La entidad anímica wahyis en el Clásico Tardío maya y su relación con el poder ritual (original) (raw)
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Los espíritus del sueño. Wahyis y enfermedad entre los mayas del periodo Clásico
El tema principal se centra en los wahyis, un tipo de entidades anímicas de las cuales gozaban los antiguos gobernantes mayas o k’uhul ajaw durante el periodo Clásico. Estos espíritus fueron representados en las vasijas cerámicas de varios estilos del periodo Clásico Tardío (producidas aproximadamente del 550 – 850 d.C.), donde cobraron expresiones zoomorfas, antropomorfas o híbridas. Estudios anteriores sugerían que los wahyis no se trataban alter egos, ni de animales o seres tangibles y observables en el mundo terrenal, sino un tipo de nahuales con características potenciadas que habrían tenido la facultad de causar enfermedades. El objetivo de la tesis fue encontrar la manera en que los antiguos gobernantes mayas lograban controlar estos espíritus para atacar a sus enemigos. La postura metodológica utilizada en la investigación fue la analogía etnoarqueológica debido a que la mayoría de estas vasijas proceden del saqueo, con lo cual se ha perdido la información derivada de su contexto arqueológico. A pesar de ello, análisis químicos y estilísticos sobre estas piezas han permitido rastrear su procedencia y asociación a ciertas regiones y talleres. Por otra parte, la información epigráfica también es limitada, pues las glosas jeroglíficas que acompañan a estos seres únicamente mencionan el nombre del wahyis y el gobernante al cual estaban asociado, sin profundizar en sus características y naturaleza. Por tales motivos se decidió recurrir a una metodología de investigación que incluyera el análisis de fuentes históricas y etnográficas que ayudaran a revelar el significado, funciones y características de estas misteriosas entidades anímicas. Las etnografías actuales fueron de fundamental importancia pues en las comunidades mayas actuales perviven conceptos relacionados al nahualismo. La comparación de las distintas fuentes con el material arqueológico e iconográfico dio como resultado la formulación de modelos hipotéticos sobre la naturaleza de los antiguos espíritus del sueño: 1.- Los wahyis eran entidades anímicas o vientos que residían en el corazón de los k’uhul ajaw, lugar que fungían como centro anímico. Los gobernantes habrían tenido la facultad de exteriorizar estos espíritus para atacar a sus enemigos. La manera en la que sucedía era que durante el sueño, los wahyis abandonaban el cuerpo de sus dueños por la boca y viajaban a través del viento hasta encontrar a su víctima, en quien se introducían a través de la boca o las articulaciones produciéndole enfermedades e incluso la muerte. 2.- Lo que en el mundo terrenal era concebido como vientos, en el mundo sobrenatural tenía una contraparte onírica en la que los wahyis adquirían características antropo-zoomorfas que son las que observamos representadas en las vasijas del Clásico Tardío. Los k’uhul ajaw al enviar a sus espíritus auxiliares, hacían que sus víctimas soñaran con aquellos seres o animales que los mordían o atacaban. Esto puede verse en los ejemplos de jaguares wahyis atacando la posible contraparte onírica de distintos individuos. Incluso, puede verse a estos animales con las cabezas cercenadas de su víctimas entre las garras indicando seguramente un grave daño a la persona víctima del ataque. También pueden observarse wahyis esqueléticos que de igual modo portan cabezas humanas en una posible representación metafórica de la enfermedad enviada. De esta manera puede entenderse mejor el título de la tesis: Los espíritus del sueño, para resaltar por una parte la naturaleza gaseosa de los wahyis en el mundo terrenal y por otra, su manifestación con una forma propia en los sueños, donde hacían su aparición a los hombres.
La transformación onírica a través de las representaciones de wahyis del Clásico
En el periodo Clásico maya fueron producidos una diversidad de estilos cerámicos con representaciones de espíritus wahyis (un tipo de nahuales). En este trabajo se analizan algunas diferencias entre estos estilos y se resalta la expresión des de Ik'a, donde a partir de sus imágenes se puede reconocer como funcionaba la transformación onírica de los gobernantes mayas para tomar la forma de sus espíritus auxiliares wahyis.
CÓDICES Y CULTURA INDÍGENA EN MÉXICO. HOMENAJE A ALFONSO LACADENA GARCÍA-GALLO. Batalla Rosado, J. J., J. L. de Rojas, L. Pérez Lugones (coords.), pp. 465-489. Madrid: Distinta Tinta, 2018
Se analiza la personificación de Huk Te’ Ajaw o “Señor Siete Árbol” en las vasijas polícromas mayas, además de diversos mitos mesoamericanos relacionados con venados, ancianos y el juego de pelota. Todo esto permitió identificar un extenso grupo de mitos pan-mesoamericanos que conforman una estructura mítica permanente. Los mitos de los héroes gemelos del Popol Wuj y de Huk Xib’ / Huk Te’ Ajaw también formaron parte de esta estructura mítica permanente pan-mesoamerica. Este enfoque permitió reconstruir, al menos parcialmente, el mito del Clásico Tardío maya asociado con el ser sobrenatural denominado Huk Xib’ / Huk Te’ Ajaw.
