Empresas Militares Privadas y Seguridad (original) (raw)
Empresas militares y de seguridad privadas: hacia una auténtica regulación
Las Empresas militares y de seguridad privadas están jugando un rol cada vez más importante en el suministro de una variedad de servicios militares, a menudo, externalizados por las Fuerzas armadas o los ministerios de Defensa: apoyo operativo, análisis, fuerza armada... Los clientes incluyen no sólo al sector privado sino también ONGs, Organizaciones internacionales y Estados. Aunque este rápido crecimiento comenzó en el periodo de la posguerra fría, el conflicto de Irak lo ha reforzado. Sin embargo, el uso de contratistas armados plantea algunas preocupaciones, especialmente sobre su responsabilidad, transparencia y su control. Los diferentes tipos de empresas, las ventajas e inconvenientes de contratarlas, la regulación y la gobernanza del sector de la seguridad privada... Este artículo resume lo que actualmente se conoce sobre estos temas.
Las Compañías Militares Y De Seguridad Privadas En Colombia:¿ Una Nueva Forma De Mercenarismo?
Books, 2009
Introducción 1. Colombia en la historia de los mercenarios 1-a. Los mercenarios en la historia 1-b. Los combatientes privados en Colombia 2. Las compañías militares y de seguridad privadas en Colombia: ¿una ruptura? 2-a. El rol de la CMSP después de la guerra fría 2-b. Actividades en Colombia 2-c. Los contratistas en Colombia: ¿mercenarios? 3. Los desafíos del uso de las CMSP 3-a. Los intereses de las CMSP 3-b. Los peligros y las consecuencias del uso de las CMSP 3-c. ¿Prohibición, regulación o autorregulación? Conclusión Anexo No. 1 Anexo nº2 Anexo No.3
Soldados corporativos, los ejércitos privados
El Rotativo, 2009
Las nuevas necesidades de la guerra en Irak y Afganistán han generado una demanda de mano de obra armada privada y especializada, cuyo elevado volumen de contratación, tiene una oferta hoy empresarial. Tanto las compañías como las instituciones cubren su seguridad en áreas de alto riesgo y grandes beneficios con contratistas de ejércitos privados. Ya sea para garantizar la producción o la seguridad de un oleoducto o una embajada como reducir el personal militar que sirve como conductores, guardias y otros oficios que normalmente desempeñan los militares. Los mercenarios independientes de ayer son sustituidos por soldados corporativos contratados y ofrecidos por empresas de servicios armados.
MERCENARIOS Y COMPAÑÍAS MILITARES Y DE SEGURIDAD PRIVADAS ESTRUCTURACIÓN DE SUS REDES NORMATIVAS
Colección Perspectivas Iberoamericanas sobre la Justicia, vol. 10, 2020
¿Qué elementos e intereses entran en juego para legitimar ciertas formas públicas y privadas de violencia y deslegitimar otras? Esta es la pregunta central en torno a la cual gira el trabajo del profesor Mario Urueña Sánchez, quien hace especial énfasis en los factores que determinan la creación, el contenido y la función de las normas relativas al comportamiento de los agentes de la violencia, con particular atención a la construcción de las redes normativas de los fenómenos del Mercenarismo y las Compañías Militares y de Seguridad Privada (“CMSP”). Varias son las razones por las que un trabajo de estas características ha sido aceptado para su publicación en la Colección Perspectivas Iberoamericanas sobre la Justicia. En primer lugar, como bien explica el profesor Urueña a lo largo del texto, los fenómenos del Mercenarismo y de las CMSP son fenómenos que han tenido, y siguen teniendo, una fuerte implantación en la región iberoamericana. Los tercios y la guardia mora en España, la contratación de exmilitares alemanes y franceses para articular los ejércitos regulares de varias de las nuevas Repúblicas independientes en América Latina, la contratación de exmilitares norteamericanos, británicos e israelíes para la formación y el entrenamiento de grupos paraestatales en Centroamérica o Colombia y la proliferación en las últimas dos décadas de CMSP son algunas de las manifestaciones de estos fenómenos en nuestra región. A la relevancia del tema para