Democracia y Religión: la aportación del cristianismo (original) (raw)
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Anales De La Catedra Francisco Suarez, 2007
Siendo Religión y política una unidad dialéctica, también lo serán la religión y la democracia política. Sin embargo, esto no ocurre en el caso de cualquier religión o cualquier forma de democracia y el presupuesto de la democracia occidental es históricamente el cristianismo. De ahí la fecunda dialéctica derivada de los "dos poderes"-entre la auctoritas y la potestas-que facilitó el desarrollo de la libertad política pues, precisamente porque ninguna religión auténtica es política, la religión siempre limita al poder. Ahora bien, la democracia política transformada en democracia social se ha hecho omnipotente y, suprimiendo cualquier limitación, el poder democrático ha derivado, al menos en Europa, hacia una forma de religión de la política que excluye al cristianismo. El problema es si la democracia podrá sostenerse prescindiendo de sus supuestos.
En el último tiempo en Chile se han sucedido los conflictos entre las autoridades civiles y las eclesiásticas. La legitimidad o ilegitimidad de las intervenciones políticas de la Iglesia tienen que ver directamente con la manera de entender la democracia chilena. En este artículo se distinguen tres modos de concebir esta democracia, subyacentes a las posturas polémicas. Ellos hacen de marco de comprensión y de juicio de las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Revista Mensaje, mayo 2002, pág. 25-28
Estado constitucional democrático y religión cristiana
Calir, Bs. As., Argentina, 2014
El presente trabajo plantea la relación entre el estado constitucional democrático y la religión cristiana. Si se considera, como hacen algunos autores, v. g., Hans Kelsen, que la savia de la democracia es el relativismo, la referida relación no puede ser sino antagónica. Si se advierte, por el contrario, que el estado constitucional democrático descansa sobre valores que él mismo no puede justificar (Böckenförde) y que se fundan, precisamente, en la visión cristiana de la existencia, entonces la relación, sin llegar a eliminar las tensiones, puede resultar más armónica. Los valores del estado constitucional democrático que constituyen su unidad mínima valorativa y sostienen el ethos del hombre democrático, si bien no promueven el ideal de vida cristiana, no obstaculizan su realización.
Mounier y los pronunciamientos de la Doctrina social de la Iglesia, 1 muy distintos del socialismo cristiano que es socialista, aunque las dos doctrinas están influidas por las enseñanzas de Jesucristo. Esta corriente surgió en el siglo XIX en Europa, y continúa teniendo una fuerte influencia en Europa y Latinoamérica.
Laicidad y democracia ante la amenaza del fundamentalismo religioso
X. Arbós, J. Ferrer y José María Pérez Collados (eds.), La laicidad desde el derecho (Marcial Pons), 2010
Las sociedades modernas se caracterizan, entre otros factores, por el hecho del pluralismo y los desacuerdos generalizados, 2 y no hay duda de que la religión es una de las fuentes principales de dicho pluralismo. La respuesta liberal tradicional a este hecho ha sido la de confinar la religiónjunto con las demás fuentes de pluralismo-a la esfera privada del individuo, asumiendo los principios de laicidad, separación entre iglesia y estado, tolerancia religiosa y neutralidad estatal, todo ello armonizado bajo el principio de libertad religiosa, que también ha sido aceptado a su vez por las principales religiones monoteístas. 3 Dicho principio protege ciertamente la libertad de creencias religiosas y el ejercicio de tales creencias, pero lo hace al precio de expulsarlas del ámbito público, al menos bajo una interpretación liberal tradicional. 4 A esto se suma que, como cuestión de hecho, la presencia de las religiones en la esfera pública había efectivamente declinado en Europa, al menos durante los siglos XIX y XX. El propio hecho del creciente pluralismo religioso había contribuido a socavar la hegemonía histórica de una sola religión en cada uno de los estados europeos, y tal vez a causa de ello la presencia de la religión en la vida pública en general -no solamente en la política en sentido estricto-había sido cada vez menor. Incluso el número de ateos y agnósticos en Europa 1 Este artículo se nutre de dos trabajos precedentes. El primero fue el presentado en el Seminario sobre Laicidad de la Universidad de Girona, el 13 de junio de 2007, con el título "El principio de libertad religiosa en una república deliberativa", y nunca fue publicado. El segundo es un artículo escrito en inglés con el título 'Religious Fundamentalism and Deliberative Democracy', a raíz de participar en las deliberaciones del Tampere Club Meeting celebradas en septiembre de 2007 en Tampere (Finlandia) sobre el tema del fundamentalismo, y que será publicado próximamente en uno de los volúmenes editados por dicho Club. 2 Rawls 1993; Waldron 1999. 3 La Iglesia Católica lo hizo en la Encíclica Dignitatis Humanae del Concilio Vaticano Segundo, inspirada por el trabajo de John Murray (véase, en una publicación posterior, Murray 1965). También lo han hecho algunas Iglesias protestantes, como la Adventista del Séptimo Día, algunas baptistas e incluso algunas mormonas. Y algunos musulmanes citan el Corán (vers. 2:256) para sostener que la religión no puede imponerse por la fuerza. 4 Para un análisis del principio de laicidad bajo esta interpretación, véase había ido paulatinamente en aumento, si bien las cifras no han llegado nunca a ser muy significativas, con la única excepción de Francia, siendo siempre inferiores al 10%. Más importante, aunque más difícil también de comprobar empíricamente, ha sido el fenómeno según el cual las creencias de aquellos que sí profesan alguna religión suelen ser más diluidas y estar más débilmente conectadas con un discurso oficial de alguna de las iglesias mayoritarias. Por todo ello podía pensarse que se estaba produciendo un inexorable y progresivo debilitamiento del discurso religioso.
