Impacto y memoria de Ortega y Gasset en Ferrater Mora (original) (raw)

La inspiración socrática del pensamiento de Ortega y Gasset

Algunos puntos nucleares de la filosofía madura de Ortega y Gasset guardan una enorme cercanía con el pensamiento de Sócrates tal como se puede encontrar en algunos diálogos de juventud de Platón; especialmente las tesis sobre el saber del no-saber y sobre la inscripción délfica ‘conócete a ti mismo’. Estas dos ideas parecen caracterizar para Ortega de un modo muy esencial el conocimiento humano, a la vez que, por otro lado, no parece aventurado considerar los problemas en torno al conocimiento el eje clave de las preocupaciones del filósofo español. El enfoque adecuado de este problema central pasa por comprender a fondo la capacidad de autoconciencia del propio conocimiento, es decir, la conciencia que siempre tiene de su propia ignorancia, de su cierto alejamiento de la realidad. Muchas de las páginas de Ortega sólo tienen sentido a la luz de esta crítica autoconciencia, y sólo olvidando este rasgo puede ser aproximado Ortega a planteamientos cercanos al relativismo o al constructivismo radical. Además, este acercamiento da razón del carácter radicalmente práctico y ético que adquiere el conocimiento en Ortega, es decir, de la indesligable conexión entre teoría y praxis.

Ortega y Gasset: Crisis y restauración de la Modernidad

La relectura de Ortega y Gasset sobre el Renacimiento y su visión negativa del racionalismo moderno podemos verla reflejada en gran parte en el pensamiento de Ernesto Sábato y del postmodernismo posterior. Deudor, a su vez de filósofos como Nietzsche, más que de Unamuno, Ortega resume en su propia vida las crisis ideológicas y existenciales que afectaron al escritor argentino. De un socialismo entusiasta y combativo, de una inicial aunque no inmadura fe en ¿el pueblo¿, su pensamiento cambiará dramáticamente a una crítica antimoderna. Su pensamiento, como es característico en los pensadores españoles más destacados desde el nacimiento del castellano, es antimaterialista: el orden de las cosas, de la cultura y de la sociedad, dependen de un ¿estado espiritual¿, de la fuerza del pensamiento puro. Su humanismo es radical: el hombre es el que hace la historia y nunca al revés. Su crítica a las ciencias (al cientificismo) se convierte en la observación precoz de su fracaso como paradigma ...

Galdós y Ortega y Gasset: Historia de un silencio

Anales Galdosianos, 1966

Son muy pocos los textos en que podemos apoyarnos para detectar unas relaciones positivas entre Galdós y Ortega y Gasset. El indice onomástico del volumen sexto de las obras de Ortega, alude a Galdós en cuatro lugares: I, 263; III, 30, 368, 550. 139 El primer texto corresponde al brindis que pronunció Ortega en Aranjuez en 1913 con motivo del homenaje a Azorín. El texto dice simplemente: «Es usted después de Galdós, quien ha dirigido una mirada más afectuosa a esos años del siglo XIX, humildes por su resultado, pero sembrados de fervor y sacudidos por un fuerte dinamismo» (I, 263). La segunda referencia a Galdós es la necrología publicada en 1920; una nota periodística publicada sin firma a cuyo contenido y sentidos nos referiremos después. Tercer texto: «El realismo, invitando al artista a seguir dócilmente la forma de las cosas, le invita a no tener estilo. Por eso, el entusiasta de Zurbarán, no sabiendo qué decir, dice que sus cuadros tienen 'carácter', como tienen carácter y no estilo Lucas o Sorolla, Dickens o Galdós» (III, 368). Cuarto: «Es una lástima que nuestros escritores se queden siempre sin definir. No sabemos nada de Galdós-a pesar de tener tantos 'amigos'-ni de Valera. No sabemos de Valle-Inclán ni de Baroja, ni de Azorín. Desconocemos la ecuación del arte admirable que ejercitaron o ejercitan aún» (III, 550). En los tres volúmenes que recogen el legado inédito de Ortega el nombre de Galdós no aparece ni una sola vez. Por otra parte H. Chonon Berkowitz en su obra Pérez Galdós Spanish Liberal Crusader (Madison, Wisc., 1948) entre las amplísimas listas de referencias y el extenso índice onomástico no cita nunca a Ortega y Gasset; y Julián Marías, al estudiar la «circunstancia histórica» en que aparece Ortega, se limita a decir:

Ortega y Gasset sobre historia e historiología

Así las cosas, vemos a Ortega circunscribir el territorio de una ciencia eidética pura. La historiología nace con la vocación de erigirse en la contraparte metódica de una parcela material dentro del ámbito universal de lo real. Se trata de instruir el orden más o menos salvaje y bruto de lo histórico con una medula categorial bien definida, de capturar, en definitiva, esencias materiales, grumos de conocimiento puro que agavillen en sí el jugo eidético de la experiencia histórica; la nueva ciencia también habrá de reflejar las relaciones de funcionalidad entre las diferentes esencias dentro del campo eidético puro, estableciendo círculos de coherencia eidética que habrán de obrar de antemano su vigilancia sobre la inquietud de lo empírico. Sería posible, entonces, conforme a esta idea archifenomenológica, ver germinar y florecer los hechos históricos dentro de una matriz eidética pura, que sería como una suerte de esquematismo trascendental kantiano, merced al cual la experiencia podría manifestarse de entrada en el seno de una horquilla conceptual o ideal. Esta nueva ciencia sería, por decirlo con una palabra, capaz de traducir su contenido factualcasualístico a una suerte de mathesis histórica pura.

Ortega y Gasset: razón y vida

Queda usted en entera libertad de elegir entre estas dos cosas: o ser filósofo o ser sonámbulo". Ortega y Gasset. 1 ORTEGA (1929), pág. 30. 2 Ortega rechaza el poder directo de la "masa", porque considera que ésta no está preparada para ejercer tal poder, y así quiere "dar vigor de ley a sus tópicos de café" (1929, pág. 57). La verdad es que esto tiene un aire bastante aristocrático. Bueno Gómez, Noelia. "Ortega y Gasset: razón y vida". Eikasia. Revista de Filosofía, año III, 14 (noviembre 2007). http://www.revistadefilosofia.org 70

"La idea de las generaciones", Ortega y Gasset

Lo que más importa a un sistema científico es que sea verdadero. Pero la exposición de un sistema científico impone a éste una nueva necesidad: además de ser verdadero es preciso que sea comprendido. No me refiero ahora a las dificultades que el pensamiento abstracto, sobre todo si innova, opone a la mente, sino a la comprensión de su tendencia profunda, de su intención ideológica, pudiera decirse, de su fisonomía.

"Meditaciones políticas de Ortega y Gasset: contexto y actualidad"

Parece que los españoles tenemos un problema con Ortega. Si, para Ortega, España era un problema, para los españoles es un problema Ortega. (Y, probablemente, es el mismo problema, o parecido.) ¿Y cuál es ese problema? Se trata del juicio que merece su pensamiento.