Erik Velásquez García (ed.), Estética del mal. Conceptos y representaciones. XXXIII Coloquio Internacional de Historia del Arte, 2013
In 1989 Nikolai Grube, Stephen D. Houston, and David S. Stuart deciphered the T539 grapheme of Maya hieroglyphic writing as WAY, which is the morphemic root of 'dream' and 'dream'. Although this sign appears relatively frequently in the inscriptions, the most common support where it was represented are the ceramic vessels, places where it refers to some fantastic beings represented in the iconography. Since then it was quite common among epigraphers and among Mayanists in general to consider that these wahy beings were co-essences of the human soul, similar to the tonas of other Mesoamerican cultures (tonalism). This situation changed radically in 2005 when Stuart reformulated our way of interpreting wahy beings, noting that they do not correspond to the concept of co-essence or tone, but to that of nagual in its meaning of an entity that adopts zoomorphic characteristics to personify diseases sent by the Maya rulers through witchcraft or sorcery. Other characteristics of wahy beings, such as the evasion of the president's own name when he is the owner or user of one of them, as well as the discovery by Marc U. Zender (2004) in the sense that wahy is an inalienable part of body whose usual state is to be accompanied by possessive pronouns, led to the interpretation of wahy or wahyis beings manifested in this essay. This is in general agreement with the basic idea of Stuart (2005) and defended with more arguments by several colleagues (eg Helmke and Nielsen, 2008; Sheseña Hernández, 2010; Moreno Zaragoza, 2011; 2020), despite having received some fair criticism (Garza Camino, 2012) that are also mentioned in this work. On the other hand, I echo an idea suggested by Sebastián Matteo and Asier Rodríguez Manjavacas (2009) in the sense that some scenes of dance and ritual personification are public manifestations of this complex of beliefs. I accept these last ideas, but I enrich them by taking up and resignifying a couple of concepts coined years ago by Afredo López Austin (1980): esoteric nagualism and exoteric nagualism. En 1989 Nikolai Grube, Stephen D. Houston y David S. Stuart descifraron el grafema T539 de la escritura jeroglífica maya como WAY, que es la raíz morfémica de ‘soñar’ y ‘sueño’. Aunque este signo aparece con relativa frecuencia en las inscripciones, el soporte más habitual donde se representaba son las vasijas de cerámica, lugares donde hace referencia a unos seres fantásticos representados en la iconografía. Desde entonces fue bastante común entre los epigrafistas y entre los mayistas en general considerar que dichos seres wahy eran coesencias del alma humana, semejantes a las tonas de otras culturas mesoamericanas (tonalismo). Esta situación cambió radicalmente en 2005 cuando Stuart reformuló nuestra forma de interpretar los seres wahy, al observar que no corresponden al concepto de coesencia o tona, sino a la de nagual en su acepción de una entidad que adopta características zoomorfas para personificar enfermedades enviadas por los gobernantes mayas a través de brujería o hechicería. Otras características de los seres wahy, como por ejemplo la evasión del nombre propio del mandatario cuando es poseedor o usuario de uno de ellos, así como el descubrimiento de Marc U. Zender (2004) en el sentido de que wahy es una parte inalienable del cuerpo cuyo estado habitual es estar acompañada por pronombres posesivos, condujeron a la interpretación de los seres wahy o wahyis manifestada en este ensayo. Esta va en consonancia general con la idea básica de Stuart (2005) y defendida con más argumentos por varios colegas (v.g. Helmke y Nielsen, 2008; Sheseña Hernández, 2010; Moreno Zaragoza, 2011; 2020), a pesar de haber recibido algunas críticas justas (Garza Camino, 2012) que también se mencionan en este trabajo. Por otra parte, hago eco de una idea sugerida por Sebastián Matteo y Asier Rodríguez Manjavacas (2009) en el sentido de que algunas escenas de danza y personificación ritual son manifestaciones públicas de este complejo de creencias. Acepto estas últimas ideas, pero las enriquezco al retomar y resignificar un par de conceptos acuñados hace años por Afredo López Austin (1980): el nagualismo esotérico y el nagualismo exotérico.
Presencias faunísticas en prácticas mágicas y adivinatorias de pueblos mayas contemporáneos
Escrituras americanas, 2020
La intervención de los animales en las prácticas mágicas y adivinatorias de pueblos mayas actuales se erige no sólo como un campo temático factible, sino pertinente para pensar su existencia como dispositivos comunicadores de intenciones y mensajes entre humanos y no humanos. En este ensayo se presentan estampas de la participación de la fauna en procesos mágicos y mánticos que develan la naturaleza diversa del universo zoológico para los grupos mayas y las interconexiones que desdibujan la frontera con el mundo humano.