Ibero-América, se une, en segundo lugar, las dificultades que ha experimentado el Derecho internacional para regular los fenómenos del Mercenarismo y de las CMSP, y que el presente trabajo refleja con gran claridad. Así, con respecto al primero, el periodo entre 1960 y 1990 experimentó la tensión entre actores hegemónicos (países exportadores de mercenarios como EE.UU., Reino Unido, Francia, Israel y Sudáfrica) que resistieron su regulación, y actores subalternos (principalmente los países africanos, que sufrieron con mayor intensidad las consecuencias del mercenarismo) que promovieron su prohibición. En este contexto, los denominados actores cosmopolitas, como la Organización de las Naciones Unidas y el Comité Internacional de la Cruz Roja (“CICR”), trataron de buscar espacios de consenso, que llevaron a la prohibición de la figura del mercenarismo a costa de definirla con tal número de requisitos objetivos y subjetivos que la hacen poco menos que inaplicable en la práctica. Por su parte, en relación con las CMSP, la constante tensión entre actores hegemónicos, subalternos y cosmopolitas sobre su asociación o disociación con el fenómeno del mercenarismo ha frenado, hasta el momento, cualquier intento de regulación vinculante de su actividad, desarrollándose en su lugar una serie de criterios no vinculantes (buena parte de los mismos basados en la autorregulación), que han sido promovidos por algunos de los actores cosmopolitas (en particular, el CICR) que con tanto ahínco buscaron en el pasado espacios de consenso para la prohibición en el derecho internacional de la figura del mercenarismo. El trabajo del autor en este punto es particularmente interesante en cuanto que revela algunos aspectos, que generalmente quedan en el olvido, sobre el proceso de creación de las normas jurídico-internacionales. En particular, quisiera resaltar dos de ellos. Por un lado, las iniciativas, a partir de finales de la década de 1990, de un sector muy importante de la academia de los actores hegemónicos (liderada desde la Universidad de Harvard durante los últimos años del mandato de Bill Clinton) para disociar a las CMSP del fenómeno del Mercenarismo, en un claro ejemplo de la función que puede jugar la academia como diplomacia indirecta. Por otro lado, los esfuerzos de los actores hegemónicos a partir del año 2000 por tratar, primero, de promover un cambio de opinión, para buscar después la manera de reemplazar al Relator Especial de las Naciones Unidas, quien en numerosas ocasiones había manifestado su firme convicción en la asociación material entre el mercenarismo y las CMSP. A esto hay que sumar, que, como consecuencia de estas tensiones, se terminaría por clausurar en 2005 la Relatoría Especial de la Naciones Unidas para sustituirla por un Grupo de Trabajo, cuyo presidente, que durante años había defendido en sus publicaciones académicas la tesis de la asociación entre Mercenarismo y CMSP, se separó, en buena medida, de la misma al ocupar su nueva función. El trabajo que aquí se nos presenta tiene, en tercer lugar, la fortaleza de ofrecer un análisis interdisciplinar del objeto de su estudio, lo que sólo es posible debido a la extensa formación del profesor Urueña en las disciplinas de la Ciencia Política, las Relaciones Internacionales y el Derecho, como se refleja en su formación inicial como Politólogo en la Universidad Nacional de Colombia, su Maestría en Geopolítica y Seguridad Global en la Universidad de Roma “La Sapienza” (Italia), y sus Estudios de Doctorado en Derecho en la Universidad del Rosario (Colombia) y en Ciencia Política (énfasis en Relaciones Internacionales) en la Universidad de Quebec en Montreal (Canadá). Sólo con una formación de esta naturaleza, se puede abordar con solvencia un trabajo netamente interdisciplinar como el aquí presentado, en el que desde el comienzo se observa la voluntad del autor de poner en diálogo a varias disciplinas en torno a un mismo tema. Baste como ejemplo en este sentido, el desarrollo que ofrece la obra del concepto de “norma”, de manera