LA FAMILIA CRISTIANA (original) (raw)

LA PASCUA CRISTIANA

LA PASCUA CRISTIANA Volver a las fuentes es la realidad de la teología actual, en nuestra sociedad, cuando se siente en ocasiones, que se pierde el horizonte de lo que hacemos, se recomienda volver a la casa, al inicio, al origen de lo que somos, para preguntarnos sobre su significado y sobre todo del propósito que se tiene y se tenia. Es también de reconocer que hoy no

LA VIRGEN MARÍA Y LA FAMILIA CRISTIANA

Introducción Con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias celebrado en Valencia, y al que asistió el Papa Benedicto XVI, escogí el tema de María y la Familia como contenido de la conferencia que la Legión de María me propuso pronunciar con motivo de la fiesta de san Luis María Griñón de Montfort. El artículo, que presento aquí, es una elaboración de esta conferencia en la que pretendí de una forma sencilla y mirando a María acercarme a los problemas que se ciernen sobre esta institución querida por Dios desde tola la eternidad. Por otro lado, la cuestión familiar es siempre importante y actual porque Dios ha querido que todos los hombres nazcan en el seno de una familia, imagen de la que quiere formar con todos los hombres en la vida eterna donde todos seremos hermanos, siendo Él nuestro Padre y María nuestra Madre. En esta familia terrena nos preparamos para vivir las actitudes de la familia celestial. El mismo Verbo encarnado quiso nacer en el seno de una familia humana con una madre que le dio a luz, la santísima Virgen, y un padre humano, que si bien no intervino en su generación, sí cuidó de él y le enseñó a ser hombre, José, el esposo de María. Jesús, por tanto, quiso vivir en una familia. Pero, cuando se cumplió el tiempo en el que debía predicar a los hombres, dejó esta familia humana para fundar otra. Así ocurre a los demás hombres que llega un día en que tienen que abandonar el seno del hogar para fundar otra familia, bien humana, con cónyuge e hijos, bien divina, en la vocación virginal de entrega a Dios. Finalmente, el hombre está llamado a formar a abandonar definitivamente este mundo para vivir plenamente como miembro de la familia de los hijos de Dios que ya comenzó en su Bautismo. Cristo, por tanto, va a instituir la gran familia de Dios, la Iglesia, por eso, abandona el hogar de Nazaret para cumplir la voluntad del Padre. No es que reniegue de la vida anterior como si no tuviera valor. Jesucristo sigue amando a su madre, María, pero su apertura a los hombres y a su misión le hacen abandonar el hogar de Nazaret para acoger con amor a los que serán sus nuevos hermanos. Aunque esta nueva familia no la hará sin su madre que, como discípula de su Hijo, entrará en relación con los otros discípulos, yendo delante de ellos y convirtiéndose así en su madre. Eso también nos ocurrirá a

ENSEÑANZA CRISTIANA

La palabra pedagogía es un término que nos viene del idioma griego, La palabra paidagogo. Esta palabra era usada para señalar a un esclavo dedicado a conducir al hijo del amo; el paidagogo era conductor de niños. La función no era solo llevar al niño a la escuela, sino que también tenía que vigilar su comportamiento en la escuela y en la calle, así como su conducta moral. Esta palabra ha adquirido con el transcurso del tiempo una aplicación amplia. Para algunos es el planteamiento y las respuestas a los problemas de la educación. Para otros, es el conjunto de principios normativos que dirigen el quehacer educativo. Podemos afirmar que tiene que ver con la disciplina metodológica que dirige el proceso de la educación. La educación no busca solamente la transmisión del conocimiento, sino la formación integral y consciente del hombre. La palabra educación etimológicamente nos viene del idioma latín; son dos las palabras que se señalan como el término que originan la palabra educación. La palabra educare significa criar, nutrir, alimentar. Otros toman como base la palabra exducere que equivale a sacar, llevar o conducir desde dentro hacia fuera. La primera palabra habla de una acción desde afuera y la segunda de facilitar lo que ya tiene el alumno. En este estudio sugerimos la combinación de ambos términos. No los concebimos como palabras opuestas; al contrario las vemos como dos aspectos o caras de una misma realidad, o de un mismo proceso que recibe el nombre general de educación. Lo que hemos dicho hasta aquí nos lleva a considerar tres conceptos: 1 La educación es una fuerza externa que forma al individuo 2 La educación es una autoformación del individuo 3 La educación es un proceso que proporciona los medios que necesita un individuo para su autoformación Un diccionario solamente dice: Es acción y efecto de educar. En este estudio enfocamos una pedagogía calificada como cristiana, lo cual es fundamentalmente bíblica. Es necesario recordar que el cristianismo difiere de cualquier sistema filosófico pedagógico, ya que su concepción acerca de Dios (teología propia), del hombre (antropología) y del mundo (cosmovisión) contrasta con la cultura griega-romana y aun la judaica. Usamos el término filosofía como un estilo de vida. Así que el propósito de la pedagogía cristiana es la formación del individuo de acuerdo al paradigma Jesucristo. Si la educación cristiana cumple con su propósito, no veremos ataques como los de algunos filósofos que han atacado un cristianismo divorciado de la revelación bíblica. En la educación cristiana el libro de texto es la Biblia. Al agente promotor de la educación cristiana se le exige tener un buen manejo de la Palabra de Dios, 2ª Timoteo 2:15. La Biblia de las Américas dice maneja bien. Esta pericia no se logra de la noche a la mañana, se necesita invertir tiempo, esfuerzo arduo de estudio sistemático.