Poder, reliquias y el "poder de las reliquias" entre los mayas prehispánicos
Estudios de Cultura Maya, 2019
Resumen: La preservación de restos humanos, muchas veces contenidos en envolto-rios, fue una práctica común entre los mayas prehispánicos. Este artículo explica el interés por conservar tales reliquias en virtud del contenido anímico que resguar-daban, que parece haber sido una cualidad solar, masculina, con poder seminal y de manifestación majestuosa. En un primer momento discuto, a través de la infor-mación presente en fuentes históricas, algunos de los tratamientos mortuorios que conducían a la generación de reliquias, así como los contextos en los que éstas eran conservadas y los usos sociales a los que estaban destinadas en tiempos cercanos a la llegada de los españoles. Distingo tres tipos principales de reliquias: las reliquias domésticas relacionadas con un linaje, las de los dioses o ancestros fundadores, de importancia comunitaria, y las de los sacrificados y cautivos, asociadas con la noción de trofeos de guerra. El análisis conjunto de estas categorías abre las vías para interrogar las concepciones mayas sobre los ancestros, la conformación de la persona y el ejercicio de la autoridad, que explican la importancia ritual de las re-liquias y su papel en la legitimación del poder. A partir de estas cuestiones, indago en un segundo momento en la naturaleza del poder intrínseco que se adjudicaba a dichos objetos. Para ello parto de la denominación dada al envoltorio sagrado de los fundadores quichés: pisom q'aq'al, término que revela la consideración de las reliquias como custodias de cierto "fuego", q'aq', o "majestad", q'aq'al, identificable con una fuerza o calor vital asociado con el poder, que ha sido documentado tanto etnográficamente como en fuentes históricas y lingüísticas coloniales entre distin-tos grupos mayas con nombres variables, pero manteniendo rasgos característicos que dan cuenta de una concepción compartida, con antecedentes en las cualidades solares de los señores del período Clásico. Palabras clave: mayas, reliquias, poder, envoltorios sagrados, k'inam, pisom q'aq'al. Abstract: Ancient Maya used to preserve relics, commonly wrapped in sacred bundles. Archaeological and historical sources allow us to know the mortuary treatments which led to obtain those relics, the different contexts in which they were placed and the social uses to which they were destined. I distinguish between three types of relics: domestic relics related to a lineage; those of gods or founding ancestors of a community, and those of the sacrificed and captives, associated with war trophies. Their joint analysis provides important information regarding Maya conceptions
María Alejandra Martínez de Velasco Cortina y María Elena Vega Villalobos (coords.), Los mayas: voces de piedra, 2011
This essay offers an approach to the conceptions of the human body that emerge from the iconographic scenes and from the Maya hieroglyphic texts. An image of the body different from that of the western cultural tradition is presented, where two types of materialities come together: hard, labile, and earthly matter, perceptible with the senses (flesh, bones) and subtle, light, eternal, and supernatural matter (spiritual entities and forces). While spiritual forces are unconscious components and perform vital functions, spiritual entities (plainly called "souls") are components that have consciousness, power, and will, projections of various deities into the bloodstream. In this way, blood is a dreamlike, sacred, and supernatural kingdom that lives within the body. And in line with the polytheistic vision of the Maya religion, it was also believed in the coexistence or concurrence of several souls, some of celestial origin (sak ik'aal, k'ihn), others of subterraneous origin (wahyis), and others of nature vegetable (oˀhlis), among the most important. En este ensayo se ofrece un acercamiento a las concepciones sobre el cuerpo humano que se desprenden de las escenas iconográficas y de los textos jeroglíficos mayas. Se presenta una imagen del cuerpo diferente a la de la tradición cultural occidental, donde confluyen dos tipos de materialidades: materia dura, lábil y terrenal, perceptible con los sentidos (carne, huesos) y materia sutil, ligera, eterna y sobrenatural (entidades y fuerzas anímicas). Mientras que las fuerzas anímicas son componentes espirituales inconscientes y que cumplen funciones vitales, las entidades anímicas (llanamente llamadas “almas”) son componentes que tienen conciencia, poder y voluntad; proyecciones de varias deidades dentro del torrente sanguíneo. De este modo la sangre es un reino onírico, sagrado y sobrenatural que habita dentro del cuerpo. Y en consonancia con la visión politeísta de la religión maya, también se creía en la coexistencia o concurrencia de varias almas, unas de origen celeste (sak ik’aal, k’ihn), otras de origen ctónico (wahyis) y otras de naturaleza vegetal (oˀhlis), entre las más importantes.