que, partiendo de su tradicional naturaleza jurídica, el profesor Urueña recurre al constructivismo, en cuanto teoría de la sociología del conocimiento, para dotarlo de plena significación, y lo complementa con la revisión que del mismo se realiza desde las relaciones internacionales a través de las teorías sobre las redes normativas. En cuarto lugar, cabe destacar la sugestiva categorización realizada por el autor al alejarse del entendimiento de la norma como algo neutral o justo. El hecho de entender la norma como una directriz que permite, prohíbe o prescribe una conducta, hace que el trabajo del profesor Urueña presente un enfoque innovativo, que genera que el ejercicio comparativo entre los mercenarios de siempre y las nuevas CMSP ofrezca una mayor aportación al estudio del Derecho, al explicar como la producción y la acción normativa: (i) es algo dinámico y susceptible de ser construido, reconstituido, destruido y deconstruido a partir de las prácticas sociales; y (ii) al mismo tiempo ayuda a constituir dichas prácticas. De esta manera, el autor explora las fronteras del Derecho, regresando a las preguntas que usualmente como estudiosos del Derecho no nos atrevemos a realizar. Una de estas preguntas es el por qué insistimos en otorgar atribuciones al aparato estatal solo porque nuestra tradición de pensamiento así lo señala. La presunción de un Estado omnipresente y omnipotente es cuestionada en varios pasajes de esta obra. Del mismo modo, el autor presenta sólidos argumentos para desvirtuar el mito de la Paz de Westfalia como génesis de ese Leviatán que ha sido con tanta frecuencia sobrevalorado por la literatura occidental. El profesor Urueña ofrece así mismo razones de peso para justificar su posición de que la Paz de Westfalia no debe ser ni tan siquiera tomada como punto de partida de un proceso continuo de estatalización de la violencia, sino que, en su opinión, Westfalia ha de ser interpretado, más bien, como uno de tantos puntos de inflexión que han reconfigurado a lo largo de la historia aspectos específicos en los modos de ejercer la violencia y controlar al cuerpo social. De esta manera, Westfalia se insertaría en un proceso más complejos de alternación de lo público y lo privado, que lejos de configurarse como categorías estáticas y transhistóricas, tienen unos límites demasiado borrosos que llegan hasta nuestro tiempo. Como quinta razón para la publicación de esta obra se encuentra su riguroso análisis histórico desde las culturas egipcia, persa, griega y romana, hasta la actualidad, que se desarrolla a través de la técnica de la genealogía. Pero, además, en el caso del trabajo del profesor Urueña, hay que destacar que el mismo no se limita a una cronología descriptiva de fuentes oficiales, sino que ofrece una mirada a una historia de discontinuidades, de avances y retrocesos, en donde los procesos y la confrontación de ideas y prácticas marcan el rumbo de las normas imperantes en un contexto dado. Todo ello sin dejar de reflejar las perspectivas de los actores subalternos, más allá de los actores hegemónicos que buscan, con notable éxito, naturalizar sus visiones valiéndose de su posición dominante. De esta manera, el presente texto refleja, de manera palpable, como, en diferentes momentos históricos, los esfuerzos de los actores subalternos por recurrir al Derecho y a la Política para satisfacer en cierta medida sus intereses, han terminado, antes o después, siendo sofocados por las agendas de los actores hegemónicos. Sobre esta base, el autor muestra, en particular, su capacidad para contrastar las múltiples lecturas existentes sobre la estatalización de la violencia, con el fin de proponer una visión propia, lo que, sin duda, dota al presente trabajo de un valor intrínseco en sí mismo. Por todas estas razones, y en el convencimiento del sumo interés que esta obra ha de despertar en las comunidades académica y diplomática y en el público en general, hemos decidido publicarla como volumen 10 de la Colección Perspectivas Iberoamericanas sobre la Justicia, que es fruto del compromiso de la Editorial Tirant lo Blanch (España) y del Instituto Joaquín Herrera Flores (Brasil), con el trabajo de investigación impulsado desde el Instituto Ibero-Americano de La Haya para la Paz, los Derechos Humanos y la Justicia Internacional (“IIH”). La H
