos. Aquí aparecen pérdidas que no tienen que ver directamente con la persona propiamente dicha, y se trata de pérdidas materiales. Incluimos en este tipo de pérdidas al trabajo, la situación económica, pertenencias y objetos. 4.Pérdidas emocionales. Como pueden ser rupturas con la pareja o amistades. 5.Pérdidas ligadas con el desarrollo. Nos referimos a pérdidas relacionadas al propio ciclo vital normal, como puede ser el paso por las distintas etapas o edades, infancia, adolescencia, juventud, menopausia, vejez, etc. El proceso de duelo se realiza siempre que tiene lugar una pérdida. ¿Qué es el duelo? Duelo es un término que, en nuestra cultura, suele referirse al conjunto de procesos psicológicos y psicosociales que siguen a la pérdida de una persona con la que el sujeto en duelo, el deudo estaba psicosocialmente vinculado 6. El duelo, del latín dolus (dolor) es la respuesta emotiva a la pérdida de alguien o de algo. Duelo para la Real Academia de Lengua tiene varios significados: