Sófocles (original) (raw)
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La escena, frente al palacio real de Tebas con escalinata. Al fondo, la montaña. Cruza la escena Antígona, para entrar en palacio. Al cabo de unos instantes, vuelve a salir, llevando del brazo a su hermana Ismene, a la que baje bajar las escaleras y aparta de palacio.
EDIPO REY PERSONAJES EDIPO. SACERDOTE. CREONTE. CORO DE ANCIANOS TEBANOS. TIRESIAS. YOCASTA. MENSAJERO. SERVIDOR DE LAYO. OTRO MENSAJERO. http://elortiba.galeon.com (Delante del palacio de Edipo, en Tebas. Un grupo de ancianos y de jóvenes están sentados en las gradas del altar, en actitud suplicante, portando ramas de olivo. El Sacerdote de Zeus se adelanta solo hacia el palacio. Edipo sale seguido de dos ayudantes y contempla al grupo en silencio. Después les dirige la palabra.)
La escena, frente al palacio real de Tebas con escalinata. Al fondo, la montaña. Cruza la escena Antígona, para entrar en palacio. Al cabo de unos instantes, vuelve a salir, llevando del brazo a su hermana Ismene, a la que baje bajar las escaleras y aparta de palacio.
Palacio real de Tebas. Raya el alba. Salen de palacio ANTÍGONA y su hermana ISMENE.) ANTÍGONA:
(Delante del palacio de Edipo, en Tebas. Un grupo de ancianos y de jóvenes están sentados en las gradas del altar, en actitud suplicante, portando ramas de olivo. El Sacerdote de Zeus se adelanta solo hacia el palacio. Edipo sale seguido de dos ayudantes y contempla al grupo en silencio. Después les dirige la palabra.) Edipo.-¡Oh hijos, descendencia nueva del antiguo Cadmo ¿Por qué estáis en actitud sedente ante mí, coronados con ramos de suplicantes? La ciudad está llena de incienso, a la vez que de cantos, de súplica y de gemidos, y yo, porque considero justo no enterarme por otros mensajeros, he venido en persona, yo, el llamado Edipo, famoso entre todos. Así que, oh anciano, ya que eres por tu condición a quien corresponde hablar, dime en nombre de todos: ¿cuál es la causa de que estéis así ante mí? ¿El temor, o el ruego? Piensa que yo querría ayudaros en todo. Sería insensible, si no me compadeciera ante semejante actitud. Sacerdote.-¡Oh Edipo, que reinas en mi país! Ves de qué edad somos los que nos sentamos cerca de tus altares: unos, sin fuerzas aún para volar lejos; otros, torpes por la vejez, somos Sacerdotes-yo lo soy de Zeus-, y otros, escogidos entre los aún jóvenes. El resto del pueblo con sus ramos permanece sentado en las plazas en actitud de súplica, junto a los dos templos de Palas y junto a la ceniza profética de Ismeno. La ciudad, como tú mismo puedes ver, está ya demasiado agitada y no es capaz todavía de levantar la cabeza de las profundidades por la sangrienta sacudida. Se debilita en las plantas fructíferas de la tierra, en los rebaños de bueyes que pacen y en los partos infecundos de las mujeres. Además, la divinidad que produce la peste, precipitándose, aflige la ciudad. ¡Odiosa epidemia, bajo cuyos efectos está despoblada la morada Cadmea, mientras el negro Hades se enriquece entre suspiros y lamentos! Ni yo ni estos jóvenes estamos sentados como suplicantes por considerarte igual a los dioses, pero sí el primero de los hombres en los sucesos de la vida y en las intervenciones de los dioses. Tú que, al llegar, liberaste la ciudad Cadmea del tributo que
Sófocles, la soledad, el aislamiento
Revista Colombiana de Ciencias Sociales
Nosotros, lectores contemporáneos de la tragedia ática, percibimos con dificultad la naciente crítica a los ideales individuales que se enajenan de la democracia que allí se expresa, para simpatizar, emocionados más bien, con los héroes cuyas elecciones –y sobre todo cómo las enfrentan, incluso a costa de sus propias vidas– deberían, nos parece, elevarse a paradigmas universales. Los modos como encaran su soledad una Antígona, un Edipo o un Filoctetes llaman profundamente nuestra atención como signos de la capacidad del hombre para descubrir la inmensidad de su mundo interior, sobre todo cuando este se siente abandonado a sus propias fuerzas (Snell, 2007).
SÓFOCLES ANTÍGONA Antígona Sófocles
Reina en Tebas, después de la muerte de los hermanos ETÉOCLES y POLINICE, CREONTE. El nuevo soberano prohíbe dar sepultura al cadáver del segundo. ANTÍGONA, su hermana, a pesar del decreto del tirano, obedeciendo a sus sentimientos de amor fraternal, se propone ir a sepultarlo y así se lo comunica a su hermana ISMENA, Esta rehúsa acompañarla; entonces ella decide realizarlo sola, pero es detenida y conducida ante el tirano CREONTE que la condena a muerte. HEMÓN, hijo de CREONTE y prometido de ANTÍGONA, pide a su padre que derogue esta sentencia, que considera injusta. Su padre no accede, y el joven se va al antro en donde ha sido encerrada ANTÍGONA; pero, cuando llega ésta ya se ha suicidado. El adivino TIRESIAS anuncia a CREONTE los tristes acontecimientos que deducidos de sus presagios se avecinan, y el CORO exhorta a CREONTE a que, para evitarlos, rectifique su sentencia, perdone a ANTÍGONA y dé sepultura a POLINICE. CREONTE, aunque de mala gana, accede; pero tardíamente, pues HEMÓN, en su desesperación, al encontrar a ANTÍGONA muerta, se suicida a la vista de su padre. Un mensajero viene a anunciar a la reina EURÍDICE la muerte de su hijo. Ella, enloquecida por el dolor que le produce la noticia, )3( SÓFOCLES ANTÍGONA © Pehuén Editores, 2001. se retira en silencio y, dentro del palacio, se hunde una espada y muere increpando a CREONTE por la muerte de sus hijos. CREONTE se ve castigado, como lo dice el CORO: «¡Qué tarde parece que vienes a entender lo que es justicia!», y añade: «Hay que ser sensato en las resoluciones y no violar las leyes escritas, las leyes eternas». PERSONAJES ANTÍGONA Hijas de EDIPO ISMENA TIRESIAS, adivino. CREONTE, rey de Tebas. EURÍDICE, esposa de Creonte. HEMÓN, hijo de Creonte y Eurídice y prometido de Antígona. UN CENTINELA. UN MENSAJERO. CORO DE ANCIANOS. OTRO MENSAJERO. EL CORIFEO. )4( SÓFOCLES ANTÍGONA © Pehuén Editores, 2001. ACCION La acción transcurre en el Agora de Tebas, ante de la puerta del palacio de CREONTE. La víspera, los argivos, mandados por POLINICE, han sido derrotados: han huido durante la noche que ha terminado. Despunta el día. En escena, ANTIGONA e ISMENA. ANTIGONA: Tú, Ismena, mi querida hermana, que conmigo compartes las desventuras que Edipo nos legó, ¿sabes de un solo infortunio que Zeus no nos haya enviado desde que vinimos al mundo? Desde luego, no hay dolor ni maldición ni vergüenza ni deshonor alguno que no pueda contarse en el número de tus desgracias y de las mías. Y hoy, ¿qué edicto es ese que nuestro jefe, según dicen, acaba de promulgar para todo el pueblo? ¿Has oído hablar de él, o ignoras el daño que preparan nuestros enemigos contra los seres que no son queridos? ISMENA: Pero, infortunada, si las cosas están dispuestas así ¿qué ganaría yo desobedeciendo o acatando esas órdenes? ANTÍGONA: ¿Me ayudarás? ¿Procederás de acuerdo conmigo? Piénsalo. ISMENA: ¿A qué riesgo vas a exponerte? ¿Qué es lo que piensas? ANTÍGONA: ¿Me ayudarás a levantar el cadáver? )5( SÓFOCLES ANTÍGONA © Pehuén Editores, 2001.
