¿Quiénes son los amigos del pueblo y cómo luchan contra los socialdemócratas? en el Diccionario soviético de filosofía (original) (raw)
¿Quiénes son los ‘amigos del pueblo’ y cómo luchan contra los socialdemócratas?
Título de la obra de V. I. Lenin, escrita entre la primavera y el verano de 1894, y publicada en el mismo mes en tres ediciones (en hectógrafo), la segunda de las cuales se ha perdido. En esta obra «Lenin puso al desnudo por completo la verdadera faz de los populistas, como falsos “amigos del pueblo”, que laboraban en realidad contra éste» (Historia del P. C. (b) de la URSS, Compendio). El populismo era el primer obstáculo ideológico fundamental en el camino del movimiento socialdemócrata y de la divulgación del marxismo en Rusia. Por eso, para que el marxismo triunfara en Rusia hubo necesidad de aplastar definitivamente al populismo, poner al desnudo la esencia reaccionaria de su ideología. En la década del 90, reflejando las intereses de los kulaks, los populistas, habían renegado ya, desde hacía mucho tiempo, de toda lucha revolucionaria contra el gobierno zarista, colocándose en el camino de la reconciliación liberal con el régimen existente en Rusia. En teoría los populistas predicaban concepciones reaccionarias, idealistas y subjetivas, en cuanto a la marcha del desarrollo social. Desde el punto de vista de los populistas, la fuerza determinante de la historia humana son las personalidades ilustres, los “héroes”, las “personalidades que piensan críticamente”, siendo la masa, el pueblo, el que obedece a ciegas a esos “héroes”. En las páginas de sus periódicos y revistas, los populistas se manifestaban violentamente contra el marxismo. La lucha contra los populistas fue iniciada por Plejanov y su grupo “Emancipación del Trabajo”. Pero la destrucción ideológica del populismo realizada por Plejanov no era todavía completa, ni mucho menos. Esta tarea la realizó Lenin hasta el final. En su libro demostró que los populistas de la década del 90 no eran revolucionarios, no se proponían como tarea el derrocamiento revolucionario del zarismo, sino que aspiraban sólo a “remendar, mejorar” la situación de los campesinos, dejando intactos los fundamentos de la sociedad contemporánea. Caracterizando el contenido de clase del populismo, Lenin señaló que en los escritos de los populistas sobre el socialismo no hay nada semejante a socialista, que todas sus teorías “no explican terminantemente la explotación de los trabajadores y por eso son absolutamente incapaces de servir para su emancipación, que en realidad todas estas teorías reflejan y siguen los intereses de la pequeña burguesía”. Por eso el socialismo de los populistas fue calificado por Lenin como un socialismo pequeñoburgués. En la lucha contra los populistas, Lenin, no sólo defendía el marxismo y destruía los míseros intentos de los populistas de tergiversar la doctrina marxista, sino que también desarrolló esta doctrina, enriqueció la teoría del materialismo dialéctico y del materialismo histórico, dedicando en su libro muchas páginas a los problemas de la filosofía marxista. Lenin aplicó el marxismo a las condiciones concretas de la realidad rusa y dilucidó los objetivos esenciales de los marxistas rusos. El libro de Lenin era el gran documento programático del marxismo revolucionario en Rusia. Fijando los objetivos más inmediatos de la clase obrera, Lenin decía que el proletariado, como el “único y natural representante de toda la población trabajadora y explotada de Rusia” debe encabezar su lucha contra la servidumbre y el absolutismo zarista. Pero esta lucha es necesaria a la clase obrera “sólo como medio para facilitar la lucha contra la burguesía… como el desbrozamiento del camino que conduce a la victoria sobre el enemigo principal de los trabajadores…, el capital”. En su libro destaca por vez primera la idea de la alianza revolucionaria entre los obreros y los campesinos, como medio fundamental para derrocar del Poder al zarismo, a los terratenientes y a la burguesía. Lenin estimaba que la tarea fundamental de los marxistas rusos consiste en organizar con los dispersos círculos marxistas, un Partido obrero socialdemócrata revolucionario único. Cuando los representantes de vanguardia de la clase obrera, escribía, “hagan suyas las ideas del socialismo científico, la idea sobre el papel histórico del obrero ruso, cuando estas ideas obtengan una amplia difusión y entre los obreros se formen organizaciones sólidas que conviertan la actual guerra económica dispersa de los obreros en una lucha de clases consciente, entonces el obrero ruso, poniéndose a la cabeza de todos los elementos democráticos, derrocará al absolutismo y conducirá al proletariado ruso (junto con el proletariado de todos los países) _por la vía directa de la lucha política abierta hacia la revolución comunista victoriosa_”.
Diccionario filosófico marxista · 1946:254-255
¿Quiénes son los ‘amigos del pueblo’ y cómo luchan contra los socialdemócratas?
