Congreso Iberoamericano de Intelectuales, Interesante correspondencia sobre el congreso (original) (raw)


El proyecto de un Congreso Iberoamericano de Intelectuales

I · II · III · IV · V · VI · VII

IV

Interesante correspondencia sobre el congreso

Miraflores, enero 2 de 1925.

Señor D. Antonio Garland. Lima.

Muy querido amigo:

Por un artículo, debido al generoso espíritu de José Carlos Mariátegui, he venido a enterarme de que usted se ha referido, en forma para mí muy simpática, a mi iniciativa de reunir un Congreso Iberoamericano de Intelectuales.

Cumplo, desde luego, con el grato deber de agradecerle –no en nombre mío, puesto que no se trata de mi persona, sino de una necesidad vivamente sentida– esa actitud suya que, como ha dicho muy bien Mariátegui, le hace honor. Ideas como la que yo he propuesto a la consideración de descollantes personalidades, no sólo de nuestro mundo cultural y literario –plagado de prejuicios y resquemores–, sino a publicistas muy significados de Europa y Norteamérica, requieren para su buena interpretación y su desarrollo práctico –que es lo que más importa– una labor bastante delicada de estudio y de propaganda. Usted ha iniciado en Lima, con muy buen criterio, esta labor y espero que continuará realizándola, pues, como lo ha dado a entender Mariátegui, resultaría anómalo –por decir lo menos– que una iniciativa surgida en el Perú, hallase acogida en todo el Continente y aun en Europa, y no donde nació.

A fin de contribuir en lo posible, por mi parte, a su empeño de dar a conocer las orientaciones del proyecto, y la índole del mismo, no fácil de interpretar, por lo mismo que se trata de algo nuevo y distinto de lo que hasta ahora se ha hecho, me permito [59] enviarle para su publicación tres de las cartas que figuran en la nutrida correspondencia que he sostenido desde hace dos años propugnando la iniciativa, cartas que ni he dado a conocer antes entre nosotros por considerar que a nada conduciría la publicación de un proyecto de carácter difícil de definir y por lo tanto propenso a erróneas interpretaciones y, lo que es más grave, a ser desvirtuado por los mismos encargados de su realización. A este propósito creo útil decirle que las «facciones» –llamémoslas así adoptando el término inglés–principales, o más esenciales del proyectado Congreso, son las siguientes:

a) Espontaneidad absoluta.
b) A-oficialismo.
c) A-politicismo.

En otra oportunidad explicaré concreta y explícitamente en qué consisten estas «facciones» de mi iniciativa cuyos «peligros» –todos ellos basados en la ignorancia o en la mala fe con que suele mirarse estas cosas– soy el primero en reconocer. Por ahora basta que se los indique a usted escuetamente, y que ponga en su conocimiento, como afiliado de la idea, el hecho de haber quedado constituida la Comisión Organizadora Peruana, encargada de estudiar mi plan, un memorándum del cual le incluyo. Los lineamientos generales contenidos en este memorándum y algunos otros puntos de capital importancia fueron contemplados por un grupo muy distinguido de los hombres de estudio que nos visitan y un grupo de intelectuales peruanos que simpatizan con la iniciativa, en la reunión celebrada el martes 30 de diciembre próximo pasado en el Hotel Bolívar, reunión a la cual se invitó públicamente; y hoy acaba de celebrarse en casa del señor Carlos Ledgard, uno de los más distinguidos fundadores de Mercurio Peruano, una reunión de hombres de letras que, habiendo sido congregada en honor de un grupo de delegados argentinos, tuvo a bien dedicarle a mi iniciativa una atención que me honra y que agradezco en lo que vale y significa.

Esperemos, querido amigo Garland, que, al menos esta vez la famosa malevolencia criolla no venga a dar al traste con las virtualidades de una idea que ya está a salvo en otros ambientes como lo hacen ver las cartas de Varona, Vasconcelos y [60] Waldo Frank (destacado escritor de las nuevas generaciones yanquis) que le incluyo, así como el comentario de Araquistain que usted tan amablemente ha glosado.

Sin más por ahora, soy siempre su sincero amigo y compañero.

Edwin Elmore.

6 de abril de 1923.

Sr. Edwin Elmore.
Av. Progreso 373.
Miraflores, Lima, Perú.

Muy estimado y fino amigo:

Contesto su grata de 19 de febrero, manifestándole que sobre el asunto a que se refiere ya tenía yo antecedente, porque el señor Enrique José Varona me había escrito sobre el particular enterándome de los planes de usted, y le contesté en seguida ofreciéndole mi colaboración más entusiasta.

Creo que sería sumamente eficaz la celebración de un congreso en la forma adoptada por usted y estoy seguro de que en México encontraría ambiente favorable y libertad completa para celebrarlo. Por este motivo me permitiría yo sugerir que el congreso se celebrase en México, aunque esto no es más que una sugestión, pues estoy dispuesto a colaborar con él, aun cuando se celebre en cualquiera otra parte de la América latina.

Creo asimismo que el congreso tendría más fuerza si lo iniciasen intelectuales que no tengan ligas oficiales directas con ningún gobierno, porque de esta manera podría obrar con más libertad, y en este caso mi papel sería el de procurar que el gobierno de México facilitase los medios indirectos o directos para el apoyo que necesitase la empresa.

Le suplico que salude muy afectuosamente de mi parte a Tovar y Beltroy, pues para ambos conservo el más profundo cariño.

Su libro El Esfuerzo Civilizador lo puede usted dirigir al suscrito, a la Secretaria de Educación Pública de México, D. F., y el [61] dedicado a Antonio Caso, a la Universidad Nacional de México, D. F.; crea usted que lo leeremos con verdadero interés.

En espera de sus letras, me repito su afmo. amigo y atto. s. s.

José Vasconcelos.

Dec. 17, 1924.

Muy dear señor Elmore:

Although I have as yet had time to do little more than dip into your study of the cultural problems of Perú and of all latin America, this has sufficed to make me know how important contact with you is going to be, in my growing desire for contact with the creative spirit of America –specifically of that part of our America which lies to the south and speaks the Spanish tongue. Many thanks for sending me your book. I shall be happy if you will think of me henceforth in all naturalness as of one eager to share in all of your country's intellectual activities in so far as the power lies within me.

With fraternal greetings,

cordially yours,

Waldo Frank.