Sófocles: el espectáculo de la soledad
2002
El destacado estudioso venezolano del teatro, Leonardo Azparren Jiménez, presenta en su nuevo libro un análisis del modelo escénico de Sófocles. Con respecto a las motivaciones y origen de su nueva obra, nuestro autor sostiene: "El volumen nació de un artículo breve que preparé en el marco de un coloquio sobre estudios clásicos, en la Universidad de Los Andes, en 1993. Con el tiempo desarrollé la propuesta haciendo énfasis en el tema de la soledad de los personajes del dramaturgo griego"1. El libro consta de 95 páginas, y está estructurado en pequeños capítulos. En el primero de ellos, titulado Un testigo y crítico de excepción, el autor justifica su método de análisis haciendo referencia a Aristófanes como crítico privilegiado, pues además de su cercanía con los tres grandes poetas trágicos tuvo consciencia de que tanto ellos como él eran "creadores de un producto escénico; es decir, eran hombres de teatro". Así, el estudio específicamente teatral de los dramaturgos griegos, se inició justamente con Las ranas. Desde entonces, es posible estudiar a los dramaturgos griegos con la imaginación del análisis puesta en la imaginería escénica, obviando el contexto histórico e ideológico particular para acceder "a creaciones poéticas que trasversan la inmediatez comunicacional de la palabra". En el segundo capítulo, ¿Escritores o productores?, Azparren Jiménez recalca que los dramaturgos griegos fueron llamados poietés (creadores) y no escritores, pues no fue habitual aplicar a los dramaturgos el verbo gráfo, escribir. Cada dramaturgo, a su modo, produjo-creó (poiéo) acciones (dráma, práxeos) dignas de ser vistas (theatós), y no leídas, realizadas no con lógoi, sino con acciones representadas en la orchéstra por los actores, el coro y los músicos. Así mismo, las obras eran producidas en el lugar designado con el sustantivo théatron, emparentado con el verbo theáomai, ver, contemplar, y las acciones eran vistas por el theatés, el espectador. Agreguemos también que, en tanto que vistas, las obras eran drámas, sustantivo pariente del verbo dráo, hacer, ejecutar, obrar. Pero los dramaturgos griegos fueron aún más lejos, conscientes de sus posibilidades del espacio escénico, crearon la coreografía y la música. De esta manera, podían " ver su obra en las palabras, antes de la representación" (pág.14). Su tercer capítulo lo titula Importancia de lo imaginario 1 Nota de Prensa Monte Ávila Editores en: Revista Cultural Alterativa, disponible en: , en él apunta que el dramaturgo griego no tuvo las exigencias realistas que tuvieron los historiadores, por lo que prefirió desarrollar artísticamente historias
Quaderns. Revista de traducció, 2021
En Feliu Formosa i jo som els autors d’un volum de versions en vers de Sòfocles. En el cas dels textos teatrals clàssics, la retraducció és, tot sovint, el primer cas amb vista a una nova posada en escena, i el treball, en aquest cas, es fa en unes condicions molt particulars. Potser el problema de les retraduccions que vam fer en Feliu Formosa i jo va ser que no tenien aquesta destinació, sinó només la de ser el fonament d’un possible treball pedagògic. Tot i que generalment la recepció crítica de les traduccions és escassa, aquestes van ser objecte d’un sòlid article que no les tractava amb gaires miraments. Sense discutir les raons del crític, apuntarem, tanmateix, algunes precisions.