Iglesia católica y democracia. Un debate histórico-social y teológico que no encuentra solución
Para la Iglesia Católica no ha sido fácil el diálogo y la relación con los conceptos, las teorías y los sistemas modernos. Dentro de estos conceptos están las diversas maneras en que se ha entendido, aceptado y/o rechazado la democracia, tanto hacia fuera, como en el interior del cristianismo católico. En el presente artículo pretendemos ofrecer un panorama general de este debate que, ad extra, no es sino la concreción más importante de la relación-oposición Iglesia-Mundo; y ad intra, la controvertida relación-oposición jerarquía-laicos.
El libro presenta los resultados de una investigación interdisciplinaria que aborda desde múltiples aspectos el funcionamiento político de la escritura religiosa desde la perspectiva del análisis del discurso. Explora campos de conocimiento de reciente conformación. Por una parte, se vincula con una serie de estudios que, en la última década, analizan el impacto de la dimensión religiosa en las prácticas políticas en América Latina desde la sociología y la historia. Por otra parte, presenta una articulación novedosa entre los métodos lingüísticos de análisis del discurso y la exploración de materiales pre-textuales y borradores de la crítica genética. Al respecto, el libro entabla un diálogo crítico y actualizado con la literatura especializada en estas áreas en el ámbito nacional e internacional. El texto analiza procesos de producción, circulación y reconocimiento del lenguaje político-religioso en la coyuntura de final de la última dictadura militar y transición a la democracia en Argentina. Para ello analiza el caso de “Iglesia y comunidad nacional” (1981), comprendido como un acontecimiento discursivo que involucró actores provenientes de ciertas redes religiosas que, partiendo de una matriz histórica común, adoptaron opciones político-religiosas específicas vinculadas orgánicamente a la estructura eclesiástica pero sin dejar de participar en experiencias propiamente políticas de la época. Entre sus principales resultados, en primer lugar, el libro aborda materiales de archivo inéditos y que se consideraban inexistentes, como son los borradores del documento Iglesia y comunidad nacional. El análisis genético del proceso de escritura de dicho texto por parte de un grupo de actores sociales de diversa extracción social y política se trianguló con el análisis de sus trayectorias, reconstruidas a partir de entrevistas en profundidad y bibliografía secundaria. Por último, a partir de un extenso corpus de prensa gráfica de diversa orientación ideológica se analizó la recepción del documento y los diversos usos políticos, a menudo contradictorios, del texto religioso. Al respecto, el libro muestra el impacto del discurso religioso en el ámbito político, no sólo durante el gobierno de la última dictadura militar sino también durante la transición a la democracia. En el último capítulo, desde un punto de vista histórico-lingüístico de análisis léxico, se observa precisamente la presencia del discurso religioso en los ámbitos legislativo y judicial durante los primeros años del gobierno democrático iniciado en diciembre de 1983, marcando una continuidad con las prácticas discursivas previas que puede rastrearse incluso hasta el presente. Por este motivo, y más allá de la localización histórica de los materiales estudiados, los resultados obtenidos en esta investigación contribuyen a la comprensión de un conjunto de ideas lingüísticas actuales y de las condiciones históricas del discurso político y religioso contemporáneo.