Obra de Lenin escrita en 1894 y publicada el mismo año en tres entregas sucesivas policopiadas. La segunda entrega se perdió. En su obra, Lenin puso al desnudo la verdadera faz de los populistas, falsos “amigos del pueblo”, que son prácticamente, enemigos del pueblo. El populismo (ver) representaba el principal obstáculo ideológico al movimiento socialdemócrata y a la difusión del marxismo en Rusia. Por eso, para hacer triunfar el marxismo en Rusia, era preciso aplastar el populismo, denunciar su esencia reaccionaria. Los populistas de la década del noventa, que expresaban los intereses de los kulaks, habían renunciado desde mucho tiempo atrás a toda lucha revolucionaria contra el gobierno zarista y habían emprendido el camino de la conciliación liberal con el régimen existente. Habían dado igualmente un paso atrás con relación a Chernishevski (Ver) en el dominio de la teoría filosófica. Chernishevski había luchado contra el idealismo bajo todas sus formas, y había despreciado y puesto en ridículo a los subjetivistas, a los kantianos y a los positivistas. En cambio los populistas, según escribía Lenin, se arrastraban justamente detrás de los positivistas. Preconizaban concepciones idealistas subjetivas, reaccionarias, sobre la marcha del desarrollo social, y negaban el carácter objetivo de las leyes históricas. Desde el punto de vista de los populistas, la fuerza determinante, motriz, de la historia, reside en las personalidades notables, en los “héroes” y los “individuos dotados de espíritu crítico”; en cuanto a la masa, al pueblo, a la “multitud”, como decían ellos, no hace más que obedecer ciegamente a esos “héroes”. En sus diarios y revistas, se pronunciaban obstinadamente contra el marxismo. La lucha contra el populismo había sido iniciada por Plejanov (Ver) y el primer grupo marxista en Rusia, el grupo “Emancipación del Trabajo”, pero esa lucha estaba lejos de haberse terminado. Lenin consumó el aplastamiento ideológico del populismo y demostró que los populistas de la década del noventa no eran revolucionarios, que no se proponían derrocar el zarismo por medio de una revolución, sino que trataban solamente de «…hacer composturas, “mejorar” la situación de los campesinos, manteniendo los fundamentos de la sociedad actual» (Lenin, «¿Quiénes son los “amigos” del pueblo y cómo luchan contra los socialdemócratas?», p. 146, Ed. esp., Moscú, 1946). Al caracterizar el contenido de clase del populismo, Lenin mostraba que en los escritos de los populistas sobre el socialismo, no había absolutamente nada de socialista, que todas sus teorías “…sin el menor género de dudas, no explican la explotación del trabajador y por eso son absolutamente incapaces de servir para su liberación, que en realidad todas estas teorías reflejan y defienden los intereses de la pequeña burguesía…” (Ibid., pp. 171 y 172). Lenin calificó el socialismo populista de socialismo pequeño-burgués.
En su libro, no sólo defendió Lenin la doctrina marxista poniendo término a las lamentables tentativas de los populistas, que trataban de deformarla, sino que desarrolló y enriqueció la teoría del materialismo dialéctico y del materialismo histórico. La obra de Lenin, en particular la primera entrega, contiene una exposición brillante, notablemente profunda de la filosofía marxista y, especialmente, de la concepción materialista de la historia.
Lenin aplicó el marxismo a las condiciones concretas de Rusia y puso en claro las tareas esenciales que se planteaban ante los marxistas rusos. Su obra establecía el programa del marxismo revolucionario en Rusia. Al definir las tareas inmediatas de la clase obrera, Lenin decía que el proletariado, como “…único y natural representante de toda la población trabajadora y explotada de Rusia” (Ibid., p. 183), debía ponerse a la cabeza de la lucha contra el régimen de servidumbre y el absolutismo zarista; pero que esta lucha no era necesaria a la clase obrera sino como medio de combatir más fácilmente a la burguesía, de abrirse un camino hacia la victoria sobre el enemigo principal de los trabajadores, el capital. En su libro, Lenin emitió por primera vez la idea de que la alianza revolucionaria de la clase obrera y del campesinado era el medio principal a poner en práctica para derribar el zarismo, el dominio de los grandes terratenientes y de la burguesía. Estimaba que la tarea principal de los marxistas rusos consistía en organizar un partido obrero socialdemócrata único que reemplazara a los círculos marxistas diseminados. Cuando los representantes avanzados de la clase obrera, escribía Lenin, “…asimilen las ideas del socialismo científico, la idea del papel histórico del obrero ruso, cuando estas ideas alcancen una amplia difusión y entre los obreros se creen sólidas organizaciones, que transformen la actual guerra económica dispersa de los obreros en una lucha consciente de clases, entonces el obrero ruso, alzándose a la cabeza de todos los elementos democráticos, derribará el absolutismo y conducirá al proletariado ruso (al lado del proletariado de todos los países) por el camino directo de la lucha política abierta hacia _la revolución comunista victoriosa_” (Ibid., p. 185).
Diccionario filosófico abreviado · 1959:428-430
no figura
Diccionario filosófico · 1965
no figura
Diccionario de filosofía · 1984