Las privatización de los conflictos: Las compañías militares privadas de seguridad
En la última década hemos asistido al rápido y constante crecimiento de un nuevo actor en la escena internacional que ha modificado sustancialmente el rostro de la guerra, pero ha sido sólo y a través de ciertos acontecimientos de los que se han hecho eco los medios de comunicación y que han conseguido captar la atención de la opinión pública cuando su relevancia y presencia se ha convertido en una constante, suscitando uno de los debates más polémicos en torno a la privatización de la guerra y sus implicaciones en los proceso de democratización, el respeto a los Derechos Humanos, la necesidad de una revisión de las normas y tratados que afectan al Derecho Internacional Humanitario y su impacto en las relaciones cívico-militares. Nos referimos a las Compañías Militares Privadas de Seguridad. Estas compañías, expresión última de las políticas neoliberales y beneficiarias de los procesos de globalización, han jugado un papel inequívoco en los conflictos surgidos tras el ocaso de la Guerra Fría y representan el fin en el monopolio del uso legitimo de la violencia ejercida por los Estados.
Empresa Privada, 2019
En este trabajo se pretende definir que es una empresa privada, así como sus características principales, tipos existentes; para poder comprender la diferencia de esta con la empresa pública, dar opiniones y comprender la importancia de que existan empresas privadas en Costa Rica. También se quiere conocer más a fondo la realidad de las empresas en nuestro país, tanto privadas como públicas, que está bien y que no; bajo que leyes se rigen, la importancia que han tenido en nuestro desarrollo económico, social y educativo. Así mismo los cambios/avances que han tenido en los últimos años y la manera en que la situación actual del país ha influido directa e indirectamente en las empresas privadas, que se han visto afectadas en muchos aspectos, llegando inclusive a cerrar sus puertas en nuestro país y abriéndolas en otro(s); lo cual trae consecuencias muy graves para todos. Brindar ejemplos de algunas empresas privadas en Costa Rica, que brindan oportunidades a todos los costarricenses y han ayudado al desarrollo del país, para así hacer más comprensible lo que queremos transmitir.
Paramilitarismo y seguridad privada
La guerra en Colombia se denomina conflicto interno y sin embargo hay algo de razón en no llamar guerra a ejércitos que sin ningún sentido del honor o del valor, masacran civiles inermes y trafican sus cuerpos, se los venden unos a otros para confirmar bajas en combate o causar por medio del terror la gentrificación en zonas rurales y urbanas, un aporte de la guerra terrorista en Colombia al mosaico de horrores de este mundo donde la tecnología más
Relaciones internacionales: Revista …, 2008
Resumen: Las compañías militares privadas (CMPs) han generado muchas inquietudes en el público debido a su notoria participación en los conflictos de Afganistán e Irak. La amplia cobertura de sus actividades en los medios de comunicación ha contribuido a presentarlos como un nuevo fenómeno. Sin embargo, su surgimiento y proliferación se dan durante décadas de un proceso de transformación del estado y penetración gradual de su monopolio sobre el uso legítimo de la fuerza. Este artículo discute que la Nueva Gerencia Pública ha enlazado dinámicas históricas importantes de una manera que ayuda a explicar la continua legitimación y expansión del mercado de los servicios militares privados en el nuevo milenio. Se espera que el enfoque técnico del artículo contribuya a la apertura de un debate constructivo, ya que las tendencias actuales apuntan a la expansión de las actividades de las compañías militares privadas en el mercado hispano parlante.