Libertad Económica en el Mundo 2016 Edición Centroamérica (original) (raw)

Centro Regional de Documentación e Investigación Artística (MADC), 2022

En los inicios de los años 90, el arte contemporáneo no perfilaba dentro del circuito internacional artístico; la región no contaba con instituciones que apoyaran dicha producción artística, a través de una figura museológica. En 1993, el Ministerio de Cultura de Costa Rica inaugura el primer museo de arte contemporáneo en la región centroamericana, el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC), bajo la dirección de Virgina Pérez-Ratton. Dirigido por Pérez-Ratton, el MADC asume una responsabilidad de visibilización, conexión y encuentro para los artistas emergentes centroamericanos. Durante su tiempo como directora hubo tres exhibiciones que marcaron un canon curatorial en la historia del MADC e información artística sobre la región: MESóTICA, MESóTICA II y Centroamérica y el Caribe: una historia en blanco y negro (XXIV Bienal de São Paulo, 1998). Dicha programación mostraba una ambiciosa línea curatorial, mediante una revisión exhaustiva del arte de las Américas, de extremo a extremo, donde las relaciones artísticas de diálogo, presencia e influencia presentaban una imagen diferente a la expectativa habitual del reducido mapa artístico de las Américas. Este ensayo pretende indagar sobre la gestión curatorial de Virginia Pérez-Ratton en el MADC durante la década de los noventa, con el propósito de interpretar sus proyectos curatoriales como un punto de encuentro para la región centroamericana, aunque no desde la perspectiva de una voz compartida y colectiva de la región. Sin embargo, se argumenta que la visión de una voz colectiva centroamericana, lejana a lo efectuado por Pérez-Ratton, es inevitable ante el desconocimiento interno y externo de la región. El esfuerzo de Pérez-Ratton durante su gestión marcó un precedente titánico, al posicionar a Centroamérica en el mapa del arte contemporáneo internacional. No obstante, su interpretación curatorial de sin fronteras físicas y representaciones nacionales, no puede ignorar todas las heridas históricas sin curar de cada país representado. La propuesta de valor curatorial de Pérez-Ratton debe ser comprendida como un ejercicio de identidad, en el que hay puntos de encuentro conceptuales y geográficos de autodescubrimiento.