Un fantasma en la multitud: caminata nocturna e identidad en Lord de João Gilberto Noll. Confluencia. Revista Hispánica de Cultura y Literatura 34.2 (2019): 14-22. (original) (raw)
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Las representaciones artísticas asociadas a la Semana Santa tienen en la Nueva España un protagonismo especial que continúa de alguna manera la omnipresencia que la muerte tenía en las artes desde la época prehispánica. De las imágenes de Mictlantecuhtli, señor del inframundo, y su dualidad femenina, Mictecacihuatl, la señora de la muerte, se pasa a nuevas representaciones fruto de una conquista ideológica protagonizada por la llegada del cristianismo. La nueva religión transforma la dualidad mesoamericana muerte/vida mediante una idea moralizante de la muerte relacionada con la tradición europea del ars morendi que dio lugar a un sincretismo todavía visible en la Semana Santa mexicana. En el presente texto vamos a analizar el caso particular de la Semana Santa de Yanhuitlán, localidad del estado mexicano de Oaxaca. En ella, desde el siglo XVI, la procesión del Santo Entierro representa la pasión y muerte de Cristo dramatizando los pasajes del calvario de acuerdo al texto de un sermonario. Del patrimonio relacionado con esta tradición se conserva un gran número de crucificados así como una colección de arcángeles que portan los emblemas de la pasión, destacando, por su particularidad, la “carreta de la muerte”, un esqueleto entronizado que abría el cortejo. Mediante los textos de Fray Agustín Dávila Padilla, que a finales del siglo XVI describe esta procesión, y el análisis de las obras barrocas conservadas nos acercaremos a la representación de la pasión en Yanhuitlán en la época novohispana y su transformación hasta el momento actual.
En la primavera de 1622, la villa de Madrid celebró la canonización de san Isidro por todo lo alto, como si quisiera premiarse por las fatigas soportadas durante décadas para lograr de Roma la santificación oficial de su patrón. En efecto, con estas fiestas culminaba un proceso cuyos primeros pasos se remontaban a la década de 1560, apenas establecida la corte de Felipe 11 en Madrid. La coincidencia cronológica entre el proceso de santificación de Isidro y el no menos largo de afianzamiento de la villa como corte y capital de la monarquía hispana, inseguro, como se sabe, hasta después del paréntesis vallisoletano (1601-1606), sugiere un claro paralelismo entre la ciudad y su santo patrón. Mi objetivo en las páginas siguientes es indagar ese paralelismo, atendiendo al desarrollo del culto de Isidro en el contexto específico en el que se inscribió: el de un Madrid que estaba tomando conciencia de su nueva identidad'.
Dámaris Romero-González, Israel Muñoz-Gallarte y Gabriel Laguna-Mariscal (eds.), Visitors from beyond the Grave. Ghosts in World Literature. (Série Humanitas Suplementum - Estudios Monográficos) Coimbra, Universidade de Coimbra, 2019. 300 pp. ISBN 978-989-26-1763-3; e-ISBN 978-989-26- 1765-7., 2021
En campo de lo sobrenatural, abundan los conceptos para identificar a aquellos seres de carácter liminar situados en el Más Allá, pero que no dejan de estar conectados con el Más Acá, gracias a sus constantes apariciones e intervenciones en el mundo de los aún vivientes. Entes tales como ‘fantasmas’, ‘espíritus’, ‘espectros’ o ‘demonios’ —como se pueden traducir al castellano— se convierten en importantes protagonistas de la cultura humana y amoldan permanentemente el pensamiento filosófico y su expresión literaria en sociedades de todos los puntos del globo.
Sendebar, 2019
es además autor de varias novelas. En esta obra Calvo presenta algunas de sus ideas acerca de la traducción. Uno de los temas principales de la obra es la invisibilidad del traductor. Así se expresa el autor en la introducción: «Aspiramos a desaparecer. Nuestra escritura es la única que intenta que nadie se fije en ella, que quiere ser literalmente invisible, algo en lo que la mente no se detenga en absoluto. Nuestro ideal es que nuestra traducción se lea como si no fuera una traducción» (p. 8). De ahí la imagen del traductor como fantasma en el libro. Javier Calvo da algunas pinceladas sobre los temas que desarrollará más tarde: la omnipresencia de la traducción (no solo literaria), los criterios necesarios para valorar la calidad de una traducción, el factor económico, etc. Con gran acierto afirma que los críticos normalmente no se leen la versión original y la traducida para sacar conclusiones sobre la calidad de la última, y cuestiona así el valor de sus juicios. De modo lapidario afirma que «no existe una traducción correcta ni incorrecta, dado que traducir no es un problema matemático» (p. 14). Sobre la imposibilidad de traducciones incorrectas, sin duda, caben muchas opiniones. Calvo defiende que la traducción no se aprende en la universidad y que la «única escuela es la práctica» (p. 15). La primera parte del libro consta de tres capítulos, en los que sin pretender hacer una historia de la traducción literaria ofrece algunos apuntes de modo «subjetivo e incompleto», como dice el propio autor. Conviene reproducir el resumen que hace en el primer capítulo: «La traducción empezó siendo un oficio de príncipes y sabios, que la usaron a menudo para cambiar la Historia. Después estuvo en manos de los poetas y fue una modalidad de creación literaria que dio forma al canon de Occidente. A medida que se democratizaba, sin embargo, la traducción se fue volviendo una especie de profesión liberal de segunda fila, desligada de la creación literaria» (p. 21). Calvo se detiene en la historia de la Septuaginta, versión al griego de la Biblia judía y en las traducciones latinas de la Biblia y del pensamiento griego, donde resalta las figuras de Cicerón y san Jerónimo. A toda esta etapa la llama la Edad Heroica. Para Calvo, en la Edad Media las traducciones disminuyen y la vida cultural queda restringida a los monasterios; es entonces cuando nacen las lenguas vernáculas y comienzan a crearse las identidades nacionales. En el segundo capítulo, «Un monte en Darién», narra una anécdota sobre una poesía que John Keats dedica a la traducción de Homero realizada por su amigo Chapman. Aunque el salto temporal parece dejar de lado varios siglos, la historia de Keats le sirve para comentar que desde el Renacimiento hasta el siglo