INICIACIÓN CRISTIANA

DE ADULTOS REFORMADO SEGÚN LOS DECRETOS DEL CONCILIO VATICANO II, PROMULGADO POR MANDATO DE PABLO VI, APROBADO POR EL EPISCOPADO ESPAÑOL Y CONFIRMADO POR LA CONGREGACIÓN PARA LOS SACRAMENTOS Y EL CULTO DIVINO QUINTA EDICIÓN 1 Conc. Vat. II, Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia, Ad gentes, n. 14. 2 Rm 8,15; Ga 4,5; cfr. Conc. Trid. Sesión VI, Decreto sobre la justificación, cap. 4; Dez. 796 (1524). 3 Cfr. 1 Jn 3,1. 4 Cfr. Conc. Vat. II, Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia, Ad gentes, n. 36. 5 Cfr. Jn 6,65. 6 S. Agustín, De Civitate Dei, X, 6: PL 41, 284; Conc. Vat. II, Constitución dogmática sobre la Iglesia, Lumen gentium, n. 11; Decreto sobre el ministerio y vida de los presbíteros, Presbyterorum ordinis, n. 2. 7 Cfr. Conc. Vat. II, Constitución dogmática sobre la Iglesia, Lumen gentium, n. 28.

LA VIDA DE LOS CRISTIANOS

1.-La humanidad nueva Tener fe es: supone introducir en la propia vida una orientación, adoptar actitudes, repercute en la actuación moral del seguidor de Jesucristo. San Pablo habla de hombre viejo y hombre nuevo. Hombre viejo quiere decir la manera de vivir centrada en la satisfacción egoísta de los propios deseos. Hombre nuevo significa el estilo de vida aportada por Jesús y que tiene que ser adoptada por sus seguidores.

LA FAMILIA EXPERIENCIA TRINITARIA DE LA CARIDAD

La familia es un "icono de la Trinidad". "Dios es amor" (1Jn 4, 8) y vive en sí mismo un misterio de comunión personal de amor; a imagen y semejanza de ese misterio de comunión es constituida la realidad humana y, de modo especial, la realidad humana en su condición personal y comunicativa. La familia sigue siendo, pese a todas las diferencias evidentes, el icono de la Trinidad más evidente.

PEAGOGIA CRISTIANA

Nombre de la Asignatura: PEDAGOGÍA CRISTIANA Año Académico: Ciclo I -Año 2012 Profesor: Pastor Víctor Manuel Bonilla Duración: 20 semanas Día: Viernes Hora: 5:30 p.m. DESCRIPCIÓN DE LA MATERIA:

LA FAMILIA

familia sindiásmica". La descendencia de una pareja conyugal de esta especie era patente y reconocida por todo el mundo; ninguna duda podía quedar acerca de a quién debían aplicarse los apelativos de padre, madre, hijo, hija, hermano, hermana. Pero el empleo de estas expresiones estaba en completa contradicción con lo antecedente. El iroqués no sólo llama hijos e hijas a los suyos propios, sino también a los de sus hermanos, que, a su vez, también le llaman a él padre. Por el contrario, llama sobrinos y sobrinas a los hijos de sus hermanas, los cuales le llaman tío. Inversamente, la iroquesa, a la vez que a los propios, llama hijos e hijas a los de sus hermanas, quienes le dan el nombre de madre. Pero llama sobrinos y sobrinas a los hijos de sus hermanos, que la llaman tía. Del mismo modo, los hijos de hermanos se llaman entre sí hermanos y hermanas, y lo mismo hacen los hijos de hermanas. Los hijos de una mujer y los del hermano de ésta se llaman mutuamente primos y primas. Y no son simples nombres, sino expresión de las ideas que se tiene de lo próximo o lo lejano, de lo igual o lo desigual en el parentesco consanguíneo; ideas que sirven de base a un parentesco completamente elaborado y capaz de expresar muchos centenares de diferentes relaciones de parentesco de un sólo individuo. Más aún: este sistema no sólo se halla en pleno vigor entre todos los indios de América (hasta ahora no se han encontrado excepciones), sino que existe también, casi sin cambio ninguno, entre los aborígenes de la India, las tribus dravidianas del Decán y las tribus gauras del Indostán. Los nombres de parentesco de las familias del Sur de la India y los de los senekas iroqueses del Estado de Nueva York aun hoy coinciden en más de doscientas relaciones de parentesco diferentes. Y en estas tribus de la India, como entre los indios de América, las relaciones de parentesco resultantes de la vigente forma de la familia están en contradicción con el sistema de parentesco. ¿A qué se debe este fenómeno?. Si tomamos en consideración el papel decisivo que la consanguinidad desempeña en el régimen social entre todos los pueblos salvajes y bárbaros, la importancia de un sistema tan difundido no puede ser explicada con mera palabrería. Un sistema que prevalece en toda América, que existe en Asia entre pueblos de raza completamente distinta, y que en formas más o menos modificadas suele encontrarse por todas partes en África y en 18 Australia, requiere ser explicado históricamente y no con frases hueras como quiso hacerlo, por ejemplo, MacLennan. Los apelativos de padre, hijo, hermano, hermana, no son simples títulos honoríficos, sino que, por el contrario, traen consigo serios deberes recíprocos perfectamente definidos y cuyo conjunto forma una parte esencial del régimen social de esos pueblos. Y se encontró la explicación del hecho. En las islas Sandwich (Hawai) había aún en la primera mitad de este siglo una forma de familia en la que existían los mismos padres y madres, hermanos y hermanas, hijos e hijas, tíos y tías, sobrinos y sobrinas que requiere el sistema de parentesco de los indios americanos y de los aborígenes de la India. Pero -¡cosa extraña!-el sistema de parentesco vigente en Hawai tampoco respondía a la forma de familia allí existente. Concretamente: en este país todos los hijos de hermanos y hermanas, sin excepción, son hermanos y hermanas entre sí y se reputan como hijos