El nuevo cine y la percepción del tiempo (original) (raw)

La idea del tiempo en fotografía y cine

Tanto la fotografía como el cine son herramientas narrativas para las que el tiempo es un instrumento decisivo y primordial. La fotografía denuncia y delata, congelando el instante, la existencia de una realidad sugerida pero nunca demostrada por las artes plásticas anteriores al siglo XIX: la abstracción temporal. Y al mismo tiempo supone –como señala Dubois– la imposibilidad de pensar en otra cosa que no sea el propio acto fotográfico, el momento en el que el disparo inmortaliza una realidad, que “ya no es” a pesar de que será reproducida infinitamente.

[Artículo] La idea del tiempo en fotografía y cine

Tanto la fotografía como el cine son herramientas narrativas para las que el tiempo es un instrumento decisivo y primordial. La fotografía denuncia y delata, congelando el instante, la existencia de una realidad sugerida pero nunca demostrada por las artes plásticas anteriores al siglo XIX: la abstracción temporal. Y al mismo tiempo supone –como señala Dubois– la imposibilidad de pensar en otra cosa que no sea el propio acto fotográfico, el momento en el que el disparo inmortaliza una realidad, que “ya no es” a pesar de que será reproducida infinitamente.

EL CINE Y LA NUEVA ONTOLOGÍA

Este trabajo hace una lectura de la fenomenología de Merleau-Ponty poniéndola en relación con el cine. En su descripción de la percepción, esta fenomenología acuña una serie de conceptos que sirven para interpretar y valorar la película. Pero también, y más importante, posibilitan una ontología a partir de la imagen, centrada en las imágenes del cine. Se trata de una ontología de carácter monista que evita los errores de las propuestas idealistas y objetivistas. Toda ella se resuelve en el ámbito perceptivo inaugurado por el cuerpo en su encuentro con el mundo. Cualquier significación tiene lugar en ese ámbito pre-significativo y el cine se presenta como un instrumento/medio privilegiado para mostrarlo y analizarlo. El cine es percepción, sigue sus mismas leyes de composición aunque la realidad que muestra tiene «un grano más fino». Deleuze en sus dos libros sobre cine "violenta" a su manera la filosofía de Bergson para diseñar una ontología a partir de las imágenes del cine. Esta ontología también monista hace que el cine se comporte igual que la realidad, a partir de procesos formados por actualidades y virtualidades. Este trabajo explora las similitudes de ambas propuestas centrándose en la imagen cinematográfica, y mostrando cómo, en ese terreno, se complementan.

Los Tiempos del Cine

Comunicación y Medios, 2011

Prólogo Una enferma de Alzheimer deja escapar una frase significativa: "hace mucho tiempo que no hace tiempo...". Raúl Ruiz dice en una conferencia: "Como decía el finado Cortázar, ni vos ni yo, ni Jorge Guillermo Federico Hegel, sabemos lo que es el tiempo". Un niño de seis años que está aprendiendo a leer al contemplar un muro: "... el... Che vi-ve..., ¿Quién es ese?". La hermana de doce años le responde rápidamente: "Uno que está muerto". "Esto que acaba de pasar es muy antiguo", afirma un indígena. Chaplin se demoró mucho en encontrar las soluciones finales de algunas de sus películas, llegando a filmar íntegra de nuevo una de ellas con la siguiente excusa: "El tiempo es el mejor autor, siempre encuentra un final perfecto". En el futuro podremos estudiar con mayor transparencia la relación existente entre los cambios que la física teórica trajo consigo al pensamiento cultural de los últimos dos siglos. Sabemos de haber cambiado muchos paradigmas inamovibles y de haber creado otros en el último tiempo. La soberbia de crear un progreso irreversible ha ido dando señales de peligro a través de los problemas ecológicos que padecemos, por lo que una cierta desconfianza en la actual lógica ha multiplicado las aprehensiones sobre nuestro destino. Esta época de cambios fulgurantes requiere cada vez mayor cantidad de archivos que den cuenta de todo ello, lo que da como resultado inmediato la fragilidad de la memoria individual, algo ya avizorado por Sócrates en su discurso contra la escritura. Pero no hay razones para suponer que habría tenido las mismas objeciones con respecto al cine. En él se registra una memoria colectiva y objetivada por una mecánica físico-química que le da su materialidad, pero también contribuye a esa memoria del individuo, que en el mejor de los casos no está alienado por los medios de comunicación, sino que los utiliza como parte del desarrollo de la propia conciencia. Libertad o jaula para la cultura contemporánea, el cine presenta nítido el problema de la existencia temporal. No es lo único que el Séptimo Arte tiende a transparentar, pero sin duda al estar en pleno desarrollo el segundo siglo del cine ya se puede hablar de una experiencia que ha superado varios arcos generacionales. A esos cambios están dedicados estos tres tiempos.

Metáforas sobre el tiempo y la percepción. Un estudio a propósito de La llegada de Villeneuve

Fotocinema. Revista científica de cine y fotografía, 2019

El cine se ha convertido en un campo de experimentación y difusión para la filosofía. Es posible reconocer cuestiones centrales para el pensar filosófico que atraviesan las más diversas historias. El género de ciencia ficción se ha vuelto especialmente propicio para esta tarea, dando cabida a escenarios que llevan hasta los límites de lo imaginable el compromiso con ciertos postulados filosóficos. Este es el caso de La Llegada (Arrival), una película de Denis Villeneuve estrenada en 2016. Allí se narra una historia sobre extraterrestres, pero, a diferencias de muchas de sus homólogas, no se centra en destrucción y guerra, sino en los principios del relativismo lingüístico. Siguiendo el trabajo de George Lakoff y Mark Johnson se recorre la historia de Louise Banks, llevando la reflexión hasta la experiencia del espectador. El trabajo de Lakoff y Johnson con respecto al estudio de la metáfora sirve de contexto y explicación para una historia centrada en las consecuencias que los lenguajes tienen sobre la percepción humana. La llegada conduce al espectador hacia una serie de cuestionamientos sobre el idioma extraterrestre y sobre el propio lenguaje.