Historia de un personaje que hizo la guerra de España, pasó por campos de refugiados franceses, fue deportado a Dachau en el "Tren fantasma" y sobrevivió, a pesar de tener amputada media pierna izquierda. Vivió para contarme su experiencia en un viaje que hice a su casa francesa, en Laguepie, en 1981... ésta es su historia. From the beginning of the war confrontation that had place in Spain (1936 – 1939), in each side happened personal circumstances, as much as soldiers belong to every participating units, in that fratricide fight for taking its side to victory. One of them is the case that will take up next pages and we will do it as bull-fighting metaphor. For those who are not familiar with bull-fighting art they will not realize anything with the sentence “to make the moon” but it holds a romantic history: before there were bull-fighting schools, young man who dreamed about being bull-fighters in a close future (called ‘maletillas’), used to jump over the fences where livestock was grazing in order to, below the full moon light, steal some “pases” to bulls with the consequent risk of dying by one or more gorings. Our protagonist never was, neither even thought, being a bull-fighter. His job was as a carpenter and, like a job in its profession, he was a cooper. But destiny wanted him to participate in that war which we were talking about and destiny even wanted him at 96th Mixed Brigade of RPA which was called “the brigada of bull-fighters” because a big part of its authorities were proffesional bull-fighters. At 1938, he was given by missing in the province of Cuenca… but it was not his time yet. He had much more “pases” left in his life. This is his history…
La filosofía suele ser una forma de relacionarnos con el mundo a través del conocimiento. Más en concreto, esta forma de conocimiento normalmente se queda en los más o menos estrechos límites de la racionalidad, de la lógica. Esta forma de entendimiento de lo real, que tiene siglos y siglos de historia, ha intentado imponerse como la única forma de conocimiento posible. Así, el presupuesto que se esconde tras ella es que la propia realidad tiene una cierta legalidad, o legalidades, que se pueden, y se deben, descubrir para poder manejarnos mejor en el mundo. Sin embargo, desde el mismo momento del nacimiento de la filosofía como logos, surgió también el modo de producir un pensamiento a través de la experiencia íntima de la subjetividad. La realidad no era ya una objetividad universal sino la dimensión subjetiva e intransferible en el que el sujeto se relaciona y desenvuelve en unas con-diciones históricas determinadas. Muchas veces se ha querido llamar a esto de formas diferentes pero no filosofía para, con ello, dejar claros los límites entre lo racional y lo irracional. Por suerte, estos límites hace tiempo que se están rompiendo, aunque no con la velocidad y la fuerza necesarias. Los hijos de la noche es la descripción de un pensamiento de un sujeto concreto en una situación dada. Y, por ello, no carece de interés. Más bien, todo lo contrario. Pocas veces un pensamiento acaba por revelarse tan veraz, tan auténtico, pero no en el sentido de remitir a un cierto origen primero como podría ser el caso de Heidegger, sino en el sentido de proceder de las tripas. Lo que aquí se cuenta es algo profundamente subjetivo pero, sin embargo, absolutamente universal. No se trata de un mero relato en primera persona, que podría acabar siendo una forma de literatura. Lo que aquí se cuenta no es más que el proceso por el que un sujeto intenta lidiar con su vida en unas condiciones de extrema dificultad. El contexto principal del pensamiento es, aquí, la enfermedad. Las primeras páginas son desnudas, sin artificios, sin retórica. No hace falta. El proceso descrito no podría ser más propio, su misma verdad, el relato de cómo su enfermedad determina toda su vida, el modo en el que vive, los modos en los que muere, los modos en los
Santa Perpetua uses the extra-scenic character-a symbol of the victims of reprisals during the Spanish Civil War-to deal with the topic of historical memory and postmemory. This article analyzes the writing strategies and the construction techniques of the dramatic text and character to study how Ripoll concretizes such aspects in her work. In order to achieve this objective, emphasis has been placed on the peculiar thematic treatment, on the way in which the characters are forged, scenic and extra-scenic-wise, and on the creation of space-time coordinates, that contribute to their historical and socio-political contextualisation and project them into the theatrical sphere, through grotesque and ghostly features, evoking an impressive esperpentic scene.